El estado mete mano en las empresas

La semana pasada, el Gobierno decidió bloquear la fusión de Telefónica y la holandesa KPN debido a la presencia del Estado holandés en el capital de la operadora. Este hecho ha desatado las iras de la Comisión Europea que considera que el ejecutivo español se inmiscuye demasiado en la estrategia de las empresas privadas. Bruselas amenaza incluso a España con aplicar medidas legales para intentar impedir que siga actuando de este modo. Y tiene razón. El problema es que el pecado del Gobierno español es aplicable a casi todos los Gobiernos europeos. Para el sector de las tecnologías de la información, esta situación, es uno de los mayores inconvenientes para la creación de grandes compañías operadoras de telecomunicaciones e internet que puedan competir a escala global con las grandes corporaciones norteamericanas que como Amer On Line-Time Warner, ATT o WorldCom Sprint amenazan con controlar el mercado de internet y marcar las pautas de esta industria. La presencia del capital público fue la que imposibilitó la fusión de Deutsche Telekom y su colega italiana y la que hace imposible también que France Telecom pueda asociarse con otras grandes operadoras europeas. El mercado de las telecomunicaciones se ha concentrado aceleradamente en EEUU donde se han creado tres enormes grupos -ATT, WorldCom, SBC, sin contar a AOL-Time Warner- y sin embargo, en Europa todavía no se ha producido ni una sóla fusión entre los antiguos monopolios de telecomunicaciones, por lo que continúan existiendo una veintena de compañías, de las que sólo cinco tendrían el tamaño suficiente para liderar la creación de gigantes de talla mundial. Es urgente, por tanto, que los Gobiernos saquen sus manos de las empresas europeas, si no queremos que los grandes grupos americanos o japoneses se acaben comiendo a los europeos.