SanDisk dirige su estrategia de almacenamiento Flash al mercado de consumo
Lanzará a finales de año la tarjeta Secure Digital de 64 MB
Actualmente la compañía tiene en el mercado las tarjetas CompactFlash con gran capacidad (hasta 192 MB) y la tarjeta Multimedia (en breve con 64 MB) con sus correspondientes controladores para que sean accesibles con diferentes dispositivos de hardware. “El mercado de Internet, de consumo e inalámbrico hará explotar la demanda de tecnología de almacenamiento Flash”, asegura Gerrit van Hofwegen, director de ventas al canal para EMEA de SanDisk. Esta misma explosión “será el factor que rebaje los precios de esta tecnología”.
Según datos de la consultora Semico Research, el mercado de los teléfonos móviles, que en 1999 supuso 2 millones de tarjetas Flash, puede llegar a los 83 millones de unidades en el año 2004. Y el de las cámaras digitales, de los casi 5 millones de unidades a los 59 millones en esas fechas.Para esta gran oportunidad SanDisk se prepara mejorando su tecnología como lo demuestra el acuerdo con Panasonic y Toshiba para crear la tarjeta SD de 64 MB. Se trata de una tarjeta con una gran capacidad de memoria diseñada para “satisfacer las necesidades el emergente mundo inalámbrico que combina velocidad, seguridad y compatibilidad. Incluso podría ser compatible con el sistema Memory Stick propiedad de Sony”, apuntaba van Hofwegen. Para la compañía es muy importante el canal. Actualmente cuenta con 26 distribuidores en la región EMEA. Imaginart es el distribuidor en España. Según David Robres, gerente, “se está notando ya un problema de aprovisionamiento debido al aumento de la demanda de tarjetas Flash”.
Quioscos fotográficos
SanDisk tiene también otros planes. En el marco de la feria Photokina (Colonia) presentarán sus quioscos para imprimir fotografía digital. A través de un acuerdo con la compañía Photo-me se desarrollará estos quioscos para permitir la impresión a los usuarios de cámaras digitales, insertando únicamente la tarjeta de memoria Flash, disquetes o CD-ROM en los quioscos. La intención es venderlos a empresas fotográficas, aeropuertos o supermercados para que lleguen al usuario final. Podría llegar a Europa a mediados del año 2001.