La inteligencia en el negocio
La información es, según se nos viene demostrando, un activo de suma importancia en la empresa. Pero esta información no es válida por sí sola. Para aportar valor añadido debe ser convenientemente tratada, convirtiéndose en una poderosa herramienta que los directivos puedan utilizar para tomar las decisiones correctas en el momento preciso. Así, aquellas compañías que deciden adoptar estrategias de gestión eficaz e inteligente de la información garantizan su éxito futuro implantando sistemas de Business Intelligence, con el respaldo de las mejores tecnologías de la información disponibles.
El Business Intelligence tiene como principal objetivo poner a disposición de los usuarios los medios que permitan el acceso y extracción de los datos necesarios para, sobre ellos, integrar una serie de herramientas de análisis y soporte a la toma de decisión que les permita tener una visión “inteligente” del negocio.
Un sistema de estas características ha de estar basado en un almacén de datos cuyo tamaño, e incluso existencia, dependerá de las circunstancias de la compañía, sobre las que se apoyan un conjunto de herramientas de ayuda a la toma de decisiones, que proporcionen un conjunto de funcionalidades variables según las necesidades. Asimismo, abarca desde la generación de informes estándar, hasta la posibilidad de realizar análisis multidimensionales, en casos más complejos, llegando hasta la realización de la llamada “minería de datos”, con técnicas estadísticas y de inteligencia artificial.
Cuadro de mando integral
La herramienta que hace tangible esta teoría es el Cuadro de Mando Integral, una herramienta de gestión centrada en indicadores estratégicos que permite transformar todos estos datos e información en un importante capital intelectual para la empresa, y que vincula la actuación operativa a corto plazo con los objetivos estratégicos a largo plazo. Sin lugar a dudas, no es un mero sistema de medición.
Las cinco fases del método son el inicio del proyecto, en el que se elabora y aprueba el plan, análisis del sistema de información, que permite el análisis de los requerimientos específicos de los usuarios y la definición de la arquitectura de la información, el diseño del sistema de información, fase central en la que también se diseña el cuadro de mando integral; la construcción del sistema de información, momento en que se desarrollan modelos de información y el propio Cuadro de Mando Integral y, por último, la implantación y aceptación del proyecto, el periodo de pruebas, la aprobación y, ahora sí, la finalización de éste.
Al final de todo el proceso, conseguimos una serie de beneficios tangibles para la empresa que se pueden resumir en la integración del conocimiento corporativo de la entidad, consensuando y homogeneizando la información de gestión y evitando múltiples respuestas a una pregunta. Por otro lado, se facilita el análisis de distintos escenarios de actuación, con interesantes simulaciones sobre elementos variables, previsiones, tendencias, datos comparativos del sector, etc...
Y, en el otro lado, se encuentra el cliente. Hay que conocer sus hábitos de consumo, a qué productos y servicios es más receptivo, qué necesidades no han sido aún cubiertas, y así dar un paso por delante de él. Hay que hacer un estudio particularizado del perfil del consumidor. Esta parte del Customer Relationship Management, conocida como “Customer Relationship Management analítico” obtiene modelos de comportamiento de los clientes basados en la información almacenada.
El negocio se está enfocando cada día más en el cliente, ocupando un lugar de privilegio. Son el activo fundamental de las empresas, el reto no es otro que mantener su fidelidad. Para asegurar el éxito de cualquier proyecto, es imperativo que cada una de las fases de implementación de la solución sea completada. El cumplimiento de cada uno de los pasos asegura que los proyectos sean completados a tiempo, logrando que sus objetivos y metas alcancen el éxito. Aquí radica la importancia del Customer Relationship Management, estrategia empresarial que se basa en la necesidad de definir y coordinar los diferentes procesos de gestión del cliente, a través de la cooperación de las operativas realizadas en todos los canales de comunicación de la empresa. Además permite a los departamentos de ventas, marketing y customer service examinar su situación actual, identificando las áreas problemáticas a ser mejoradas.
Los clientes demandan una atención personalizada, pero al mismo tiempo son tentados por nuevos competidores. Las empresas pueden afrontar las “amenazas” de sus rivales dando un giro a la orientación de sus negocios pasando de un enfoque de producción a otro basado en el análisis de los requerimientos del cliente. Queda así suficientemente claro que aquellas empresas que se anticipen a las demás ofertando a los clientes aquéllo que desean, harán que sus productos sean más competitivos y tengan un valor añadido para el cliente.
En busca de la lealtad del cliente
El Customer Relationship Management es la forma más segura de con