Construya su propia intranet con Windows 95/98 (I)

Las redes están de moda, y las intranets más pero, para la mayoría de los usuarios, es una tecnología que está fuera de su alcance, ya que precisa disponer de varios ordenadores, una estructura de conexión, un sistema operativo de red, servidores de servicios, aplicaciones de generación de páginas web,..., o sea, aparentemente son algo tan complejo que no tiene aplicación más que dentro de las empresas

Entonces, ¿qué ventajas puede tener conectar varios ordenadores para que merezca la pena complicarse la vida?, y además, ¿por qué esa moda actual de las intranets?
Estas y otras dudas van a ser resueltas, y de paso, se van a dar las instrucciones necesarias para que los usuarios que tengan algunos conocimientos informáticos básicos puedan construirse su intranet con un mínimo de medios, aprovechando los recursos que incluye Windows 95 o 98.

Empezando por el principio
Se puede decir que lo importante de una red es que es capaz de permitirnos el acceso a recursos que no estén conectados a nuestro ordenador.
Mediante una red es posible compartir esos periféricos tan caros como para no tenerlos en todos los equipos, y que además, no suelen utilizarse constantemente, como son el escáner, la impresora, el módem, el DVD, la cámara digital, etc. Pero no es la única y mayor ventaja, ya que en muchos casos es más importante compartir la información, esto es, los programas y datos, lo que implica una reducción de costes y de tiempos. Pero las ventajas que proporcionan las redes son todavía mayores, pues facilitan la comunicación de los usuarios que estén conectados, haciendo posible que se intercambien mensajes, informes y toda clase de documentos, llegando a compartir en tiempo real sus comentarios en conferencias, todo ello sin moverse de su puesto.
“Bueno, eso ya lo he leído muchas veces”, puede ser el comentario de muchos lectores. “Pero para conseguirlo se precisa una red cara y atendida por personal especializado”. Aunque lo primero es cierto, el coste en software es nulo si se trabaja con Windows 95/98, que es capaz de proporcionar todas las ventajas comentadas. En cuanto a las necesidades de hardware hay que distinguir dos apartados: los ordenadores y los elementos físicos de la red. Pues bien, los ordenadores capaces de soportar Windows 95/98 sirven perfectamente para una red Windows 95/98, y los precios actuales de los cables y de las tarjetas de red son suficientemente reducidos como para que la inversión sea muy económica y rentable (menos de 10.000 PTA/puesto).
Dando por cierto lo anterior, la necesidad de personal especializado para el mantenimiento queda anulada, pues sólo se precisa ser capaz de desenvolverse con cierta soltura por Windows, cosa muy corriente entre los lectores de iWorld.
“Pero, ¿cómo es posible que con Windows 95/98 se pueda construir una red?, ¿No eran Windows NT, Linux, UNIX, etc., los sistemas operativos para ese sector?”. La respuesta es “si y no”. Veamos por qué.
Existen dos tipos de redes: las “centralizadas” y las “distribuidas”. Las primeras precisan de sistemas operativos y software específico de red, y las segundas permiten trabajar con sistemas operativos “normales”, como Windows 95/98, aunque también entran en este grupo Windows 3.11 y DOS.
Las redes con arquitectura distribuida (también conocidas como peer to peer o entre iguales) no soportan las mismas posibilidades que las basadas en una configuración centralizada (“cliente/servidor”), siendo sus principales desventajas la dificultad del control de los usuarios, la inconveniencia de utilización de las versiones de programas específicos para red y la merma de la seguridad. Pero como estas cuestiones no son siempre de gran importancia y las redes distribuidas soportan ventajas que no tienen las centralizadas, vamos a dejar de verlas como redes “menores” y empezar a tratarlas como soluciones adecuadas para ciertas necesidades de comunicación con menores exigencias.
Los casos en los que no se precisan redes cliente/servidor son muchos, y entre otros, se pueden comentar: la conexión de los dos ordenadores en el hogar, la comunicación entre puestos que comparten un mismo estudio, la interconexión del equipamiento de un aula (o varias) de enseñanza, etc., pero recordando siempre que no existan exigencias importantes de seguridad y de control de usuarios.
En este artículo se harán referencias continuas al caso real de la red de un centro de enseñanza de informática, que dispone de dos aulas y de un despacho interconectados, y que abarca las posibilidades de los ejemplos comentados. Cada aula dispone de 15 ordenadores con Windows 95, existiendo dos equipos con Windows 98, que soportan los servicios a compartir más importantes (correo electrónico, WWW, documentos, impresora de color, etc.).

La parte física de la red
Suponiendo que ya tenemos los ordenadores con Windows 95 o 98 instalado, lo primero a tener en cuenta es la instalación física de la red (el cableado y las tarjetas de red). Aclaremos algunas cuestiones básicas.
Las redes de ordenadores pueden disponerse con diferentes organizaciones geométricas y técnicas, y entre las posibles, por lo que nos interesa para este artículo, podemos claramente distinguir dos tipos de topologías: las denominadas “en línea” (en bus) y las conocidas como “en estrella”, siendo las primeras aquellas en las que todas las estaciones comparten el mismo canal de comunicación (cable), y las segundas, las que tienen las estaciones conectadas por separado a un centro

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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