El Instituto de Astrofísica de Canarias apuesta por la virtualización
El Instituto de Astrofísica de Canarias desarrolla un proyecto conjunto de back-up y archivado con EMC.
El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) es un centro de investigación español que cuenta en la actualidad con dos sedes (La Laguna y La Palma) y dos observatorios, habiendo conseguido ocupar un lugar de especial relevancia en el contexto internacional, constituyendo el Observatorio Norte Europeo (ENO). Mientras que en La Laguna se encuentra la sede central, en la que trabaja la mayor parte del personal en proyectos de investigación astrofísica y desarrollo tecnológico, la sede situada en el Centro de Astrofísica de La Palma (CALP) acoge el Gran Telescopio CANARIAS y el superordenador La Palma.
Gracias a su incesante actividad investigadora desde 1961, el IAC ha venido participando en varias Redes Internacionales de Investigación, además de participar en múltiples Proyectos Globales, tanto europeos como extracomunitarios. Este nivel de actividad exige al Instituto contar con una potente infraestructura tecnológica, capaz de soportar todos los procesos informáticos. En este sentido y desde el punto de vista del almacenamiento, el volumen de información es extraordinario y llegó un punto en el que el back-up de la misma comenzaba a ser un problema. Justo Luna, ingeniero del IAC, recuerda cómo “comenzamos hace tiempo con las librerías de cinta, que nos aportaban mucho nivel de almacenamiento pero que hacían que la gestión de las cintas resultara un tanto farragosa”. Fue en ese momento, según indica, “cuando comenzamos buscar un sistema que fuera más eficiente”.
Así, a principios de 2009, el Instituto fijó su mirada en las soluciones de Avamar para la creación de un entorno virtual y del software EMC Rainfinity para cubrir el área de archivado. En palabras de Luna, “se trataba de tener un menor gasto en el ámbito del back-up, pero que éste resultara al mismo tiempo más eficiente”. Tras evaluar ambas soluciones, el IAC terminó por adquirirlas en el último trimestre de 2009, consolidando la solución a lo largo de todo 2010. Veritas fue otra de las alternativas barajadas y, de hecho, aún se conserva para ciertos back-ups porque venía trabajándose con ello. Asimismo, Antonio Díaz, responsable del grupo de Sistemas y Comunicaciones, recuerda a “otro fabricante francés en las rondas de evaluación, que nos planteaba hacer un back-up remoto con sus propias máquinas”.
En el caso del archivado, la otra gran alternativa a Rainfinity fue Atempo. De hecho, Luna asegura que “el diseño de la solución era exactamente el mismo y al final nos movimos más por factores de costes”. Ni siquiera “se llegó a montar una maqueta con la solución para testear su rendimiento problemas de tiempo”, explica, “y nos fiamos de los datos que aportaba el propio fabricante”.
Fase de estudio
Francisco Orta, ingeniero del IAC, subraya la importancia que tuvo la fase de estudio en el global del proyecto. Según recuerda Orta, “en esta etapa avanzamos muchísimo hasta el punto de que antes de adquirir la solución por la que finalmente apostamos, ya habíamos diseñado el esquema de infraestructura que deseábamos”. En realidad, una vez decidida la apuesta por EMC, lo que se hizo fue consultar este mismo esquema al fabricante de almacenamiento para que éste “comprobara que no existieran puntos negros que nos hubiéramos dejado en nuestro esquema”, aclara el ingeniero.
El responsable de Sistemas y Comunicaciones concluye que, “a pesar de que todos los diseños que se nos presentaron fueron más o menos similares, EMC era el que mejor encajaba con todo lo que teníamos”. En cuanto a las tecnologías de deduplicación, el propio Díaz admite que “no conocíamos mucho y precisamente por ello apuntábamos hacia las librerías virtuales pero, dado el volumen ingente de datos, no terminaba de compensar”.
Comprobar la capacidad de almacenamiento con la que arrancaron el proyecto –entre 60 y 70 TB- y ver la actual 120 TB da una idea muy clara, a pesar de aplicar intensivamente técnicas de virtualización, de las necesidades de almacenamiento de este organismo investigador.
La implementación de las soluciones, en realidad, no supuso grandes complejidades para el equipo de Sistemas del IAC. Luna explica que comenzamos con una capacidad de máquinas virtuales de entre 7 y 8 TB con Avamar, para cubrir todas nuestras necesidades de archivado. El propio Luna asegura que “fue sencilla tanto su instalación como la realización de su correspondiente back-up”.
Virtualización imparable
El objetivo del Instituto es renovar poco a poco toda la infraestructura y dar el salto definitivo a la virtualización, con especial atención a las tareas de back-up, sobre todo en lo que se refiere a imágenes completas virtuales. En este sentido, hace cerca de dos años que el IAC comenzó a trabajar con VMware, contando ya, según relata Orta, con 60 máquinas virtuales de un total de 150 servidores.
Díaz señala que la mecánica de migración viene marcada por las actualizaciones y, así, “cuando toda renovar hardware que se nos ha quedado obsoleto, lo virtualizamos”, ejecutando todas estas tareas con recursos propios, a pesar de que el grupo de Sistemas y Comunicaciones tan sólo se nutre con siete personas –cinco en Sistemas y dos en Comunicaciones.
Los resultados obtenidos hasta la fecha han sido muy satisfactorios, habiendo realizado ya pruebas de recuperaciones completas, “llegando a apagar las máquinas a capón”, describe Luna. Además, en el caso de las recuperaciones de información, una de las ventajas del IAC es que no juega en su contra el factor tiempo, puesto que, como puntualiza Díaz, “no somos una casa en el que el tiempo juegue un papel tan crítico”, por lo que velocidades de recuperación de 2/3 Gb por minuto son más que suficientes.
Desde el punto de vista de infraestructura, el grueso de ésta se basa en servidores Microsoft Windows, aunque cuentan con una pequeña parte que corre Linux, principalmente las distribuciones de Fedora y Red Hat. En cuanto al almacenamiento, las cabinas de disco EMC Clariion y los sistemas NAS EMC Celerra son los encargados de salvaguardar la información, manteniendo directamente integrado el archivado a los Celerra. Esto último posibilita que, ante una caída inesperada del sistema de archivados, se pueda seguir teniendo acceso a los datos. Díaz explica que, además, “mantenemos una replicación en otra isla con archivado de EMC”.
Otro de los proyectos en los que se ha embarcado el IAC es la implantación de SAP. Incluso esta instalación sirve para ejemplarizar la decidida apuesta del Instituto por la virtualización, puesto que también se están encargando de virtualizar el sistema SAP. Díaz se muestra especialmente orgulloso de este proyec