La industria y los gobiernos deben debatir juntos el futuro de Internet
Los consumidores pagarán por Internet de una forma mucho más variada en precio y servicios en 2015, según un nuevo informe de Cisco que analiza la evolución de Internet durante los próximos años.
El estudio ´The Evolving Internet´, publicado por Cisco y Global Business Network del Monitor Group, examina las fuerzas motoras y las incertidumbres que modelarán el camino de evolución de la Red durante los próximos 15 años. En esta Internet del futuro, según Enrique Rueda-Sabater, uno de los autores del informe y director de estrategias para los mercados emergentes de Cisco, “los próximos dos o tres mil millones de usuarios serán mayoritariamente de los mercados emergentes y muy diferentes de los primeros dos mil millones”.
Rueda-Sabater asegura que los modelos de negocio mundiales y las políticas nacionales fracasarán si se fundamentan en los viejos modelos de éxito y en las preferencias y expectativas de comportamiento del pasado.
Las decisiones relacionadas con Internet tomadas en 2010 tendrán consecuencias a largo plazo, afirma. Por ello, Rueda-Sabater espera que se produzca una “conversación estratégica” entre las comunidades tecnológicas y políticas sobre el impacto de las decisiones actuales en el futuro de Internet.
Según el informe, la mayor parte del crecimiento del mercado asociado a la Red se generará fuera de las economías avanzadas de hoy. Aunque la gobernanza global de Internet permanecerá esencialmente inmutable, los nativos digitales se relacionarán con la Red de forma muy diferente a como lo hicieron las primeras generaciones.
Para los autores del estudio, el teclado QWERTY dejará de ser la interfaz primaria con Internet en 15 años. Las incertidumbres –y la dinámica entre ellas- que se generen en los años venideros puedan dar como resultado escenarios valiosos sobre los que evolucionará la Red hasta 2025. Tales cambios se verán afectados por la tecnología, que cada vez permite utilizar unos dispositivos y una conectividad más asequibles, así como por la presencia incesante de ciberataques, el estancamiento económico en muchos países y las limitaciones de capacidad para dar soporte a los servicios IP.