Lógica y sentido común como garantía del retorno de la inversión

ROI... tres siglas que la ralentización general de la economía y la particular congestión de la industria de las TI han convertido en un concepto místico. ROI... un mantra repetido en todos los departamentos de TI más veces en este año que durante toda la última década. ROI... un arma arrojadiza contra el director de Sistemas de Información. ROI... el principio del fin de una crisis.

Dicho de una forma muy simple el retorno de la inversión (ROI) no deja de ser una comparación entre la inversión neta y los beneficios obtenidos de la misma. Esta comparación debe realizarse en un marco temporal definido de antemano.
Esta es la teoría simplificada al máximo, ya que en la práctica hablar de ROI atiende a infinidad de parámetros variables y dista mucho de ser una ciencia exacta.
El costo de una inversión en TI no implica sólo el precio del producto en sí. También hay que contar con los gastos asociados al mantenimiento, depreciación y, en algunos casos, planes de formación y el desarrollo de una infraestructura de atención al cliente.
Aún así, las métricas del ROI, cuando se utilizan de forma apropiada, pueden llegar a ser una herramienta muy poderosa. A pesar de estar tan de moda en los últimos tiempos calcular el retorno de la inversión, nadie debe pasar por alto que es una cuestión extremadamente compleja que, en muchos casos, plantea serias dudas sobre la verdadera posibilidad de calcular el ROI. A esto hay que sumarle que, en los últimos dos años, el ROI se ha desvirtuado hasta convertirse en una herramienta de marketing esgrimida por los fabricantes de soluciones TI a la hora de lanzar nuevos productos.
No se deje engañar y desconfíe cuando lea que tal o cual aplicación garantiza un retorno de la inversión de 125 por cien en un período de tiempo determinado. El ROI depende de muchas variedades y de las particularidades de cada empresa, por lo que ninguna solución, proyecto o servicio de TI puede garantizar cifras concretas de forma generalizada.
Pero tampoco se desanime. IDC estima que el simple ejercicio asociado a intentar calcular el ROI es altamente saludable. Se trata –atendiendo siempre a esta consultora– de un ejercicio financiero fundamental que incluso puede llegar a ser más importante que la propia figura de las métricas del ROI.
Ya ha quedado claro que no hay fórmulas mágicas. Pero sí hay pequeñas reglas a seguir. En muchas ocasiones estás se reducen a aplicar el sentido común antes de adentrarse en grandes inversiones de rentabilidad dudosa.

CRM y ROI: la eterna duda
A pesar de la proliferación de los sistemas CRM para todos los ámbitos de un negocio, en la mayoría de las ocasiones estas plataformas no ofrecen un retorno de la inversión positivo. Estudios de la consultora Nucleus Research sostienen que sólo en una de cada ocho ocasiones los sistemas CRM logran ofrecer a la empresa el retorno de la inversión realizada.
Este dato tan desalentador podría ser subsanado de forma relativamente sencilla. Los sistemas CRM están capacitados para retornar a la empresa la inversión realizada. Los CRM funcionan o, mejor dicho, pueden llegar a funcionar. El problema de sus fracasos proviene de la propia corporación que se adentra en caros proyectos CRM sin unos objetivos de negocio concretos. No tener un CRM es una desventaja competitiva respecto a otras compañías. Pero tener un CRM que no es rentable también es un grave problema.
Las principales recomendaciones que ofrece Nucleus para no pasar a engrosar la larga lista de empresas con plataformas CRMs que no brindan ningún beneficio son los siguientes:

~ Invertir en aplicaciones CRM y consultoría una cantidad igual o inferior al 70 por ciento de las previsiones anuales de beneficios que esperas obtener del CRM.
~ Definir los requerimientos del CRM y el proceso de selección de un proveedor no debería extenderse en el tiempo más de 4 meses.
~ Los primeros retornos de la inversión deben producirse en un plazo inferior al semestre.
~ Los costes asociados a la consultoría no deberían exceder al doble de los costes asociados al software CRM.
~ El periodo de formación de los usuarios del CRM nunca debería ser superior a los 4 meses.
~ Cuanto mayor sea el coste de las tareas que el CRM va a sustituir más fácil será obtener ROI del CRM.
~ Las aplicaciones CRM que ofrecen soporte para colaboración entre diferentes áreas de la empresa (marketing, ventas, administración, soporte al cliente) producirán mayor retorno.

Servicios Web
Los Servicios Web deben entenderse como una forma estandarizada de compartir datos y funciones mediante el envío de documentos XML a través de protocolos Web. Las empresas encontrarán en el desarrollo de Servicios Web un sólido elemento para la reducción generalizada de gastos en TI, como consecuencia de la automatización de los procesos de negocio, la integración entre aplicaciones diversas y la compartición de datos de forma sencilla y con unos costes bastante reducidos.
La interoperabilidad es el gran valor potencial de los Servicios Web. Las empresas materializarán el ROI a la vez que reducen la inversión en nuevo software al solapar las fuentes de datos existentes en la organización con el estándar XML y el protocolo SOAP. La recomendación de Nucleus Research es adentrarse en el desarrollo de Servicios Web mediante pequeños proyectos capaces de demostrar un retorno de la inversión tangible en períodos no superiores a los 6 meses. El punto débil de los Servicios Web

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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