"EE.UU. hace más ruido que Europa con su I+D, aunque sin resultados", según M. Kaiserswerth, de IBM Research de Zurich
Los laboratorios de IBM de Zurich han alcanzado niveles de excelencia en áreas tan importantes como la nanotecnología.
Los laboratorios de IBM de Zurich pasan por ser uno de los más vanguardistas, no sólo en Europa, sino a nivel mundial. Dirigido por Matthias Kaiserswerth, el laboratorio ha alcanzado niveles de excelencia en áreas tan importantes como la nanotecnología, lo que, en palabras del propio Kaiserswerth, “ayuda a conseguir procesadores más rápidos, mejoras en las placas madre o, incluso, a optimizar la capacidad de almacenamiento por pulgada cuadrada”. El estándar LTO utilizado por el grueso de la industria del almacenamiento tiene su razón de ser, precisamente, en estos laboratorios, “y está siendo utilizado en la actualidad por empresas como Google”.
El investigador es consciente de las diferencias tanto de recursos como de políticas de Europa frente a Estados Unidos, si bien puntualiza que “ellos hacen siempre más ruido aunque no tengan resultados; nosotros siempre esperamos a tener resultados”. En esta línea, una de las premisas de IBM Research es la aplicación al mundo empresarial y a la sociedad del I+D desarrollado y, así, alguno de los proyectos concebidos en Zurich han contribuido a mejorar significativamente la productividad y eficiencia de empresas españolas. Es el caso de Repsol y sus prospecciones petrolíferas. Gracias a la tecnología desarrollada por los laboratorios de IBM y apoyándose en la capacidad del Centro de Supercomputación de Barcelona, Repsol ha conseguido pasar de una efectividad en sus prospecciones del 20 al 40%, una mejora nada despreciable considerando que el coste de cada perforación ronda los 150 millones de euros.
Asimismo, uno de los ámbitos en los que más foco pone el laboratorio es el sector financiero, habiendo desarrollado sistemas, basados en tarjetas inteligentes, con los que garantizar que ningún virus pueda variar los datos y cantidades de una transferencia bancaria. Incluso, el mundo cloud computing encuentra su lugar en las instalaciones de la ciudad Suiza y, así, Kaiserswerth explica que “hemos percibido que en el entorno de la nube, muchas veces se ejecutan cambios de configuración que provocan efectos inesperados; para resolver esa problemática, hemos desarrollado un software capaz de predecir las consecuencias de ciertos efectos de configuración”.
Tecnología verde
El auge de las green IT también ha calado en los proyectos del centro de Zurich y, de hecho, cuenta en su haber con múltiples proyectos dirigidos a mejorar la eficiencia energética de los centros de procesos de datos. “Hemos desarrollado sistemas de refrigeración con agua, consiguiendo que ésta se caliente hasta alcanzar los 50 o 60 grados centígrados y reutilizándola para los sistemas de calefacción de los edificios”, explica el director del laboratorio.
Y es que la gestión de la temperatura en los CPD se ha convertido en el caballo de batalla de muchos gestores hasta el punto de que el investigador asegura que “el 50% de la energía que consume un data center se dedica exclusivamente a la refrigeración”. Consciente de ello, el equipo que lidera Kaiserswerth cuenta entre sus proyectos con la construcción de unos sensores que ajustan exactamente la temperatura necesaria para refrigerar los servidores, “puesto que en ocasiones detectábamos que el frío excedía hasta en el doble el realmente necesario”, precisa.
Paralelamente, la tecnología verde de IBM se extiende a otros ámbitos, como al proyecto desarrollado en Dinamarca para la gestión de los coches eléctricos, promocionados en el país nórdico a través del parque de taxis. Gracias al sistema desarrollado por el Gigante Azul, se ha optimizado el consumo de los taxis cuando el aporte de energía eléctrica –que fundamentalmente procede de la energía eólica-, cae en picado.
En cuanto a otras áreas en las que Kaiserswerth considera oportuno volcar la investigación destaca el ámbito sanitario, donde cree que queda un largo camino por recorrer. Tanto es así que bromea al indicar que “si los bancos tuvieran el mismo nivel de tecnología que nuestros sistemas sanitarios, le aseguro que no confiaríamos nuestros ahorros a ninguna entidad”. A este atraso tecnológico, en claro perjuicio de la atención al paciente, se suma “el elevado coste que estamos pagando en Europa por nuestra Sanidad; es necesario atajarlo”.