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ING evalúa los pros y los contras de la informática 'en la nube'

La informática en la nube está en la mente de muchos CIOs en la actualidad y Alan Boehme, de ING Financial Services, no es una excepción.

ING es el tipo de organización con muchos usuarios con los que las compañías que ofrecen servicios cloud querrían llegar a acuerdos para varios de sus servicios de negocio online. Si bien es cierto que Boehme, vicepresidente senior y responsable de arquitectura empresarial y estrategia de TI de ING, se muestra fascinado con el potencial de la informática en la nube, también considera que la industria necesita conseguir algunas cosas antes de que este modelo alcance todo su potencial.

La principal preocupación de Boehme es que las políticas de licenciamiento de software no han alcanzado la ‘nube’. La cloud permite a los clientes comprar potencia en base a un modelo de pago por uso pero las licencias de software para productos que podrían utilizarse en la cloud deben adquirirse, por regla general, de forma anticipada, señala. Las licencias de software también deberían estar disponibles bajo demanda, afirma.

“No he conocido ninguna empresa que tenga la flexibilidad en el licenciamiento de software para ajustarse a la flexibilidad de los proveedores cloud”, explica Boehme. “Esto es difícil porque- continúa- un cambio de modelo de negocio lleva su tiempo”.

sede de ING Direct en Amsterdam



ING, que presume de una infraestructura de TI formada por entre 2.900 y 3.000 servidores y más de 900 dispositivos de conectividad, lleva utilizando el software como servicio desde hace varios años para necesidades como la automatización de ventas, CRM y recursos humanos, entre otras. En la actualidad, la compañía evalúa una plataforma de despliegue de aplicación alojada así como almacenamiento online y servicios de computación.

Boehme sabe que los servicios en la nube facilitan el dimensionamiento tanto hacia arriba como hacia abajo de los recursos pero también que, para desplegar un caso de negocio para la nube, las compañías necesitan evaluar la viabilidad técnica de los servicios así como la seguridad, la facilidad de gestión y la capacidad de mover aplicaciones de una nube a otra.

 

Interoperabilidad, la palabra clave

Boehme es miembro fundador de la Cloud Security Alliance, organización que hará público un white paper en la próxima conferencia de la RSA, en el que aboga por unos estándares de seguridad para el mercado cloud. Si las nubes son interoperables, los clientes pueden al menos mover una aplicación de una a otra en caso de fallo, señala la alianza en su página web. “Las empresas que utilizan la nube deberían preparase para lo peor”, mantiene el grupo. Pero esto no significa que evitar migrar a la nube tenga sentido, añade Boehme. ING ya utiliza una combinación de centro de datos gestionados por personal propio y centros de datos gestionados por terceros, apunta. “La informática en la nube utiliza una arquitectura multi-proveedor pero esto no la convierte en algo completamente nuevo y desconocido”, explica el grupo.

El Cloud computing no es tan sofisticado como la tecnología mainframe de hace décadas aunque Boehme sí espera grandes cosas de este nuevo paradigma. De hecho, prevé que las compañías utilicen una combinación de proveedores en la nube externos así como nubes privadas, con aplicaciones que pueden ser transportadas por toda la plataforma.

"No creo que veamos compañías que trabajen con un único proveedor”, manifiesta. “Pensamos que las empresas tendrán múltiples proveedores, nubes internas, externas, nubes híbridas… Nos gusta el concepto y la flexibilidad que aporta. De hecho, creemos que puede ser tan importante como lo fue la Web en el año 2000”, concluye.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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