Fundaciones Públicas Sanitarias

La aprobación del Reglamento para que los centros sanitarios dependientes del Instituto Nacional de la Salud (Insalud), puedan solicitar su conversión en Fundaciones Públicas Sanitarias parece que ha destapado la caja de los truenos entre quienes encuentran motivos suficientes para explotar el tema políticamente. En vísperas de elecciones, cualquier asunto puede servir si se consigue, al menos, un efecto desorientador. Pero, haciendo abstracción de lo que es exclusivamente política sanitaria, sí nos interesa resaltar algunos puntos referidos a las TI ya que, respecto al totum revolutum de opiniones y comentarios sobre la intención, pretensión, y funcionamiento previsible de las Fundaciones, los suministradores de nuestro sector desearían cierto tipo de clarificaciones. El sector de centros sanitarios ha sido -y continúa siendo- observado con singular atención por parte de las empresas del sector informático. Se trata de un potencial gran comprador, pero difícil de abordar por su excesiva atomización. Sin embargo, respecto al colectivo de hospitales pertenecientes al Insalud, los suministradores han llegado a apreciar un perfil concreto de requerimientos, basados en el dibujo de necesidades que han procurado transmitirles los gestores del área de TI, del organismo ¿Hará cambiar esta percepción la posible conversión de los hospitales en Fundaciones Públicas Sanitarias? Las Fundaciones continuarán disponiendo de la correspondiente asignación presupuestaria y, responsabilizadas de la autonomía de su gestión, no tendrán, sin embargo, que preocuparse de las contrataciones en el campo de los sistemas de información. Seguirán llevándose a cabo como hasta ahora, centralizadamente, por los máximos responsables en TI del Insalud. De esta forma se mantendrán las indudables ventajas que hasta ahora disfruta este organismo; desde la economía de escala por los volúmenes de contratación; hasta la obtención de precios y tarifas muy especiales, por el gran conocimiento que los gestores poseen, tanto del sector como de los principales directivos de las compañías; pasando por el poder de convicción que pueden tener esos gestores para sugerir desarrollos, herramientas o acuerdos estratégicos entre suministradores. Como punto de referencia para estudiar y sacar conclusiones sobre el funcionamiento de las Fundaciones, con los medios informáticos apropiados, podría servir la de Alcorcón. Siempre y cuando sean solo los auténticamente profesionales, los que opinen.