Oposición a la política sobre criptografía
En una reciente conferencia sobre seguridad del fabricante de sistemas criptográficos RSA quedó patente que no sólo los usuarios, fabricantes de software y activistas norteamericanos se oponen a la política de exportación de criptografía del su gobierno: también existe una fuerte oposición a la política criptográfica europea.
Detlef Eckert, de la Comisión Europea, explicó que la política sobre criptografía “no es nada sobre lo que pueda decidir un país o una región. Las comunicaciones son globales y necesitamos acuerdos globales.” Añadió que debería haber más regulación y presiones por parte de la industria .
La mayoría de los 50 estados miembros de la Comisión Europea no restringen el uso de esta tecnología y sólo uno, Francia, tiene controles locales sobre el uso de sistemas de cifrado. El Reino Unido ha respaldado planes para aumentar las restricciones. Se prevé que varios países sigan la línea de Alemania en cuanto a la creación de legislación relativa al uso de firmas digitales.
Mientras tanto parece que los productos norteamericanos de recuperación de claves impulsados por la administración Clinton, pueden entrar en conflicto con las leyes locales de otros países. Alemania, por ejemplo, está preocupada porque un gobierno o agencia extranjera tenga acceso a las claves que usen los usuarios alemanes.
Deborah Hurley, de la Universidad de Harvard, comentó sobre este asunto que “otros gobiernos han aprendido que el argumento que dice que la criptografía fuerte puede proporcionar impunidad ante las leyes no es válido.” El comercio electrónico, en cambio, sí es un fuerte argumento en favor de una apertura de las regulaciones sobre criptografía.
Cambiaron las leyes,
no los productos
Más de un año después de que el gobierno norteamericano anunciara cambios en su política sobre criptografía todavía no existen productos acordes a las nuevas leyes. Estas leyes fueron modificadas para permitir la exportación de productos criptográficos que hicieran uso de claves de más de 40 bits, siempre que incluyeran un sistema de recuperación de claves o de depósito de claves (key scrow). Según parece, esto no es lo que quiere el mercado. Se han criticado también los esfuerzos americanos para vincular la certificación digital y la tecnología de autenticación con la recuperación de claves, así como el hecho de querer unificar los datos de las comunicaciones, como el correo electrónico o las grandes bases de datos de las empresas.
Abogados norteamericanos defensores de la intimidad comentaron que el gobierno prometió que la política de recuperación de claves sería voluntaria, guiada por el mercado y que no se aplicaría a nivel nacional y acusaron al FBI de mentir al público. Portavoces del EPIC (www.epic.org) aseguraron que el FBI está intentando “crear nuevas formas de pinchazos telefónicos en la tecnología digital”.
El único representante del gobierno norteamericano, Bruce McConnell, afirmó que la administración Clinton no apoya ninguna de las leyes todavía pendientes, incluyendo las medidas que obligarían a utilizar sistemas de recuperación de claves a nivel local, que es lo que persigue el FBI. Al preguntarle si los proyectos piloto de recuperación basados en depósitos de claves podrían ser utilizados con malas intenciones, respondió: “está claro que en cualquier sistema de cifrado… puede haber riesgos y pueden cometerse errores”.