E-procurement, un sistema de ahorro para las grandes

La gestión de compras y aprovisionamiento en las empresas encontró su punto álgido con la aparición del e-procurement hace ya tres años. Sin embargo, aquella ilusión se ha desvanecido tras la hecatombe que ha sufrido Internet. Ahora las empresas desconfían y no invierten. Sólo las grandes se arriesgan.

El inestable panorama de la economía actual y, más en concreto, la incertidumbre de una mejora a corto plazo por parte de las empresas tecnológicas ha provocado que éstas se replantearan sus estrategias. La solución, ante este clima de desconfianza al medio Internet, se ha centrado en la implantación de políticas de optimización de los procesos para reducir los costes. Precisamente, uno de estos procedimientos es la gestión de compras y contrataciones, que engloba desde la búsqueda de un producto o servicio hasta su aprobación, seguimiento y pago. Es en este punto donde entra en escena el e-procurement con un papel protagonista, al aplicar sus soluciones directamente a la gestión de compras y aprovisionamiento de las empresas a través de Internet.
En 1999, año en que la herramienta salió al mercado, las empresas se lanzaron rápidamente a la compra del software, cuando ni los desarrolladores ni la tecnología estaban preparados, por lo que muchas esperanzas se vinieron abajo, el desinterés y la desconfianza emergieron y las inversiones se vieron frenadas. En la actualidad, la crisis que sacude al entorno Internet y el elevado precio de las licencias del sistema provoca que no todos puedan instalar el e-procurement.
Según Carlos Tapia, consultor de PWC Consulting, “el problema es que para implantar el sistema de e-procurement se requiere una inversión muy elevada, que sólo las grandes empresas parecen estar dispuestas a afrontar. Y afortunadamente las españolas se han posicionado a favor de su desarrollo”. Además, Tapia advierte que “no se debe olvidar que la integración de la solución debe ser completa, es decir, debe incluir los sistemas financiero, de logística y de recursos humanos, lo que supone un coste adicional”.
Por su parte, Germán Cuevas, Jefe de Comercio Electrónico de BT Ignite, compañía que utiliza la solución de e-procurement de Commerce One para realizar subastas, afirma que “los problemas actuales de las empresas pasan por las dificultades a la hora de comparar proveedores, la lentitud para aprobar los procesos, la dificultad de usar los ERP (además de su larga implantación), y los errores humanos. Por ello, una solución e-procurement facilitaría todas estas tareas”.
A pesar de ello, en España y, por extensión, en Europa los empresarios no han asumido la importancia del proceso de compra, por lo que el e-procurement queda lejos de sus perspectivas. Sin embargo, la idea de extender el sistema encuentra un mayor arraigo en el mercado Norteamericano, según se desprende de un estudio de AT Kerney. Hace tres años, las soluciones de e-procurement estaban basadas en lo puramente transaccional. Ahora la situación ha cambiado y, junto a la automatización de los procesos transaccionales, la clave está en el sourcing y la gestión de los contratos con los proveedores. Precisamente este es el camino hacia donde las empresas desarrolladoras del software dirigen sus pasos.

El e-procurement
A modo de introducción, habría que explicar que los sistemas de e-procurement han supuesto la versión adaptada a Internet de las soluciones EDI (Electronic Data Interchange) que eran utilizadas por las empresas para intercambiar pedidos y órdenes de compra. En este sentido, el e-procurement se ha convertido en un modelo de aprovisionamiento electrónico o automatización de las compras, también conocido como e-purchasing, que trata de establecer una nueva forma de gestionar las compras en una empresa a través de Internet. ¿Cómo? Mejorando la eficacia de su estructura y generando una serie de ventajas competitivas.
La primera sería la mejora del nivel de información de los gestores. La segunda, una mayor integración entre el cliente y el proveedor al encontrarse juntos, por primera vez, en un mismo sistema. Y la tercera, y quizás la que más importancia tiene para los directivos, es el ahorro de recursos, tanto en tiempo como en dinero, y entre los que se incluyen la reducción del papeleo, los trámites administrativos, la gestión de abastecimiento y las transacciones. Con todo ello se consigue un conjunto de herramientas que automatiza y agiliza el proceso completo de compra y abastecimiento, así como la gestión de bienes y servicios de las empresas, transformando el modo de administración tradicional a la vez que se eliminan procesos poco rentables o ineficaces.
Con este sistema de gestión electrónica, el departamento de compras establece una catalogación virtual de proveedores homologados por el que los empleados obtienen un recurso central para productos y servicios. De esta forma se consigue acelerar los procedimientos de órdenes de compra, bajar los precios aprovechando los descuentos por volumen, controlar el gasto por proveedor y garantizar la transparencia en su difusión a través de Internet.
Es más, Abeerden Group asegura que la integración de e-procurement reduce en un 70% los costes administrativos, entre un 5 y un 10% los precios de adquisición, un 25% los costes de inventario y entre un 50 y un 70% los plazos de compra.
No obstante, hay que tener en cuenta que el concepto de e-procurement incluye modos de negocio como el e-requisitioning (que automatiza los procesos internos de solicitud de materiales y productos),

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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