Caixa Galicia aborda de lleno la virtualización
Con ello optimiza su infraestructura y mejora la gestión de ésta, a la par que reduce costes y gasto energético
Con una red de más de 900 oficinas que opera en cuatro países y sobre la que corren tres aplicativos bancarios diferentes y con una plataforma tecnológica compuesta por 300 servidores, dos host zSeries y más de 300 TB de almacenamiento, la infraestructura tecnológica de Caixa Galicia es, sin duda, una de las más potentes de nuestro sistema financiero. Es precisamente de esta potencia de la que se derivan los principales problemas a los que sus responsables han tenido que hacer frente en los últimos años.
Como señala Fernando Pereira, sudirector de tecnología de Caixa Galicia, “tres fueron los problemas que debíamos resolver. Por un lado, la antigüedad de algunos de los servidores, incapaces de soportar Windows NT Server; la gran cantidad de cables que existían en nuestras instalaciones y que eran casi ingobernables, y, en tercer lugar, el aprovisionamiento. Cuando se tiene que hacer frente a un nuevo desarrollo se necesitan servidores, y el proveedor de éstos puede llegar a tardar hasta tres meses, tiempo que no se puede esperar para poner en producción una aplicación. Si no se encuentra una solución, toda la organización se resiente”.
Para resolver estos problemas los responsables de Caixa Galicia apostaron, en un primer momento, por la incorporación de granjas de servidores blade. “La introducción de estos servidores supuso una consolidación física de equipos. Implantamos hasta 56 servidores blade, pero no fue una solución perfecta, ya que teníamos muchas máquinas infrautilizadas y los costes y plazos del aprovisionamiento continuaban siendo muy altos. Además, el hardware incorporado era incompatible con los equipos heredados que trabajaban con Windows NT Server”, afirma Pereira.
Virtualizar para ganar rapidez
El siguiente paso fue apostar por la virtualización que, “además de arreglar nuestros problemas, acabaría suponiendo un importante ahorro de costes, aunque éste no fuera nuestro objetivo inicial. Entre las principales ventajas que observamos cuando diseñamos el proyecto, destaca la posibilidad de reducir el número de máquinas, lo que suponía una mejora importante, pues si continuábamos añadiendo equipos a nuestra organización al mismo ritmo, éstos iban a ser muy difíciles de administrar. Otra ventaja que veíamos era una mayor utilización de los recursos de los servidores, reduciendo a su vez el cableado y optimizando el espacio de nuestros centros de procesos”, explica el subdirector de tecnología de Caixa Galicia.
Una vez que se decidió apostar por esta tecnología, la implantación se llevó a cabo en un tiempo mínimo: tres semanas. En la primera se migraron tres máquinas de distintas infraestructuras y se crearon los servidores ejemplo. En esta fase se contó con la colaboración del equipo técnico de VMware, que es el proveedor que aporta la solución. Durante la segunda semana se migraron cuatro máquinas más y se comenzó a crear servidores de desarrollo. Ya durante la tercera se hicieron las migraciones más complejas en áreas como banca electrónica, preexplotación y servicios web. “En todo este proceso, contamos con la colaboración de Ermestel, consultora que aportó parte de su experiencia para poder resolver conjuntamente con nuestro equipo los problemas con los que nos íbamos encontrando”, afirma Pereira.
Migración de entornos críticos
En estos momentos, Caixa Galicia dispone de 20 servicios críticos virtualizados corriendo sobre diferentes sistemas operativos, como Windows (NT, 2000 2003 y XP), y en Linux (Debian y SuSe). “No sólo hemos crecido en el número de servicios, sino también en el de servidores virtualizados. Áreas como banca de Miami, el antivirus, fax, los procesos batch, los servidores de ficheros, e-notario que es nuestra plataforma de firma notarial, el generador de PDF, la replicación de software de oficinas comercio electrónico, FTP o DNS corren sobre plataformas virtualizadas y de los 301 servidores de que dispone Caixa Galicia, 168 son virtuales. Contamos con más servidores virtualizados que físicos, y aunque esto es una apuesta muy fuerte, nuestro objetivo es seguir avanzando”, explica Fernando Pereira.
Un aspecto que sorprende y que da idea del carácter visionario que en estos momentos tienen los responsables de tecnología y sistemas de Caixa Galicia es que, como asegura Fernando Pereira, “no fue necesario superar ningún recelo inicial, ni vencer ninguna resistencia. Ello gracias a que todos nuestros profesionales son muy innovadores”.
Dinero contante y sonante
Una vez puesto en marcha el proyecto, comenzaron a llegar los beneficios. El primero de ellos, que, como señala Pereira, “no era prioritario, fue el ahorro económico. Para llevar a cabo la virtualización necesitamos una inversión de 250.000 euros en nuevas máquinas y licencias de software, pero esto ha evitado que tuviéramos que gastar 1.344.000 euros en nuevos servidores, lo que ha supuesto un ahorro superior al millón de euros”, explica Pereira.
Vicente García, director de activos tecnológicos de Caixa Galicia, va un paso más allá en cuanto a los beneficios al señalar que, “por primera vez, con la virtualización se ve un perfecto alineamiento de los objetivos de negocio y la tecnología. Hemos logrado un impacto directo en beneficios tangibles, en aquéllos que son fáciles de cuantificar económicamente, al realizar menores inversiones y, por lo tanto, un menor gasto amortizable. También hemos conseguido un importante ahorro en almacenamiento, porque cuando se usan servidores físicos hay una gran cantidad de espacio en disco infrautilizado. Sin embargo, en un servidor virtual se decide en cada momento qué capacidad de almacenamiento se precisa y se aprovecha más”.
Reducción del consumo energético
En un momento en el que todas las empresas tienen muy claro que deben ser ecorresponsables, la virtualización ha supuesto para Caixa Galicia un importante ahorro energético y, sobre todo, de espacio. “Al eliminar 185 máquinas se reduce el impacto que produce en la cuenta de resultados el gasto energético. No sólo se disminuye la energía de funcionamiento, sino la que se necesita para refrigerar esa gran cantidad de máquinas, lo que refuerza nuestra política de responsabilidad corporativa, que tiene como objetivo establecer procedimientos y objetivos orientados a la racionalización de todo tipo de consumos”, asegura Vicente García, responsable de activos tecnológicos de la entidad. Éste va incluso más allá: “Cuando se hace una inversión en tecnología, hay que preguntarse si va a ser rentable o no, cuánto va a costar el desarrollo y cuánto se va a ingresar gracias a él. Debemos maximizar el ROI y minimizar el número de activos te