BT lanza un servicio de valoración del impacto medioambiental de las TI
El recién creado grupo de sostenibilidad de BT Global Services ha lanzado un nuevo servicio que pretende ayudar a las grandes corporaciones y a las entidades del sector público a reducir su consumo de energía y emisión de carbono.
Según la compañía, su nuevo servicio permitirá a las organizaciones calcular con precisión la cantidad de emisiones de CO2 producidas por sus redes TI. Además, ofrecerá un conjunto de soluciones viables para ayudarlas a reducir el consumo de energía y el impacto medioambiental de sus sistemas.
Inicialmente disponible en Reino Unido y Estados Unidos, la valoración del impacto de carbono de BT tiene en consideración la forma en que los patrones de trabajo de los empleados de cada entidad –por ejemplo, la frecuencia de sus viajes y la intensidad del uso de TI- contribuyen a las emisiones, así como la influencia en su cuantía de las operaciones de negocio, servicios compartidos e infraestructura de los edificios corporativos.
La metodología aplicada en este servicio también permite la prueba de diferentes escenarios de negocio para conocer en qué medida cada uno de ellos contribuiría a la reducción de emisión de CO2 y del consumo de energía.
Cambios de comportamiento e infraestructura
De esta manera el servicio analiza, como subraya Dinah McLeod, responsable de prácticas de sostenibilidad de BT Global Services, “tanto el cambio de comportamiento requerido como los ajustes que sería necesario realizar en su infraestructura” para conseguir un entorno TI más ecológico y energéticamente eficiente.
BT avala su especial competencia en esta área con el reconocimiento por parte del índice de sostenibilidad del Dow Jones como la compañía de telecomunicaciones número uno a nivel mundial por séptimo año consecutivo. Según sus portavoces, desde 1996 ha conseguido reducir un 60% sus emisiones de carbono en Reino Unido. Su objetivo es que en 2016 ese porcentaje haya alcanzado el 80%.
Para conseguirlo, BT Group aplica una estrategia global de cambio climático estructurada en cuatro áreas clave: reducir las emisiones de carbono, influir en sus clientes y proveedores para fomentar un comportamiento más ecológico, e implicar a sus empleados en esta meta.