Gestión del rendimiento de una infraestructura "cloud"

Mover los sistemas "core" a plataformas en la nube conlleva conocer a fondo cuáles son las mejores prácticas y soluciones para gestionar las TI con el nuevo modelo

La importancia de una correcta gestión y monitorización de una plataforma cloud se puso de manifiesto el pasado mes de abril, cuando el apagón del servicio cloud de Amazon, el llamado Elastic Compute Cloud (EC2), afectó al funcionamiento de muchas empresas usuarias del servicio.
Este apagón, junto con otros, ha provocado que muchos CIO hayan empezado a estudiar seriamente las condiciones y forma de gestión de las TI que brinda este modelo en la nube antes de optar por él.
Según un reciente estudio elaborado por IDC entre 250 empresas usuarias de cloud en todo el mundo, las garantías de los SLA (service-level agreements o acuerdos de nivel de servicio) no son ya lo más importante para los CIO que estudian dar el salto a cloud, sino colmar las necesidades específicas de sus propias aplicaciones. “Las empresas están muy concienciadas sobre los problemas de rendimiento que pueden generar las plataformas cloud –asegura Mary Johnston Turner, analista de IDC–. De hecho, una de las razones por las que se ve tanto interés en las nubes privadas es porque los directivos de TI son los responsables de asegurar un buen rendimiento de las infraestructuras de sus empresas y prefieren no dejar esta responsabilidad en manos de terceras empresas”. En realidad, la analista asegura que esto no es sólo un problema debido a cloud sino generado por la complejidad de las aplicaciones compuestas (es decir, aplicaciones construidas combinando múltiples servicios) que se están introduciendo en los entornos de cloud.
“Todo esto conlleva un gran desafío –explica–. Y hace que los usuarios necesiten invertir en productos de gestión del rendimiento de las aplicaciones que estén desarrollados para soluciones compuestas y entornos virtualizados. Existe toda una nueva gama en este sentido actualmente”.
La idea, continúa Turner, es ser capaz de monitorizar de forma independiente el rendimiento de las aplicaciones en toda la extensión de la red de cloud para poder entonces medir dicho rendimiento en lo que respecta a la experiencia de usuario.

Soluciones
En este sentido, muchas empresas ya son conscientes de la importancia de monitorizar el rendimiento después de haber dado el salto a cloud con el fin de evitar problemas, por ejemplo, de latencia. Para evitar cuellos de botella, es útil utilizar herramientas diferentes que ayuden a monitorizar. Una de ellas es, por ejemplo, Scout, una herramienta de nivel de servidor que permite a los administradores de TI visualizar las cargas de las bases de datos, el nivel de uso de la CPU y el consumo de energía de los servidores. La monitorización puede hacerse usando agentes que corran sobre los servidores cloud y reporten las alertas y el estado de los datos. Otras herramientas destacadas del mercado para la monitorización son las de Nagios Enterprises y las de código abierto de Monit. Utilizar herramientas como Pingdom para asegurar que en los sites de una empresa funcionan bien sobre un entorno cloud también es útil. En toda monitorización, ver que la actualización y la rapidez de respuesta de una web sea correcta es crítico, ya que si los clientes no pueden acceder a sitio web la empresa está perdiendo dinero. Otra solución es New Relic, para la monitorización del rendimiento de las aplicaciones, que permite ver qué páginas se cargan más o menos rápido, el consumo de memoria y el uso de la CPU.
La clave es monitorizar con un amplio elenco de productos de forma que se pueda obtener tanta información como sea posible para actuar cuando haya problemas. Los expertos recomiendan también monitorizar los servidores proporcionados por el proveedor de servicios cloud. De hecho, una ventaja de este modelo es que permite deshacerse de un servidor lento y obtener otro a través de un panel de control.

Qué monitorizar
Para obtener el rendimiento que la compañía necesita, hay que precisar requisitos específicos al proveedor de cloud, como recuerda el analista de Forrester James Staten. “Es importante la transparencia, es decir, cuál es exactamente el rendimiento que se proporciona. Hay que preguntar al proveedor qué niveles de monitorización te permite hacer directamente y qué logs te enviará para que puedas ver lo que ocurre. Y si no te proporciona estos datos, hay que pedirlos”.
El analista añade, no obstante, que la monitorización del rendimiento es responsabilidad de la empresa usuaria, no del proveedor de cloud. “Y si la empresa no puede hacer la monitorización, puede subcontratarla a compañías como HP, IBM, Accenture…”.
Por otro lado, recuerda el analista, en contra de lo que algunos piensan, los SLA no cubren la monitorización del rendimiento, “cubren sólo la disponibilidad. Además, no todas las aplicaciones y los servicios que una compañía tiene en la nube son de misión crítica. No es necesario monitorizar el rendimiento de todo lo que se tiene en cloud, sólo de lo core”.

Gestión ‘end-to-end’
Para Turner, de IDC, el mercado de aplicaciones de monitorización del rendimiento en la nube es aún inmaduro. “Hay pocos proveedores que den soluciones completas –asegura–. Pero este año está mejorando mucho la oferta de automatización de elementos de aprovisionamiento, lo que permitirá una monitorización end to end real.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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