El coste del cibercrimen

“No hay crisis para este sector”, ha destacado Roberto Testa, consumer Iberia marketing manager de Norton by Symantec, quien ha continuado asegurando que “muchas personas ni siquiera saben que están siendo víctimas de una ciber-estafa”.

Y es que, “el cibercrimen sigue siendo uno de los negocios más lucrativos del mundo” ya que, aunque el número de adultos que han sufrido los efectos del cibercrimen  ha disminuido, el coste medio por víctima ha aumentado en un 50 por ciento. En total, la media asciende a 229 euros por víctima. Esto se debe, según Roberto Testa, al hecho de que “las tácticas se han profesionalizado”. El directivo destaca tácticas como los ransonware, que secuestran equipos además de que suplantan la identidad de organizaciones como la Policía.

Roberto Testa también ha destacado el incremento de actividades como el ciberacoso en las redes sociales. En este sentido, ha recordado que los usuarios suelen olvidarse de la seguridad. “El 39 por ciento de los usuarios de dispositivos móviles no cierra sesión una vez finalizada, una cuarta parte comparte contraseñas con terceros, y el 31 por ciento contacta con desconocidos”.

Pero la seguridad no sólo se olvida en las redes sociales, sino que afecta a la movilidad en general. “Mientras que los usuarios sí que son conscientes de la necesidad de adoptar medidas básicas de seguridad en sus PC, no protegen sus smartphones o tablets”. Este hecho resulta “curioso, ya que son los mismos usuarios”.

Ante esta realidad, los cibercriminales centran sus esfuerzos en atacar a usuarios móviles. “El 38 por ciento de estos ha sufrido un ataque de cibercrimen móvil en los últimos doce meses, un 27 por ciento ha perdido o le han robado el dispositivo móvil, el 57 por ciento desconoce que existen soluciones de seguridad y uno de cada dos no adopta medidas básicas”. La parte positiva es, según Roberto Testa, que “un 26 por ciento tiene instalado software de seguridad con protección avanzada.

La amenaza va más allá debido a la irrupción del fenómeno BYOD. “El 49 por ciento de los usuarios utiliza su dispositivo móvil para trabajo y ocio, un 36 por ciento asegura que su empresa no tiene establecido una política de uso personal de sus dispositivos de trabajo, un 30 por ciento de los padres permite a sus hijos jugar o descargar contenido, un 49 por ciento envía o recibe mails, un 34 por ciento accede a sus redes sociales y un 27 por ciento almacena información personal”. Todo esto hace “que la amenaza se incremente”.