Subastas en línea

Un viejo sistema de compra reinventado en la Red

A semejanza del mundo real, una subasta en línea es un proceso de venta que se caracteriza por un precio abierto. En la subasta el precio final no está determinado de antemano. El precio inicial o de salida es lo único que fija el vendedor. Las subastas en la Red pueden:
1) De persona a persona. Cuando la transacción se realiza entre particulares.
2) De empresa a persona. El vendedor es una tienda o incluso la propia sala de subastas.

Proceso de compra
Cualquiera puede pujar, pero al final gana quien hace la oferta más alta. Esto no significa que el ganador de la puja adquiera el objeto por el que ha pujado; el vendedor puede establecer un precio de reserva. Es decir, una cantidad por debajo de la cual no está obligado a vender el objeto al ganador de la puja. Si al final de una subasta no se ha alcanzado el precio de reserva, ni el vendedor ni el ganador están obligados a completar la operación mercantil.
Una subasta en Internet se desarrolla en una sala de subastas virtual, que generalmente está situada en una página web. El proceso es muy sencillo. El subastador se pone en contacto con una sala de subastas en línea y se registra. Realizado el registro, está en disposición de colocar objetos a subasta, teniendo para ello que buscar la categoría más adecuada donde colocarlos.
Una vez localizada su categoría, debe rellenar un formulario automático con diversos datos sobre el producto y, si tiene disponibles, enviará alguna fotografía del objeto para que se publique junto con la descripción.
Una subasta tradicional es un proceso en el que se ponen a la venta diversos objetos de forma sucesiva. En las subastas en línea, y dadas las especiales características del medio, cada objeto suele originar una subasta independiente, aunque hay excepciones a la regla. Una de ellas es la conocida como subasta holandesa, que está diseñada específicamente para la venta de múltiples unidades de una misma mercancía, pero vendiéndolas de una en una. La subasta holandesa es muy peculiar porque ganan tantos pujadores como objetos idénticos hay a subasta. El precio de venta final que se aplica es el del último de la lista de ganadores. Si un vendedor quiere subastar veinte collares idénticos, por ejemplo, se miran las pujas hechas por los veinte primeros y se adjudica como precio final la cantidad ofertada por el postor número veinte. Así todos los demás hasta el primero ven sensiblemente rebajadas sus pujas.
El plazo habitual para que los posibles compradores puedan realizar sus ofertas oscila entre una semana y diez días, con un período previo de exposición de cinco a siete días. Durante el plazo de puja, todas las ofertas son públicas para que unos compradores puedan superar las ofertas de los otros. Si tenemos en cuenta el plazo, podemos encontrar dos tipos de subastas en línea:
1) Subasta normal, que opera con los plazos habituales.
2) Subasta relámpago, que fue puesta de moda por la americana eBay, aunque es imitada por otras salas de Internet. Se utiliza para la venta de productos muy apetecibles, en gran cantidad, y con un precio de salida muy bajo. Las piezas de informática suelen ser sujetos habituales de este tipo de subasta, por ejemplo, un PC de última generación por un mínimo de un dólar. Estas subastas relámpago, a pesar de desarrollarse en la Red, son realmente apasionantes por la velocidad con que se van sucediendo las diferentes pujas. Es normal, las salas de subastas suelen acompañar este tipo de subastas de una intensiva publicidad en línea, incluyendo el envío masivo de correos electrónicos. La duración media de estos eventos oscila entre los treinta y los sesenta minutos, y puede combinarse a su vez con otros tipos de subasta como la holandesa. El ganador se suele llevar el producto, además de por haber hecho la mejor oferta, por haber tenido los mejores reflejos y haber planteado la mejor estrategia.
Lógicamente una buena manera de ganar una subasta en línea es hacer desde el principio una oferta elevada. Esto es posible en aquellas páginas que cuentan con la modalidad de puja máxima secreta.
Supongamos que estamos dispuestos a gastarnos un máximo de doscientos dólares en la subasta de un cuadro. Podemos proceder de dos maneras muy distintas. En primer lugar, podemos ir realizando sucesivas pujas en directa competición con otros compradores, o bien podemos colocar nuestra oferta en la modalidad de puja máxima secreta y despreocuparnos, con la seguridad de que el sistema irá pujando por nosotros hasta que algún comprador supere nuestra puja máxima. En ese momento el sistema le enviará de forma automática un correo electrónico para notificarle que su oferta ha sido superada y cuál es la puja vigente en esos momentos.

Una completa evolución
En una subasta tradicional hay tres papeles bien diferenciados: el propietario del objeto, el subastador y los diversos compradores. En las subastas en la Red de persona a persona el propietario del objeto además hace las funciones de subastador; las salas de subastas en la Red no asumen ningún tipo de responsabilidad sobre los objetos subastados, ni garantizan que la descripción publicada se corresponda con la realidad del objeto.
En las subastas persona a persona lo único que hacen las salas de subastas en línea, y de forma automática, es gestionar las pujas, así como poner en contacto al comprador con el subastador. Esto cambia en el caso de las subastas de empresa a persona, sobre todo cuando es la propia sala quien organiza la subasta. En este caso suele ser la propietaria de los objetos, y tras la adjudicación debe

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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