Cinco errores habituales en una entrevista de trabajo
Los nervios o los fallos de protocolo son algunos de los errores más frecuentes a la hora de afrontar una entrevista de trabajo.
Con la tasa de desempleo en récords históricos, muchas personas están buscando empleo lo cual obliga a enviar currículos a cientos de empresas y a someterse a entrevistas de trabajo en las que se evaluará si cumple con lo que la compañía está buscando.
Sin embargo, la necesidad de encontrar empleo hace que en muchos casos se cometan errores graves en las entrevistas personales que provocan el rechazo inmediato de ese candidato.
1. Nervios: El hecho de afrontar un encuentro cara a cara en el que uno se juega tanto siempre causa cierto nerviosismo en el candidato. El problema viene cuando estos nervios se descontrolan y causan una imagen de incapacidad ante el entrevistador. Para evitar este problema, los expertos recomiendan hacer ejercicios de relajación antes de afrontar estas entrevistas, además de aprender de las experiencias previas e incluso, practicar ante el espejo.
2. Protocolo: Antes de acudir a la entrevista es recomendable conocer el tipo de empresa a la que se está solicitando el empleo. Y es que no hay nada peor que acudir a una oficina donde el código de vestimenta (y la filosofía en general) es distendida con un traje de tres piezas o a la inversa. Asimismo, también debe tenerse en cuenta el tipo de puesto del que se trata y la edad del candidato (junior/senior) para elegir el grado de sofisticación de la ropa que servirá de tarjeta de presentación en la entrevista.
3. Preparación insuficiente: Conocer todos los detalles y la historia de la empresa a la que se acude es fundamental para estar preparado a las preguntas que le puedan formular en la entrevista. También es recomendable informarse sobre las responsabilidad concretas del puesto en cuestión, poniéndose en contacto con el anterior inquilino del cargo si es posible.
4. Perfil inadecuado: A veces la desesperación por lograr un empleo hace que se acepten entrevistas para puestos que no son los adecuados para el perfil de la persona, bien por exceso (gente que aplica a cargos por debajo de su formación) o bien por defecto (aquellos que aspiran a puestos a los que no puede llegar por edad o experiencia). Llevar a cabo este tipo de entrevistas solo servirá para hacerse una mala imagen ante futuras convocatorias de empleo en esa compañía.
5. Respuestas ambiguas: No hay nada que altere más a un entrevistador que el hecho de que un candidato se muestre ambiguo cuando se le pregunta sobre su experiencia pasada, lagunas temporales en su currículo o las razones por las que abandonó su antiguo empleo. Los psicólogos recomiendan preparar bien este tipo de preguntas para poder contestar de forma rápida y convincente.