Adiós a la idea Napster
Napster, el sistema de compartición de ficheros musicales gratuitos entre ordenadores (sistema peer to peer) ha claudicado antes las presiones de la industria discográfica y la visión empresarial de un proyecto que recoge ya a más de 38 millones de usuarios en todo el mundo. Su “derrota” o su victoria, según se mire: la firma de un acuerdo con Bertelsmann, compañía propietaria de la discográfica BMG, empresa que como miembro de la RIAA se encontraba implicada el proceso judicial contra el sistema de distribución musical en el que se le acusa de no respetar los derechos de autor.
Así las cosas, el acuerdo suscrito contempla el desarrollo conjunto entre eCommerce Group (BeCG) (división de comercio electrónico de Bertelsmann) y Napster de un nuevo sistema de compartición de ficheros que respete los derechos de autor y funcione por suscripción. En el momento en el que éste se encuentre en funcionamiento (previsiblemente dentro de unos meses), BMG introducirá en el sistema todo su catálogo musical para que esté legalmente a disposición de los usuarios y retirará la demanda interpuesta ante el Tribunal de San Francisco. Asimismo, y como parte del acuerdo Bertelsmann formará parte del accionariado de Napster, aunque no se ha desvelado la cantidad de acciones que adquirirá la compañía, las noticias que corren por la Red apuntan hacia un 60% de las acciones.
Para el presidente de Napster, Hank Barry, según el comunicado hecho público el pasado día 31 de octubre, la alianza es un paso correcto para que traerá a la comunidad Napster grandes beneficios que aportará calidad a los ficheros musicales y legalidad.
Los dos implicados en la alianza han invitado al resto de compañías discográficas a unirse a ellos, una opción que con seguridad deberán adoptar, al menos, el resto de discográficas que forman parte de la RIAA si no quieren perder el tren frente a su competidora. Por el momento, Universal, es la única compañía que ha reaccionado ante la noticia, aplaudiendo el acuerdo, pero sin especificar su unión al mismo. Desde la RIAA, Hilary Rosen, su presidenta, ha emitido un comunicado en el que afirma que los pasos de Napster confirman que es mejor trabajar con la comunidad de creadores que contra ella, pero que este acuerdo no pondrá fin al proceso judicial y que sigue siendo necesario el establecimiento de un conjunto de leyes que regulen la distribución de música en Internet. Asimismo, ha afirmado que la RIAA nunca ha estado en contra de la tecnología P2P sino en contra de la piratería, y lamenta que Napster haya entendido mal este mensaje.
Por parte de los usuarios, las protestas se dejan ver en los foros desde los que se lanzan mensajes de venta al capital. El sistema de suscripción les afectará y aunque se trate de una pequeña cuota mensual, ¿estarán dispuestos a pagar por algo que ha tenido y tienen en otros web de manera gratuita?.
Las incógnitas están lanzadas, el pacto está hecho y la situación ha dado un giro de 180 grados. Sin duda, se plantea un modelo de negocio diferente al que hasta ahora ha hecho subsistir a Napster: el de la suscripción por descarga. Un punto intermedio entre la ilegalidad y las imposiciones económicas que abre el camino al comercio de las industrias discográficas en la Red. Al final, como siempre, gana el imperativo comercial.
www.bertelsmannag.com
www.napster.com
www.riaa.org