Gartner advierte sobre la confusión reinante en el uso del concepto de cloud computing
La existencia de definiciones diferentes del concepto de cloud computing, cada vez más en boga en los discursos del sector, está creando confusión tanto en la industria TI como entre los usuarios, según ha advertido la firma Gartner.
El término “cloud computing” se aplica con excesiva vaguedad y hace referencia a cosas diferentes según se aplique. Por ello, Gartner considera importante comprender cuáles son sus diferentes acepciones para saber cuáles son las expectativas y beneficios que pueden esperarse de estas propuestas.
Gartner, por su parte, define cloud computing como un estilo de informática en el que se aprovisionan masivamente a múltiples clientes externos capacidades relacionadas con las TI y escalables como si de un servicio se tratara (en inglés, “as a service”, según palabras textuales de la consultora) y utilizando tecnologías Internet.
Pero, en cualquier caso, la firma distingue dos percepciones diferentes de lo que debería incluirse en el concepto de cloud computing. “El término ha llegado a significar dos cosas muy distintas. Una de las interpretaciones, más amplia, pone el énfasis en la `cloud´, y la otra, más específica, en la infraestructura de sistema y la virtualización”, ha explicado David Mitchell Smith, vicepresidente de Gartner. “Los discursos que mezclan las ideas de `tecnologías que soportan la cloud´ y ´servicios informáticos cloud´ generan un elevado grado de confusión”.
Gartner hace una definición más detallada sobre cada una de los dos visiones dominantes de cloud computing:
1) La cloud es una idea que deriva de la combinación de las ideas Internet/Web/software como servicio (SaaS). El énfasis se pone más en el concepto de cloud que en el de informática, así como en el acceso a los servicios desde cualquier lugar (es decir, desde la nube o cloud). Esta nube consiste en un fenómeno de clase global y se trata de un concepto de alto nivel que puede referirse a una diversidad de servicios que se extienden desde la infraestructura de sistema (por ejemplo, servicios informáticos y de almacenamiento) a través de las aplicaciones (por ejemplo, CRM) y los procesos de negocio (por ejemplo, servicios de gestión de nóminas). La definición que Gartner hace suya se encuentra en línea con esta perspectiva de cloud computing, y toma la naturaleza off-premises –fuera de las instalaciones del usuario- de los servicios cloud como punto de referencia, y la posibilidad de uso interempresarial de tales servicios como un efecto secundario.
2) La segunda interpretación popular del concepto se refiere a un uso de tecnologías, incluidas la virtualización y la automatización, que se enfocan más en el elemento “computing” (informática) que en el aspecto “cloud”. Pone el énfasis sobre las tecnologías que permiten la creación y entrega de capacidades basadas en servicio. Esta perspectiva constituye una ampliación de los enfoques del centro de datos tradicionales y pueden aplicarse a sistemas empresariales totalmente internos (on-premises), sin uso de capacidades externas proporcionadas por terceras partes.
Perspectivas diferentes pero interrelacionadas
El origen de la confusión entre ambas acepciones se deriva del hecho de que, aunque diferentes, guardan una estrecha relación entre sí. “Cualquier proveedor de servicios cloud computing deberá contar con un entornos que incluya infraestructura capaz de soportar su entrega. La virtualización a menudo se utiliza para implementar este tipo de infraestructura subyacente”, explica Smith. “Así, aunque ciertamente los servicios de infraestructura de sistema cloud representan un subconjunto de lo que cabe en la idea de cloud computing, no pueden equipararse a su totalidad”, error que, precisamente ha originado la confusión hoy reinante en los discursos de la industria.
Ante esta situación, Gartner recomienda a los usuarios separar claramente la consideración de cloud computing y de servicios cloud computing del uso de los conceptos y tecnologías cloud computing para la creación de sistemas internos. Ambas perspectivas (servicios y tecnologías) son valiosos y pueden aportar beneficios, pero cada uno a un tipo diferente de requerimientos.