El mapa de la TV Digital se redibuja
Las últimas convulsiones en el panorama de la televisión digital española muestran la inmadurez de un sector que está atravesando todavía su fase de expansión tecnológica. El pasado 3 de abril los canales en abierto comenzaron a emitir en señal digital, tal y como la ley establecía, pero con la particularidad de que al otro lado de las emisiones no existen los decodificadores necesarios para que los usuarios capten la señal. Los fabricantes de estos equipos reconocen que hasta el año que viene no estarán disponibles, y culpan a la Administración por desentenderse de este fenómeno. El acuerdo del pasado febrero entre los fabricantes de equipos y el Ministerio de Ciencia y Tecnología para establecer el estándar MHP en los decodificadores de TDT (Televisión Digital Terrestre) parece ser un primer paso en esta dirección. Mientras tanto, la fecha límite de emisión analógica sigue fijada en el año 2012.
El último mes ha vivido una transformación radical del escenario en la televisión digital española. A finales del mes de abril, los accionistas de Quiero decidían oficialmente devolver su licencia TDT al Ministerio de Ciencia y Tecnología, incluso antes de resolver el expediente de quiebra que pesa sobre la plataforma, que perdía 24 millones de euros al mes, según fuentes del sector. Sin embargo, los 94.000 abonados de Quiero seguirán recibiendo la oferta de la plataforma hasta que la Unión Europea y el Ministerio no resuelvan los trámites de su cierre, que tendrá un coste adicional de 200 millones de euros para el pago de deudas e indemnizaciones a sus 150 empleados. De esta forma, el grupo Auna (Retevisión, Madritel, Mental, Hispasat, etc), partícipe mayoritaria de QuieroTV con el 49 por ciento del capital, da por perdida su apuesta en la televisión digital, frente a sus –hasta ahora– dos competidores: Via Digital y Canal Satélite.
Fusión de plataformas digitales
El pasado 8 de mayo los presidentes del grupo Prisa, Jesús de Polanco y de Telefónica, César Alierta, decidían integrar las dos plataformas de TV digital en las que participan: Canal Satélite y Via Digital. El acuerdo, ratificado por los accionistas, prevé que la nueva plataforma resultante esté dividida en tres manos: Sogecable (sociedad audiovisual de Prisa), Telefónica (a través de su filial multimedia Admira) y Canal + Francia, todas con un 23 por ciento del capital. El presidente de la plataforma lo designará Telefónica, y el consejero delegado, el grupo Prisa, pero el Gobierno ya se ha mostrado suspicaz con la posibilidad de un “monopolio privado” en la televisión digital, y las valoraciones políticas del entramado ya han comenzado. La integración de Vía Digital y Canal Satélite depende de lo que decidan las autoridades comunitarias y españolas de Competencia, y el propio Gobierno, en última instancia, que deberán decidir si la fusión respeta los principios del libre mercado. En el caso de Italia, las condiciones impuestas por los organismos antimonopolio a las dos plataformas digitales del país, Telepiú y Stream, han hecho renunciar a su intención de fusionarse.
En menos de un mes, se ha pasado de un panorama en el que coexistían tres plataformas de televisión digital (TDT de Quiero, y por satélite de Vía Digital y Canal Satélite Digital), a una posible supervivencia de una sola plataforma híbrida entre las dos últimas, pero con dominio de la participación de Sogecable, que se haría con la parte de Telefónica en la sociedad conjunta que establecieron en 1999 para la gestión de los derechos del fútbol: Audiovisual Sports. ¿Qué ha pasado en la televisión digital española para llegar a esta situación?
Inversiones convertidas en gastos
De los cinco multiplex en el ancho de banda de emisión TDT disponibles (cada uno con capacidad para 5 frecuencias), el Gobierno reservó tres y medio para la plataforma de pago Quiero, uno para los cinco canales estatales y otro medio a repartir entre Veo TV y Net TV, dos canales de TDT en abierto que aún no han hecho pública la fecha definitiva para el arranque de la emisión. La enorme inversión que necesitan las plataformas digitales para su puesta en marcha y posterior mantenimiento parece ser la principal causa que acaba por debilitar la supervivencia de los canales. Según Gerard Kleisterlee, presidente de Philips Electronic, los costes de las infraestructuras no son bien asimilados entre empresas y administraciones “y no se sabe quién debe asumirlos”. Las deudas de Via Digital y Canal Satélite Digital sumaron el pasado año casi 200 millones de euros (24 millones de Canal Satélite, y 162 millones en Via Digital), una situación similar por la que atraviesan las plataformas europeas. Los grandes grupos europeos de TV digital también están sufriendo las consecuencias de inversiones a destiempo. La estrepitosa caída del grupo Kirch y el hundimiento de ITV Digital y NTL en Reino Unido son dos ejemplos.
Por otra parte, la audiencia tampoco da su respaldo definitivo a la nueva televisión. Con 1,2 millones de abonados a Canal Satélite y 800.000 a la plataforma de Via Digital, el consumidor de televisión en España sigue prefiriendo la televisión gratuita, aunque coexistiendo con una tele