La itinerancia de la próxima generación, ¿está lista?
Detrás de todo esto, existe un intercambio de información rápido y sencillo entre los operadores domésticos y los visitados, con acuerdos entre operadores para cubrir cualquier eventualidad en el complejo mundo de los servicios de datos con valor añadido. Y todo conforme al TAP3 y al RAP para satisfacer el GSM MoU, y transparente para cumplir los requisitos de los comisarios de la Unión Europea.
Por supuesto, esta realidad aún está lejos. No está claro en modo alguno cómo cobrarán los operadores los servicios de datos y qué tipo de acuerdos se alcanzarán entre operadores para gestionar el tráfico de itinerancia en el mundo de tercera generación de telefonía móvil (3G). Muy pocos operadores están en situación de poner un precio basado en el valor. La flexibilidad, tanto en términos de alcanzar como de cambiar los acuerdos entre operadores y crear planes de precios y ofertas de servicio competitivas será la clave para lograr una adopción extendida por parte de los usuarios de los servicios de datos GPRS y de contenidos de 3G. La evolución actual de los acuerdos entre operadores se tendrá que soportar pronto tanto en los procesos del negocio de la itinerancia como en los sistemas subyacentes que los soportan.
Es más, la llegada de los servicios de datos eleva las apuestas en términos de riesgo. El nuevo mundo no es sólo mucho más complicado: los itinerantes que acceden a los datos de gran valor también presentan un riesgo de crédito real e inflado. Y el cumplimiento de una norma de itinerancia TAP3 en evolución puede introducir un riesgo de otro tipo, amenazando la estabilidad de su plataforma de facturación.
Sin embargo, los operadores no se pueden permitir meter la cabeza bajo tierra. Todas las cifras indican que merece la pena afrontar estos retos a medida que el tráfico itinerante (pagado previa y posteriormente) continúa creciendo. Puede requerir tiempo alcanzar nuevos acuerdos entre operadores en marcha para la itinerancia de 2.5G y 3G, pero para quienes deseen aumentar el ARPU ahora es el momento de asegurar que van en la dirección correcta.
Por eso, hay que trabajar con los operadores de Europa para prepararlos para la facturación itinerante de 3G. Los clientes itinerantes son clientes de gran valor a quienes los operadores tienen que prestar servicios de calidad y de quienes pueden obtener importantes ingresos, por eso los operadores tienen que tratar su negocio de la itinerancia como algo separado e importante, no como un “añadido” a sus servicios habituales.
Por otra parte, hay que minimizar el riesgo, pues la necesidad de ajustarse a un estándar TAP3 en evolución puede ejercer presión sobre el principal facturador minorista de un operador, generando el riesgo de interrupciones y retrasos en la facturación. Se puede aislar del riesgo al principal facturador mediante un agente separado de itinerancia (pero integrado) para que gestione el negocio de la itinerancia. Para tratar el mayor riesgo del crédito que acompaña al acceso de la itinerancia a los servicios de datos de gran valor, los operadores tienen que asegurar que su plataforma de facturación les permita facturar rápidamente por los gastos de itinerancia; también incorporar informes de uso frecuente para poder realizar el seguimiento del gasto del cliente e intervenir si se sobrepasan los límites de crédito.
Mantener el control y estar preparados
Asimismo, hay que hacerse con el control pues, aunque pueda parecer más sencillo dejar todo a una empresa de compensación a medida que la facturación de la itinerancia se haga más complicada, se ha de estar más cerca del flujo de trabajo: una mayor complejidad requiere una flexibilidad y un control mayores. También es necesario mantener los gastos de funcionamiento al mínimo.
Por otra parte es necesarios ser rápidos. Con la llegada de los servicios de valor añadido, los operadores disponen de grandes cantidades de nueva información: sobre los clientes, sus comportamientos y preferencias. Los operadores inteligentes no dejan estos datos al facturador, hacen pleno uso de los mismos. Si realmente se comprende a los clientes itinerantes, se pueden adaptar los servicios para que satisfagan sus necesidades e inciten a un mayor uso.
Los servicios 3G imponen nuevas demandas sobre el flujo de trabajo de la itinerancia. Se traducen en múltiples socios, nuevas tarifas y modelos de precios e, incluso, acuerdos de itinerancia más complejos. Ahora es el momento de asegurar que se está situado para soportar el precio basado en el valor –y eso significa un sistema que pueda ocuparse de la tarificación de una serie de parámetros como las APN y ofrecer la capacidad para negociar acuerdos con otros operadores sobre esta base. También ahora es necesario un sistema con capacidades de liquidación incorporadas que se puedan utilizar para compartir ingresos –y hay que prepararse para un mayor número de disputas y reconciliaciones que surgirán en un mundo de servicios de datos.
Avanzando, los operadores se comprometerán unos con otros y con los proveedores de contenidos para elaborar acuerdos de itinerancia que soporten la prestación de servicios de valor añadido. Aquellos que tengan unas tarifas de itinerancia sólidas y flexibles e infraestructuras contractuales estarán mejor situados para aprovechar plenamente las nuevas oportunidades de un mundo 3G.
Mike Pulley, gestor de productos de AMS’s INTransit roaming broker.
Julián Colomina, Director de Desarrollo de American Management Systems.