El BSC lidera una iniciativa europea para desarrollar sistemas Exascale de bajo consumo
El proyecto Mont-Blanc, coordinado por el Barcelona Supercomputing Center, pretende mejorar la eficiencia energética de los equipos Exascale. Las previsiones indican que los nuevos sistemas consumirán entre 10 y 30 veces menos energía.
El Barcelona Supercomputing Center coordinará un nuevo proyecto europeo, denominado Mont-Blanc, para investigar y desarrollar sistemas Exascale de nueva generación que presenten entre un 15 y 30 veces menos consumo energético. La iniciativa cuenta con un presupuesto de 8,11 millones de euros provenientes de la Unión Europea.
Así pues, el proyecto ha nacido oficialmente el pasado 14 de octubre, cuando se produjo la primera reunión entre sus miembros para concretar los detalles de este proyecto que implica la producción de un nuevo tipo de arquitectura computacional capaz de sentar las bases globales de los estándares en el ámbito de la computación de altas prestaciones.
En concreto, la iniciativa busca desarrollar un prototipo de supercomputador que consuma poca energía y cuya tecnología esté disponible en el mercado, así como el diseño de una nueva generación de supercomputadores de altas prestaciones junto con un amplio abanico de tecnologías embebidas. Por último, el proyecto Mont-Blanc generará un portfolio de aplicaciones Exascale para ejecutarlas en esta nueva era de supercomputadores de bajo consumo.
En ese sentido, y siempre con la eficiencia energética como prioridad, se espera que en 2017 los supercomputadores alcancen una potencia de cálculo de 200 Petaflop/s con un límite de consumo energético de 10 MW. Asimismo, en 2020 el reto es que lleguen a 1000 Petaflop/s (1 Exaflop/s) con un consumo de 20 MW, lo que supondría una eficiencia energética 20 veces mejor que las máquinas que menos consumen en la actualidad. Para ello, la arquitectura del sistema en Mont-Blanc contará con procesadores ARM de bajo consumo, que también se utilizan en telefonía móvil. Se prevé que se reduzca el consumo de energía de 4 a 10 veces respecto a las tecnologías actuales.
“En primer lugar, debemos de tener en cuenta que no toda la energía se emplea en el núcleo. En los sistemas actuales, los procesadores necesitan un gran volumen de energía, a menudo un 40% o más”, ha afirmado Álex Ramírez, responsable del proyecto Mont-Blanc. “La energía restante se utiliza para la activación de las memorias, la red de interconexión y el sistema de almacenamiento. Además, se desaprovecha una parte importante en el suministro eléctrico y en la refrigeración, lo que impide un rendimiento óptimo”.
Ambicioso proyecto
El proyecto Mont-Blanc está liderado por el Barcelona Supercomputing Center, si bien cuenta con el trabajo y colaboración de otras instituciones y empresas a nivel paneuropeo. Bull es el principal proveedor de computación de altas prestaciones, mientras que ARM aporta procesadores embebidos de alto rendimiento, a la vez que Gnodal también se incorpora a la iniciativa como partner.
Además, el consorcio cuenta con los centros de supercomputación procedentes de los cuatro principales partners de la iniciativa europea Prace (Partnership for Advanced Computing in Europe), que lideran el desarrollo de aplicaciones Exascale y software. Entre ellos destacan el Forschungszentrum Jülich (Alemania), el Genci francés o el Cineca italiano.