Los cibercafés: una infancia difícil

El primer cibercafé de España que se referencia nació en Madrid en 1995, conocido como La Ciberteca. Combinaba la posibilidad de navegar por Internet con un pequeño servicio de hostelería. A este local siguió El Café de Internet, el segundo local de este tipo y el primero de Barcelona. En parte, ambos locales fueron los “culpables” de la denominación de ciber-cafés a los locales donde se podía tomar una cerveza o un café, a la vez que se empezaba a tomar contacto con lo que iba a ser el medio de comunicación más poderoso del siglo XXI: Internet.

Tras estos dos primeros pasos, la carrera por llenar las ciudades de este tipo de salas ha sido vertiginosa. En la actualidad más de 3000 ciber-locales pueblan todos los rincones de nuestro país, ofreciendo mucho más de lo que llegaron a imaginar los dueños de La Ciberteca o El Café de Internet.
Tal y como ocurre con un PC, o con la propia Internet, la versatilidad de los cibers ha sido su mejor acierto. En la actualidad podemos acudir a un ciber para buscar trabajo, utilizar un PC si no disponemos de él, conocer gente, obtener información, comunicarse con la familia en otro país, descargar software, jugar, acceder a servicios ofimáticos (reprografía, escáner, impresión de fotografías, grabación de CD-R), acceder a cursos de formación, y un largo etcétera.
Por otro, lado los cibers se han mezclado con restaurantes o bares para ofrecer un local heterogéneo en el que tienen cabida la diversión y las propuestas de Internet o el mundo del videojuego. Precisamente los videojuegos son los que han creado más problemas a los dueños de los cibercafés.

Los videojuegos: llega la polémica
No es un secreto que son los más jóvenes los usuarios mayoritarios de esta tecnología, sobre todo cuando se refiere a disfru­tar sus momentos de ocio. Los videojuegos y la posibilidad de jugar en compañía de otros son dos ganchos que atraen a miles de jugadores.
Con una oferta lúdica enorme y cientos de juegos a disposición del usuario a un gran precio (se paga por horas de juego) locales como los vetustos salones recreativos perdieron rápidamente su encanto como lugar de encuentro, sustituidos sin duda por la mejor y mayor oferta de los cibers. Esta amplia variedad ha conse­guido aumentar el éxito y con ello el número de este tipo de locales en España. Así las cosas, esta vertiente de los ciber-cafés se ha convertido en la más polémica, ya que el Ministerio del Interior, debido a un informe la Comisión Nacional del Juego, planeó equiparar cada PC con una máquina recreativa.
Se redactó un proyecto de ley que exigía determinados requisitos a estos locales: registro de todas las empresas que realizan juegos, de todos los juegos utilizados, de todas sus versiones y expansiones, bloqueo absoluto a juegos no registrados por la Administración, etc. La definición de videojuego era tan amplia que caben en el mismo saco el Counter Strike (un juego en que cuerpos de élite de la policiía se enfrentan a terroristas internacionales) o el simplón juego del “solitario” de Windows. Tal era el cariz que tomaban las cosas, que incluso la misma Internet sería ilegal en estos centros con esta regulación, ya que es una fuente de juegos sin control.
Ante esta expectativa, los dueños de los ciber-cafés decidieron que debían asociarse para obtener mayor fuerza y tener una cauce mejor para su defensión. Así, se agruparon en la Asociación Nacional de Cibers con el fin de defender sus intereses. Su acción más destacada, a mediados del año pasado, fue realizar una convención con los Ministerios de Interior y de Ciencia y Tecnología para exponer su posición. En la misma reunión, representantes de ambos ministerios aseguraron la actual regulación para los cibers, con lo que, en principio, todo continuaría como hasta entonces, ya que entendían que estos locales llevaban a cabo la función social de difusión de nuevas tecnologías.
Sin embargo, la Comunidad Autónoma de La Rioja, optó por ejercer la potestad que posee legítimamente para legislar lo relacionado con salones de juego y aumentó las cargas impositivas a estos locales.
El resultado de la aplicación de esta normativa tuvo como consecuencia el cierre absoluto de todos los locales de este tipo en La Rioja y la sustitución por Cibertecas, reguladas por la Comunidad Autónoma (CCAA) con la finalidad de promover el uso de Internet, y con mayores restricciones (necesidad de identificación, ausencia de muchos servicios, etc).
El gobierno autonómico de la Comunidad Valenciana ha seguido un camino semejante, aprobando una regulación que aumentaría los impuestos a pagar por los ciber-cafés de forma exponencial. Frente a esta regulación, la Asociación de ciber-cafés de esta CCAA ya ha interpuesto un recurso Contencioso Administrativo. El resto de las comunidades autónomas están a la expectativa de lo que ocurre en España, ya que han sido varios los intentos de aprobar una regulación parecida en Madrid y Barcelona, frenadas por la presión de las asociaciones. La aprobación de una nueva regulación en este sentido probablemente supondría el cierre de la gran mayoría de ciber-cafés en estas comunidades.
No es sólo la presión ejercida por el gobierno de cada CCAA lo que preocupa a los empresarios de este negocio. Las propias empresas de videojuegos están intentando beneficiarse de esta actividad cobrando un nuevo canon anual por el uso de cada

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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