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¿Cómo sobrevive un CPD a un terremoto?

Una construcción inteligente y la buena planificación son los dos factores que permitieron a los data center de Japón escapar sin daños graves del terremoto masivo que azotó el país nipón en marzo de este año. Según Atsushi Yamanaka, director general de IDC Frontier, estas dos variables son las que han permitido que ningún CPD sufriera daños críticos o tuviera que suspender su servicio tras el seísmo, pese a que se enfrentaron a una suspensión prolongada del suministro de energía, así como del combustible necesario para alimentar los sistemas de emergencia.

Los data centers se enfrentaron no solo al terremoto inicial, sino también al posterior tsunami y a los cortes de energía provocados por las distintas crisis en varias centrales nucleares del país. Pese a estas tres amenazas, los CPDs consiguieron mantenerse operativos, reportando únicamente daños menores. En ello ha influido enormemente que la mayoría de los data centers japoneses han sido diseñados con capacidades muy superiores a los ya de por sí estrictas regulaciones de construcción del país nipón. Yamanaka destaca que los CPD modernos en Japón se construyen sobre gigantes absorbedores de golpes, compuestos de metal y caucho, sobre los cuáles se mueven los edificios de lado a lado durante el seísmo.

Además, la práctica totalidad de los data center en Japón aseguran de manera firme al suelo los racks de los servidores, así como todo el equipamiento de refrigeración, de manera que no se muevan de su posición durante un terremoto. “Yo he visto en algunos data center de Estados Unidos los racks puestos simplemente sobre el suelo, eso no lo puedes ver nunca en Japón”, afirma Yamanaka. Gracias a estas medidas, solo cinco racks en todo el país reportaron daños críticos durante el seísmo de marzo. Japón, terremoto, CPD

Otro factor que mitigó los potenciales daños del seísmo fue que un 70% de los CPDs se encuentran localizados físicamente en la región de Tokio, que recibió un impacto menor en comparación con otras regiones de la isla, sufriendo “sólo” un movimiento de 10 centímetros hacia los lados durante dos minutos. De hecho, no hay ningún data center en la región noreste por donde hizo su entrada el tsunami, en parte porque las compañías ya prevén este tipo de acontecimientos en la zona y evitan instalarse allí. En ese sentido, varias compañías han alterado sus planes de construcción y están planeando trasladar sus proyectos de CPDs al oeste del país, que es considera más segura que el este. 

En cuanto a los cortes energéticos, Yamanaka explica que los planes de recuperación tras un desastre incluyen que si se corta el suministro energético general, se activan automáticamente sistemas de producción independiente, alimentados por diesel. Además, las compañías fueron muy rápidas a la hora de exigir combustible adicional para hacer frente a la situación. Una situación que se ha agravado con el paso del tiempo, hasta convertirse en el mayor quebradero de cabeza para los gerentes de los CPDs japoneses. El gobierno nipón ha reactivado plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles para intentar subsanar estas carencias y facilitar la vuelta a la normalidad de estas instalaciones críticas.

A pesar de todo ello, algunos aspectos fallaron y las empresas están aprendiendo la lección de cara a futuros terremotos. Las comunicaciones telefónicas resultaron más afectadas de lo esperado, y en parte fueron sustituidas por las herramientas de comunicación social. Además, el prolongado corte energético ha hecho que las compañías se replanteen nuevas formas de soportar este tipo de cortes de suministro prolongados en el tiempo. 

James Niccolai

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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