Mitos en Internet

De las cloacas de Nueva York al Ciberespacio

Seguro que usted ha oído contar bastantes veces aquello acerca de las cloacas de Nueva York, donde habitan cocodrilos que descienden de un reptil arrojado a través del inodoro de una vivienda cuando sus dueños se hartaron de la novedad de tenerlo como mascota . Pues en Internet este tipo de historias y leyendas, muchas relacionadas con la propia Red, están a la orden del día: repáselas en este artículo y evite ser calificado de “navegante crédulo” .

Mucha gente cree que el famoso COCOdrilo de las alcantarillas de Nueva York pudo sobrevivir al trance ( se supone que cayó desde el edificio hasta las alcantarillas ) y por supuesto que fue capaz de crecer en un hábitat totalmente diferente al suyo y encontrar una pareja para reproducirse y colonizar las cloacas de la gran manzana .

Otras historias como estas, del mismo estilo e igual de populares, son la del perro adoptado durante un viaje a Africa o la India que al final resulta ser una rata, o la de la niña que fallece tras recibir una picadura de una serpiente venenosa escondida en un hueco del caballito de madera del tiovivo al que la han llevado sus abuelos .

Le pasó a un amigo de un amigo

Si hay algo que tienen en común todas estas historias ( aparte del hecho de que casi siempre suelen resultar difíciles de creer ) es que nunca le han pasado al que las cuenta o ni siquiera ha podido comprobar de primera mano, porque muchos casos son falsas . Los americanos, tan dados a las siglas, les llaman “FOAF tales” ( friend of a friend tales, historias que le pasaron a un amigo de un amigo ) , aunque también reciben el nombre de “leyendas urbanas” . Puede encontrar una amena, y en muchos casos desternillante, recopilación de ellas en Urban Legends , dónde también podrá leer el documento de Preguntas más Frecuentes del grupo de noticias AFU ( alt . folklore . urban ) , dedicado a discutir estas historias pertenecientes al “folklore urbano” .

Para no ser menos que el mundo real, en Internet también existen estas leyendas urbanas, algunas propias de la Red y muchas otras “adoptadas” del mundo real . Recorren la Red en mensajes de correo electrónico que suelen incluir frases del estilo de: “por favor envía este mensaje a todas las personas que conozcas” y suelen terminar con algo parecido a “No se trata de una broma . Esta es una historia real” .

Probablemente las más extendidas son aquellas que periódicamente avisan a todo el mundo de que hay un virus que viaja escondido dentro de un mensaje de correo electrónico titulado “Good Times”, aunque existen diferentes variantes con otros títulos como por ejemplo “Penpal Greetings” . Los bienintencionados pero desafortunados avisos aconsejan borrar inmediatamente cualquier mensaje que lleve este título o cuyo título contenga esas palabras, so pena de que el virus termine con todos los datos almacenados en el ordenador de aquel incauto al que se le ocurra abrirlo y piden que se pase la noticia a tantas personas como sea posible como servicio a la comunidad en línea . Muchas están reforzadas por cabeceras del estilo “recibido hoy del servicio técnico de IBM” o “aviso importante y nuevo, urgente . ”

Bulos electrónicos

Las personas que difunden estos mensajes, que con toda seguridad actúan de buena fe, no hacen más que contribuir a difundir un bulo que dada la facilidad con la que se disemina la información por la Internet termina recorriendo toda la Red y saltando a los titulares de los medios de comunicación con periodicidad alarmante .

Y lo peor es que con toda seguridad se puede afirmar que se trata de un bulo, ya que en el ejemplo de los “virus” Good Times o Penpal Greetings, el contenido de los mensajes se visualiza en la pantalla del ordenador, pero nada más, mientras un virus informático, que no deja de ser un programa, necesita ser activado, aunque sea inadvertidamente, para poder llevar a cabo la tarea para la que ha sido creado . Por esto los virus normalmente van ocultos dentro de un programa o documento, como el caso de los virus macro de Microsoft Word, aparentemente correctos, que actúan de anfitrión involuntario para éste y acechan a la espera de que se ejecute ese programa o se abra ese documento para poder infectar un ordenador .

Una imposibilidad práctica

Además, si esta no le parece razón suficiente y ha oído decir que mediante códigos de control extraños es posible conseguir que el texto que se ve en la pantalla se active como si de un programa se tratara y que lleve a cabo su maligna tarea, recuerde que hay cientos ( por no decir miles ) de tipos diferentes de ordenador conectados a Internet, y que resulta imposible crear un virus informático universal .

Piense en los virus biológicos: normalmente sólo atacan a una especie o a especies similares, pero, hasta dónde se sabe, no hay ninguno capaz de atacar a todos y cada uno de los seres vivos del planeta . Pues en el caso de los virus de ordenador, al no existir un lenguaje universal para éstos, la cosa es igual de difícil, ya que es incluso posible que un virus escrito para un tipo de ordenador ( Windows o Macintosh ) no se contagie a otro ordenador igual pero que tenga una versión ligeramente diferente del sistema operativo . Si se trata de dos ordenadores totalmente diferentes, sería como hablarle a una roca: hay pocas posibilidades de que se de por aludida .

En el futuro, si recibe algún mensaje acerca de un nuevo virus, permítame recomendarle darse una vuelta por el servidor Computer Virus Myths de Rob Rosenberger, dónde se trata a fondo todo el tema de los mitos de los virus de ordenador . Si el virus no es real, Rob se lo dirá y le explicará el porqué . De todos modos, hasta el propio FBI ha llegado a tomar como ciertos algunos de estos falsos virus, así que no se sienta muy mal si alguna vez le han colado alguno de estos bulos

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

ny2 ACTUALIDAD

ny2 Sociedad de la información

Día de la Movilidad y el BYOD Coffee Break