Ampliando el modelo de negocio en el comercio a través del móvil
Las distintas posibilidades que ofrece el negocio del comercio móvil o mCommerce comienzan a perfilarse entre las iniciativas puestas en marcha, y la implicación de los actores en un escenario que está llamado a convertirse en el sucesor perfeccionado del comercio online, una vez aprendidos los errores del comercio en Internet y del WAP. Se han invertido los valores, y en el mCommerce, lo que importa no es qué vender, sino cómo sostener el sistema para que beneficie a todos.
El mCommerce cuenta con una importante ventaja para que sea aceptado por los usuarios y funcione comercialmente: la implantación de móviles es lo suficientemente alta como para generar la necesidad de realizar transacciones sobre lo que ya ha dejado de ser un canal y se ha convertido en un medio. En el año 2000 había 570 millones de usuarios móviles en el mundo, y en el 2010 se espera que existan 1.600 millones, según el World Cellular Database. Durlacher cifra el crecimiento del mercado europeo móvil en 23.600 millones para el año que viene. En España, según datos de Telefónica, se espera que los micro y macro pagos por móvil generen 680 millones de euros en 2004, teniendo en cuenta que la penetración del móvil en España es de las más altas de Europa, un 75 por ciento, frente a un 24 por ciento de Internet. Estas cifras tan optimistas vienen avaladas por otros datos, como que el crecimiento de los mensajes cortos ha sido del 500 por cien en este año respecto al 2001.
Dinero de plástico y dinero móvil
El comercio móvil se refiere, sobre todo, a aquellos bienes que se pueden adquirir utilizando el móvil como instrumento de pago, en lugar de la tarjeta de crédito. España es la segunda potencia del mundo en número de cajeros (ATM) del mundo, sólo por detrás de Hong Kong, pero en contra de lo que cabría pensar, los pagos en nuestro país se realizan habitualmente en dinero líquido. Es decir, se utilizan los cajeros para sacar dinero y pagar en metálico, al contrario que en otros países con pagos en plástico más extendidos. Las entidades emisoras de tarjetas de crédito y por supuesto las operadoras de telefonía móvil y los desarrolladores de soluciones de pago, confían ciegamente en que el futuro inmediato es unir las potencialidades de algo tan extendido como son las tarjetas de crédito con la popularidad de los teléfonos móviles, para consolidar por un lado, un sistema de pagos de bajo valor pero a gran escala, y por otro, un sistema capaz de gestionar pagos de alto valor aunque con escala minoritaria.
Los productos más susceptibles de transacciones móviles son los de compra compulsiva, pero también otros más complejos. Desde billetes de avión, entradas de cine, o importes limitados de compra como libros o discos, hasta compra-venta de valores bursátiles, operaciones bancarias, ofertas a medida, o los referenciados por situación geográfica (gasolineras, restaurantes, hoteles). Si en el comercio electrónico en Internet todo era susceptible de comercializarse, en el comercio móvil, además, son operaciones más ágiles, próximas y “humanas”, utilizando un terminal tan familiar como el teléfono móvil, en lugar de un ordenador.
Los actores
En el nuevo escenario del comercio móvil, los actores jugarán distintos papeles, no necesariamente limitados a su rol tradicional. Por ejemplo, los operadores pueden ser carriers o transmisores de datos, proveedores de servicios y contenidos, y al mismo tiempo, funcionar como plataformas financieras o proveedores de sistemas de facturación asociados a otras entidades. Los ingresos para un operador, según esto, procederían del tráfico GSM, GPRS y próximamente UMTS, pero también de las comisiones por transacción o por soporte de publicidad. “De los distintos agentes de comercio electrónico móvil, las operadoras son las que tienen más posibilidades de disminuir el papel de los bancos en el proceso de pago”, según Luis Rodríguez, del área de medios de pago de Amena.
Las sociedades intermediarias, bien sean independientes como Paybox o Paypal (en Estados Unidos), bien sean mixtas entre bancos y operadores, como Mobipay, son las que canalizan los pagos móviles, y los que unen a operadores con las entidades bancarias.
Estas sociedades permiten realizar pagos al asociar el número de la tarjeta de crédito del usuario, de forma segura, ya sea en un comercio, en Internet o en máquinas de venta. Para las compras por Internet no hace falta introducir ningún dato financiero, ya que el sistema funciona con el número de teléfono y la referencia que le haya sido asignada en la transacción de la compra. El sistema cruza la petición de aceptación del usuario y el pago de la compra, con la transacción de venta que está realizando el establecimiento a través de Internet.
Medios de pago en España
Los medios de pago móviles hoy en día en España son tres sociedades. Mobipay es un proyecto lanzado en Valladolid este año y con unas mil conexiones. La sociedad, creada tras la unión entre los sistemas Pagomóvil (SCH, Airtel y Amena) y Movilpago (Telefónica y BBVA), está integrada por Telefónica Móviles, Vodafone, Amena, y las principales entidades financieras y procesadores de pago, Euro 6000, Sermepa