Enfermedades del clic

Cómo prevenir las lesiones por el uso de tecnología

Las nuevas tecnologías han traído consigo numerosas ventajas. Entre ellas el hacer el trabajo más fácil y llevadero a los empleados. Sin embargo, también ha generado algún que otro problema, como es la vida sedentaria a la que los trabajadores están expuestos.

Cada vez hay más herramientas diseñadas para que los trabajadores se muevan poco o nada, con la intención de ayudar al empleado a aprovechar su tiempo de producción y los recursos que se ponen a su alcance. Pero muy al contrario de lo que se piensa, esta inactividad del cuerpo no beneficia en nada al trabajador. El uso continuado del teclado y el ratón con movimientos rápidos, repetidos y precisos, a veces bajo síntomas de tensión o presión, es el pan nuestro de cada día para muchos trabajadores, que pasan su jornada laboral de forma estática frente al ordenador.Una de las consecuencias de pasar muchas horas delante de una pantalla es la aparición de molestias y dolores, conocidos como LER (Lesiones por Esfuerzos Repetitivos) y cuya acepción en inglés son las RSI (Repetitive Strain Injury), aunque comúnmente se las denomina como “el mal del click”.A pesar de que en España estas lesiones no son muy conocidas, incluso por la propia desinformación de los médicos, cada vez son más los casos de absentismo laboral que se producen por este tipo de dolencias. Sin embargo, no existe conciencia del problema, aunque en otros países son consideradas como una epidemia, e incluso han proclamado el día 28 de febrero como el Día Internacional de las LER.

Qué son las LER
Como se apunta anteriormente, son las Lesiones por Esfuerzos Repetitivos, pero vamos a adentrarnos en este tipo de alteraciones. Se trata de lesiones causadas por la realización reiterada de una tarea que produce estrés o fatiga en determinadas partes del cuerpo, causando daños en nervios, músculos, tendones y otros tejidos blandos de las manos, muñecas, brazos, cuello y hombros. Bajo el concepto de LER se incluyen más de cien tipos diferentes de lesiones y enfermedades relacionadas con los trabajos que requieren movimientos rápidos y reiterados.

Sintomatología
Por lo general, los síntomas de estas dolencias suelen ser siempre los mismos. Entumecimiento, calambres, hormigueo, quemazón, fatiga visual, cefalea, dolores de espalda, pérdida de fuerza en las manos... Toda esta sintomatología puede acabar en esguinces, contracturas cervicales, dorsales y lumbares, epicondilitis, calcificaciones en los tendones, codo del tenista o problemas en la columna vertebral, entre muchas otras disfunciones. Se trata pues de lesiones en el sistema musculoesquelético.

A qué se deben
Normalmente, a las malas posturas que adoptamos mientras permanecemos sentados o a un mal equipamiento en la oficina. Muchas de las mesas de trabajo y de los respaldos de los asientos no son los adecuados. Además, todos estos inconvenientes provocan que los empleados se fatiguen antes y rindan menos en sus labores, amén de las bajas laborales que todas estas dolencias generan.

El ámbito del problema
Son problemas que no se aprecian a simple vista. Suelen tardar años en desarrollarse y se manifiestan cuando el trabajador está en el cenit de su carrera, hacia los 40 años. Lo importante en estos casos es un diagnóstico precoz y que no se exponga de nuevo a las mismas condiciones, puesto que puede recaer nuevamente y convertirse en una dolencia crónica.Además, las LER no afectan a los trabajadores dedicados a un tipo de trabajo determinado, sino que afecta a gente que se dedica a diversas actividades: labores administrativas, tratamiento de datos, cajeras de supermercado, montadores en cadenas de producción o procesado de alimentos, entre muchos otros empleos.En los casos graves se puede requerir una intervención quirúrgica o impedir a una persona de por vida, pero hablamos de casos extremos. En ocasiones, las LER pueden provocar tal dolor a la persona afectada que dificultan o imposibilitan la realización de tareas cotidianas como vestirse o hacer la compra y que, con el tiempo, se pueden agravar.

Tipología
Existen dos tipos diferentes de LER. El primer grupo está compuesto por las lesiones específicas. Son aquellas que han generado un trastorno musculoesquelético preciso o contracturas dorsales, cervicales o lumbares. En el segundo grupo se engloban las LER difusas. Son las alteraciones que presentan varios de los síntomas antes mencionados, pero sin que pueda diagnosticarse ninguna de las enfermedades que provocan.

¿Cómo se pueden prevenir?
Estas lesiones se ven, se curan y se remedian, siempre y cuando se localicen a tiempo, puesto que si no se pueden convertir en dolencias crónicas o pueden generar limitaciones graves al paciente. Los especialistas recomiendan que se les de la importancia que merecen y que se acuda al médico ante los primeros síntomas. Otras de las recomendaciones es que los empleados no hagan siempre el mismo tipo de trabajo repetitivo, fomentando las rotaciones y los descansos cada hora.

Pautas a tener en cuenta.
El centro de la pantalla debe quedar a la altura de los ojos, para no provocar su fatiga.
El teclado tiene que estar a la altura de los codos, con el fin de evitar que se levanten los brazos al escribir. Es conveniente usar reposamuñecas.
El ratón debe estar situado lo más cerca posible del trabajador, para no tener que alargar el brazo. También se recomienda utilizar reposamuñecas.
La silla tiene que tener una curvatura que se adapte al máximo a la espalda de cada uno, evitando en todo momento que quede algún hueco. Del mismo mo

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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