Google adopta el modelo App Store de Apple para Android

Los primeros handsets basados en Android, que se esperan aparezcan antes de finalizar el año, incluirán una versión beta del servicio, denominado Android Market, en el que los usuarios podrán inicialmente encontrar al menos tres aplicaciones gratuitas, según Google. Después, la compañía espera ir actualizando Android Market para permitir a los usuarios comprar y descargar contenido de pago.
El servicio ofrecerá un sistema de feedback y puntuación similar al utilizado en YouTube, y los desarrolladores podrán añadir sus aplicaciones al mercado registrándose como vendedores, y subiendo y publicando después el contenido.
Google planea ir añadiendo nuevas funcionalidades para desarrolladores a partir del lanzamiento inicial. Entre otras, introducirá un cuadro de control a través del cual aquellos puedan encontrar información analítica sobre la evolución de sus productos, así como una herramienta que les permitirá subir diferentes versiones de sus aplicaciones, cada una de ellas optimizada para un dispositivo distinto.
Similitudes y diferencias

Con este anuncio, Google viene a responder a la cuestión sobre la forma en que distribuiría las aplicaciones soportadas por Android. El concepto es, como se ha comentado, similar al propuesto por Apple en App Store para iPhone, aunque también existen algunas diferencias entre ambos. Por ejemplo, todos los iPhones corren el mismo software, por lo que los desarrolladores no tienen que crear diferentes versiones para los distintos teléfonos.
Además, Android es una plataforma abierta, a diferencia del sistema operativo del iPhone, y los fabricantes de handsets pueden decidir incluir diferentes capacidades hardware u optar por no soportar todas las funcionalidades Android, lo que afectará a la forma en que funcionen las aplicaciones.
En los últimos años, uno de los principales retos en el mercado de móviles ha sido buscar la mejor forma de vender y distribuir aplicaciones móviles. Antes de la llegada del iPhone, se consideraba que la manera más efectiva de que una aplicación fuera ampliamente utilizada consistía en que el desarrollador llegara a un acuerdo con algún operador para que la ofreciera precargada en un determinado terminal, dado que los usuarios de teléfonos móviles rara vez descargan por propia iniciativa aplicaciones sobre sus dispositivos.