Accesibilidad de Internet: acceso para todos
Vamos a hacer un experimento. Siéntese cómodamente delante del ordenador. Enciéndalo. Una vez que esté en Windows o en el sistema operativo que utilice habitualmente, conéctese a Internet. Prepare el navegador y elija su página web favorita. Cuando esté en ella, apague el monitor, cierre los ojos e intente navegar. Con esta sencilla prueba conseguirá hacerse una idea de lo que sienten las personas con deficiencias visuales cada vez que se cruzan con un sitio web que no cumple las pautas de accesibilidad.
En este viaje en busca de una Internet más accesible nos ha acompañado Elías Morán del Centro de Investigación y Desarrollo de Aplicaciones Tiflotécnicas (CIDAT) de la ONCE. “El concepto de discapacidad es muy elástico. Se puede ser discapacitado para una cosa, pero para otra no. La tercera edad, además es importante porque en ella se da el mayor número de discapacidades sobrevenidas”, afirma Elías Morán. Es una auténtica paradoja que se insista en atraer a todas las capas de la población hacia el maná de Internet, pero no se trabaje lo suficiente para que todo el mundo tenga acceso a la información. No se trata sólo de personas ciegas, o sordas, o con restos visuales o auditivos, o incluso con dificultades motrices. Los integrantes del colectivo de la tercera edad también se beneficiarían si se cumplieran las pautas de accesibilidad además del común de los internautas. Todos aquellos que tienen un equipo anticuado, una pantalla pequeña, o una conexión lenta, verán incrementada la calidad de su navegación si se cumplieran esas pautas.
Según Emmanuelle Gutiérrez, coordinadora de SIDAR (Seminario de Iniciativas sobre Discapacidad y Accesibilidad en la Red), comenta que “no se puede decir que Internet sea totalmente inaccesible. Si bien son cada día más las páginas que van aplicando las pautas de accesibilidad, en su mayor parte las página de la Red son bastante inaccesibles”.
Quizá los argumentos acerca de la igualdad de oportunidades y de la solidaridad social no sean suficientes para algunos. Se pueden apuntar otras razones muy válidas a favor de un diseño accesible de sitios web. Los que dirigen un sitio web o los responsables de su diseño pueden beneficiarse si tienen en cuenta otros criterios de índole económico. Uno de ellos es la capacidad de compra de las personas con discapacidades. Son compradores numerosos que tal vez su negocio no pueda permitirse el lujo de dejar de lado. Además si desea que su sitio web sea más fácilmente localizable en los buscadores, es conveniente que su web sea accesible. Los motores de búsqueda suelen indexar basándose en textos, y no en imágenes o multimedia, salvo que incorporen textos equivalentes. Otras razones son de tipo más personal. Nadie hace planes para convertirse en discapacitado; sencillamente ocurre.
La sociedad española está envejeciendo. Las personas de la tercera edad podrían representar casi la mitad de la población en muy pocos años. Los avances de la medicina están ampliando la esperanza de vida de los seres humanos. Pero, en muchos casos, entre un tercio y la mitad de las personas mayores de sesenta y cinco años presenta algún tipo de discapacidad sobrevenida. Los números son bien sencillos. El comercio electrónico de nuestro país no puede ignorar a la cuarta parte de sus internautas potenciales. Curiosamente los últimos avances tecnológicos pueden convertirse en chatarra informática si no crece el número de páginas web accesibles. Basta recordar un invento como el autoPC. Es una dispositivo para el automóvil que permite navegar mientras se conduce. Sin embargo, nadie va a ser tan loco como para retirar las manos del volante o la vista de la carretera para consultar información en Internet. Si las páginas web cumplen con las pautas de accesibilidad, navegar en Internet mientras se conduce un automóvil será mucho más sencillo y, sobre todo, mucho más seguro.
Los argumentos a favor de la accesibilidad son innumerables, pero el más importante es el del coste. Según Emmanuelle Gutiérrez “si se diseña desde el principio, si se incluye la accesibilidad en la fase de planificación, el coste es cero. Si se trata de modificar un sitio ya existente, el coste podría ser de menos del 5% del presupuesto total del sitio web”. En muchos casos bastaría con hacer una versión de página de web de sólo texto para poder convertirla en accesible.
Cuestión de prioridades
No todas las acciones dirigidas al diseño de sitios accesibles son igual de prioritarias. El W3C establece una serie de puntos de verificación relacionados con las pautas de accesibilidad (ver recuadro). Estos puntos de verificación pueden tener tres niveles diferentes de prioridad. El primer nivel es el que deben cumplir todos los desarrolladores web para que todos los grupos de usuarios puedan acceder sin problemas a la información de un documento. Es un requisito básico. Tiene prioridad uno, por ejemplo el aportar texto alternativo para la información de carácter gráfico o que la información no sea dependiente del color. El segundo nivel de prioridad marca aquellas acciones que contribuyen a la elimina