La generación de información aumenta a un ritmo anual del 30%
Según un estudio de la Universidad de Berkeley
El almacenamiento es algo inherente al ser humano. Ya desde la Prehistoria, el hombre ha manifestado su deseo de acumular todos aquellos enseres que pudiera abarcar, ya fuera para evitar la opresión de hacerse con algo inmediatamente, para hacer frente a situaciones de crisis, o simplemente para marcar una diferencia con sus semejantes. Pasadas las épocas de supervivencia y adentrados en la era del Conocimiento, la información sigue los mismos parámetros de antaño. Nadie es capaz de discutir la máxima “la información es poder”, sin embargo, pocos hasta ahora han sido realmente capaces de seguirla. Porque si bien han sabido dotarse de información, no han logrado que esa acumulación de datos pudiera llegar a convertirse en lo que realmente le otorga valor: Conocimiento. La forma más inteligente de conseguirlo es procediendo a su almacenamiento en el soporte más indicado dependiendo de la criticidad de la información, para que esté disponible en el tiempo y de la manera que sea precisa, porque lo cierto, es que su crecimiento aumenta a ritmos insospechados, y no hacerlo así podría llevar al caos.
El estudio realizado por la Universidad de Berkeley, a instancias de Microsoft Research, Intel, HP y EMC, muestra que la información que se genera y se registra en el mundo aumenta a un ritmo del 30% anual desde 1999. De la misma forma, también evidencia que la cantidad de nueva información almacenada en soportes como papel, película, medios ópticos y magnéticos se ha duplicado en los últimos tres años.
El estudio dirigido, por los profesores Peter Lyman y Hal Varian, pone de manifiesto que tan sólo durante el pasado año, el volumen de información recopilada en dichos formatos fue equivalente al contenido de medio millón de bibliotecas, cada una de ellas del tamaño de la del Congreso de los Estados Unidos.
La información nueva almacenada en papel, película, medios ópticos y magnéticos alcanzó cinco exabytes o, lo que es lo mismo, cinco millones de terabytes (un terabyte es una medida de almacenamiento de datos equivalente a un millón de megabytes, aproximadamente el texto que contienen un millón de libros). El 92% de toda esta información se almacenó en medios magnéticos, principalmente discos duros.
De entre los distintos soportes, ha sido el disco magnético el que ha experimentado un crecimiento superior, un 80% en tres años, de acuerdo con las conclusiones de los profesores de la Universidad de Berkeley. La constante reducción del precio de este soporte y la variedad de formatos disponibles son la causa de que las tecnologías basadas en discos duros sean hoy el sistema preferido de almacenamiento de información.
El uso de papel como soporte de almacenamiento de información creció un 36% en el último trienio. Un árbol viene a producir unas 80.500 hojas de papel, lo que significa que son necesarios 786 millones de árboles para generar el papel que consume el mundo en un año, según estimaciones de la UNESCO. Cada habitante de la tierra consume un promedio de 1.510 hojas de papel cada año, si bien son los estadounidenses los principales usuarios, con un índice medio de 11.916 hojas per cápita, seguidos de los europeos, con 7.280 hojas. La mitad de todo ese volumen de papel se emplea en impresoras y fotocopiadoras de oficinas.
El flujo de información nueva difundida a través de los medios de comunicación electrónicos –teléfono, televisión, radio e Internet– alcanzó 18 exabytes en 2002, es decir, un volumen 3,5 veces superior a toda la información que permanecía almacenada ese año en cualquier soporte. El teléfono es, a gran distancia de la televisión, la radio e Internet, el soporte que canaliza más información. El 98% de esos 18 exabytes corresponde al tráfico de llamadas telefónicas fijas y móviles, tanto de voz como de datos. Si todo ese tráfico fuera almacenado en soporte digital se necesitarían 17,3 exabytes.
Pero, sin lugar a dudas, el medio de información que presenta mayor pujanza por la rapidez de su crecimiento es Internet. Cerca de 600 millones de personas en el mundo tienen acceso a Internet. En el año 2000, la Universidad de Berkeley estimaba entre 20 y 50 terabytes el volumen de información que discurría a través de la Red, mientras que en el verano de 2003 esta cifra ascendía ya a 167 terabytes, contando solamente páginas web fijas.
La razón por la que los profesores de Berkeley emplean el terabyte y el exabyte como unidad de medida del volumen de información en su estudio responde a la actual tendencia a producir y almacenar información en formatos digitales y a transformar la información en código binario.
Por otro lado, IDC estima que la cantidad de correos electrónicos enviados y recibidos por año incrementarán de 9.700 millones de 2000 a más de 35.000 millones en 2005. Un aumento que requerirá de proveedores de telecomunicaciones y de servicios de Internet para incrementar significativamente los niveles actuales de capacidad de almacenamiento.
Otras fuentes aseguran que en un solo año se generan cerca de dos exabytes de datos digitales en el mundo, y que cada habitante del planeta produce una media anual de 333 megabytes de datos digitales.
A juicio de Roy Stanford, vicepresidente de Content Adressed Storage de EMC “el estudio pone de manifiesto el desafío que supone gestionar toda la información de acuerdo con su valor, desde su creación y protección a su archivo y eliminación, o sea, a lo largo de su ciclo de vida. Esto nos lleva al nivel de la integración de aplicaciones directamente en la infraestructura de almacenamiento para permitir una política de gestión proactiva del ingente crecimiento de datos estructurados y desestructurados”.