Operadores móviles virtuales

Por fin se conocen las reglas del juego

Tras más de un año de tira y afloja, el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha publicado la nueva regulación de los operadores móviles virtuales (OMV), estableciendo un nuevo tipo de licencia habilitante llamada A2. Con esta medida pretende introducir más competencia en un mercado maduro regido por un oligopolio, donde tres de cada cuatro españoles ya tienen móvil.

En unas recientes declaraciones ante el Congreso de los Diputados, la Ministra Birulés se felicitaba por esta medida, al considerar que los operadores móviles virtuales ofrecerán mejores precios y lograrán “mayor competencia, servicios e innovación”. Añadía que este marco jurídico iba a aportar “confianza, seguridad y capacidad de desarrollo al sector”, y destacaba que “por primera vez en Europa se establece un marco regulatorio que da cierta seguridad”. Valoraba ese marco jurídico como equilibrado entre las inversiones ya hechas y entre el desarrollo de nuevos servicios.
Al menos hay algo en lo que el conjunto del sector coincide con la visión de la Ministra de Ciencia y Tecnología. Se trata de que, por fin, conocen la regulación, y las compañías saben a qué atenerse. Y es que en España el interés por la figura de los OMV viene de largo, de allá por el año 1999, aunque se intensificara durante 2000.
Sin embargo, ¿cómo surge esta figura de los operadores móviles virtuales? Los analistas citan a Sense, una compañía que aparece en el mercado escandinavo a finales de 1997, como la primera tentativa de OMV. Durante años intentó negociar con los principales operadores escandinavos, obteniendo una negativa por respuesta. Además Sense se dirigió a la autoridades reguladores de telecomunicaciones en los distintos países para que obligara a los operadores móviles a abrir sus redes. La regulación llegó demasiado tarde. Sin acuerdo de interconexión, Sense no conseguía clientes, y en abril de 1999 se declaraba en quiebra.
Dinamarca es el país pionero en materia regulatoria. En julio de 2000 su organismo regulador obligaba a los operadores móviles a abrir sus redes bajo la forma de acuerdos de interconexión. En agosto de ese año, Tele2 Dinamarca firmaba con Sonofon el primer acuerdo de OMV del mundo. Por el contrario, más tarde en Gran Bretaña, el organismo regulador anunció que no forzaría a los operadores a abrir las redes. En Gran Bretaña, la reventa móvil (Virgin Mobile y NTL) está siendo posible, según los analistas, por la propia dinámica del mercado. Al disponer de sobrecapacidad, One2One ha sido el primer operador que ha querido revender minutos al por mayor; de ahí su joint-venture con Virgin Mobile.
Volviendo a España, parece que el debate sobre los OMV se intensifica a raíz de una consulta pública de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Dicha consulta fue realizada a mediados de 2000, con el objeto de elaborar un informe dirigido al Gobierno sobre la situación de la competencia en el mercado de comunicaciones móviles. En ese informe se analizaban las diferentes alternativas para aumentar la competencia. En él se barajaban las posibilidades de incrementar la competencia en red, o de hacerlo quebrando la integración vertical del mercado. La competencia en red suponía conceder nuevas licencias de móvil. Quebrar la integración vertical del mercado significaría que la competencia fuera en servicios, admitiendo a nuevos actores en el mercado, que serían revendedores y operadores móviles virtuales.
Hay quienes dan una explicación a la demora en la regulación de los operadores móviles virtuales. “El retraso principal me imagino que habrá venido por el lobby que habrán hecho los operadores de red en el Ministerio. Nosotros no hemos hecho lobby y nuestra capacidad de hacer lobby es infinitamente más pequeña que la que tienen ellos. Así que me imagino que la regulación final, si ha tardado tanto, sería porque han estado negociando con el Ministerio”, apunta Alfonso Carcasona, Consejero Delegado de Abbla Mobile.

Competencia en servicios
La escasez de espectro radioeléctrico disponible y la oposición de los operadores móviles de red hacen que la Administración española, tras muchas vacilaciones, se vayan decantando cada vez más por fórmulas que impliquen la competencia en servicios.
De hecho, en septiembre de 2000 se otorga la primera autorización provisional de reventa de servicios telefónicos móviles a Primus Telecommunications Ibérica. A la redacción del presente reportaje 31 compañías cuentan con autorizaciones provisionales de reventa de móvil. En realidad, tres de ellas (Comunicaciones Rentables, Business Telecom System y Telemo Comunicaciones) acaban de conseguirlas este año 2002.
Estas autorizaciones provisionales de reventa las otorga, no la CMT, sino el propio Ministerio de Ciencia y Tecnología, a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, al ser servicios no regulados en la actualidad. La CMT se limita a registrarlas.
La reventa del servicio telefónico, tal y como está configurada en nuestro país, es una mera comercialización de dicho servicio prestado por un operador con licencia, quien lo vende a una compañía con autorización provisional. Ésta compañía a su vez lo revende a un cliente final. Las autorizaciones provisionales de reventa pueden ser de telefonía fija, de telefonía móvil o de conmutación; sólo en éste último caso la compa

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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