Spam: el enemigo acecha en el buzón
El spam no es sólo un problema, también es un gran negocio. De aperitivo, esta concluyente opinión de un sufridor del problema. Para Pascual Pérez, del Servicio Informático de la Universidad de Zaragoza [www.unizar.es], “las soluciones técnicas seguramente ayudan al usuario a controlar el problema en límites aceptables, pero a un costo no despreciable. Para el control de virus existen soluciones muy eficientes, que suponen un gasto antes inexistente. Las reglamentaciones contra el spam parecen servir solamente para tipificar el fenómeno como presunto delito, pero son incapaces de articular mecanismos para atrapar al infractor. Al final da la sensación de que lo que consiguen es preservar ciertas practicas de marketing directo como algo diferente al spam ilegal”. Ya se verá más adelante la experiencia profesional que ha inspirado estas palabras.
Pero antes, corresponde informar al lector de que los efectos del spam sobre las actividades legítimas de las empresas de marketing directo eran uno de los asuntos a tratar en este reportaje. Con ese propósito, iWorld se puso en contacto con la asociación que representa al sector y con cinco empresas especializadas, miembros de aquella. Tanto el director general de la asociación, Antonio Traugott, como las empresas, accedieron a responder preguntas que se les enviaran por mail. Pero decenas de mensajes y llamadas telefónicas, a lo largo de tres semanas, no consiguieron quebrar un silencio que, a falta de explicación, habrá que atribuir a la noción de que “lo que no se dice no se publica”.
Véase la página web de la Asociación de Agencias de Marketing Directo, AGEMDI [www.agemdi.org] en busca de alguna mención, documento u otro contenido que haga referencia a la cuestión del spam, principal amenaza para la credibilidad del sector. Luego, contrástese esta actitud con la de las asociaciones sectoriales de Estados Unidos [www.the-dma.org], el Reino Unido [www.dma.org.uk] y Francia [www.sncd.org], que han tomado públicamente posición en defensa de los intereses de sus asociados, que no quieren ser confundidos con difusores de correo basura.
Abundan las estimaciones sobre la magnitud del problema del spam, y aunque divergen en las cifras, coinciden en la tendencia. Se da por bueno este dato: ha crecido del 8% del tráfico de e-mail en 2001 al 65% en la primera mitad de 2004. Para medir su importancia, no hay que olvidar que, según IDC [www.idc.com], el volumen de mensajes que se envió en 2003 por correo electrónico es superior a 1 exabyte, lo que equivale a 1.000 millones de gigabytes.
Aunque suele atribuirse el spam a orígenes exóticos, la mayor parte del tráfico mundial de correo basura procede de Estados Unidos, el 42,5%, según un estudio de la empresa Sophos [www.sophos.com]. Hay que precisar que ese porcentaje ha descendido casi quince puntos porcentuales, lo que indica una migración de los spammers – cualquiera sea su nacionalidad – hacia otros países, entre los que parece estar España, que ha subido tres puestos en el ranking [ver tabla].
Más barato imposible
La relación entre spam y el legítimo marketing directo no es cuestión baladí. “Estamos ante un tema más moral que profesional por parte de las empresas - afirma Marcos Gómez, Responsable del Centro de Alerta Temprana Antivirus (CATA), de la entidad Red.es [www.red.es/] – porque la situación actual y la evolución del problema del correo basura pueden determinar en poco tiempo que el usuario omita cualquier intento por parte de una empresa de ofrecerle sus productos y que el posible comprador deje de tenerlos en cuenta; luego puede jugar en contra de las empresas el uso excesivo de este medio de marketing directo”.
Actualmente, Red.es tiene, en el marco del CATA una iniciativa de lucha contra el spam y patrocina y colabora en el foro Pepi-II, plataforma que aglutina entidades publicas, privadas, proveedores de servicios de Internet, la Asociación de Usuarios de Internet, etc. en un intento de acotar y delimitar los efectos que actualmente tiene el correo basura en el día a día del usuario de Internet. Desde el CATA se proporciona información sobre el problema y se invita al usuario, dependiendo de su plataforma de sistema operativo y su cliente de correo, a conocer la forma más eficiente de filtrar los mensajes entrantes, mediante una serie de herramientas gratuitas. Asímismo, se está barajando la puesta en marcha de una red de sensores de spam que proporcione datos fehacientes sobre lo que está ocurriendo en nuestro país.
Marcos Gómez no ve fácil acabar con spam: de momento – explica - la experiencia nos dice que hay que seguir luchando para limitar sus efectos abusivos, aunque gran parte del problema se encuentra en los usos incorrectos de sus direcciones de correo electrónico por parte del usuario. Al no estar considerado el correo electrónico como un dato de naturaleza personal, crea indefensión. Si a este hueco legal, como se verá, añadimos que el correo basura tiene costes despreciables, está al alcance de