La integración: presente y futuro
Para poder analizar en toda su amplitud esta necesidad de integrar con fines de aumentar la eficacia de los Sistemas de Información existentes en nuestras empresas, ahorrando costes y reduciendo plazos, es decir optimizando el ROI, tendremos que remontarnos al principio de esta evolución que ha creado esta necesidad.
En un principio fue la publicación.
La mayoría de las empresas que disponían de unos Sistemas de Información datados en su inicio de más de 10 o 20 años de antigüedad y que evidentemente contenían toda la información funcional de la empresa, así como toda la lógica del negocio; evidentemente estos Sistemas de Información podían calificarse como buenos, eficientes e indispensables (caso contrario, habría sido difícil el mantener la empresa en situación de éxito o cuando menos de funcionamiento). Esta informática que hemos dado en denominar Legacy, y que indefectiblemente en la mayoría de los casos estaba ligada a esas pantallas de fondo negro con letras verdes o ámbar y poco ergonómicas, desde el punto de vista de los usuarios, estaba llamada a extenderse en su utilización, a hacerse más ergonómica, a ser utilizada por usuarios no profesionales de la informática, a utilizarse desde fuera de la empresa (máxime desde la implantación de Internet). Esto nos llevó a utilizar diferentes y variados terminales, con distintos protocolos y por supuesto con diferentes sistemas operativos.
Para solucionar este problema, consistente en mantener la funcionalidad de las aplicaciones, que no solamente estaban funcionando correctamente, sino que eran indispensables para el funcionamiento de nuestra empresa, cambiando su presentación, teníamos dos alternativas: la reprogramación de lo existente o el cambio a otro Sistema de Información. Los más veteranos en esta profesión recordarán una frase ampliamente conocida y utilizada “Si algo funciona, no lo toque”; dado que el hecho de reprogramar una aplicación, suponiendo que esté bien documentada, conlleva en cualquier caso un entorno de modificación y pruebas independiente del de producción que sigue vivo, lo que genera una necesidad de control de cambios, etc.... La segunda alternativa vino de la mano del nacimiento de la informática distribuida y de la implantación de la tecnología cliente-servidor. También hemos oído en multitud de ocasiones la frase no menos célebre “El Mainframe está muerto y estamos buscando donde enterrarlo”.
La realidad se ha confirmado, como siempre, en que ninguno de estos términos conlleva una verdad absoluta, llegando a admitir que:
• Más del 70% de los Sistemas de Información corporativos de las grandes empresas siguen funcionando en los mainframes.
• Únicamente el Mainframe puede asegurar el tratamiento masivo e integrado de la información.
• Los entornos J2EE y/o HTML se han manifestado como imprescindibles para la presentación grafica de las aplicaciones, tanto las antiguas como las nuevas.
Es decir, que necesitamos todas estas tecnologías y que ninguna es excluyente, ya que estas deben de estar a disposición de nuestras empresas y no al contrario.
Una vez establecidas estas premisas, podríamos concluir que estas tecnologías podían y debían convivir. Solamente había que encontrar cómo, y en este momento nació el concepto Midleware, que venía a ser el elemento de publicación automático de los entornos Legacy, pretendiendo que todo el aplicativo existente pudiese ser presentado en formato HTML, sin modificar la programación existente, lo que algunos fabricantes de software han conseguido con mayor o menor éxito.
Bien, pues durante este período, las empresas necesitaban seguir desarrollando sus actividades, para lo que paulatinamente se implantaron otros Sistemas de Información, ya no considerados Legacy, y que normalmente estaban construidos en sistemas propietarios, de los que principalmente se nos vendrá a la memoria los entornos CRM y los sistemas de gestión de almacenes, en resumen, aplicativos de gestión de clientes y de almacenes.
Nuevamente se nos plantea como solucionar el mantenimiento de varios Sistemas de Información de la manera más coherente posible, con la mayor eficacia y al menor coste, sin olvidar que el personal técnico difícilmente puede ser especialista en las diversas tecnologías, que estas normalmente necesitan diferentes equipos, etc...
Lo ideal sería que todos nuestros Sistemas de Información estuviesen integrados. Esto que en principio seria una afirmación muy simple, presenta una gran cantidad de problemas, ya que seguimos en la idea lógica de integrar los Sistemas de Información sin modificar ni una sola línea de código de los programas existentes, teniendo en cuenta también que la totalidad de las nuevas transacciones a integrar, desarrolladas en modo servicio, representan alrededor de un 15% del total, siendo normalmente el resto de las transacciones Legacy existentes en modo pantalla (normalmente