Varios suministradores me han asegurado que va a ser rentable prestar más atención al sector de la salud...
Porque, aparte de la reestructuración en profundidad que deba producirse para contar con unidades hospitalarias más operativas, una cosa tienen clara: la gestión en los centros sanitarios debe mejorarse con ayuda de la informática. No dicen que ahora se lleve desastrosamente, pero aseguran que faltan peldaños por subir para alcanzar el óptimo deseable. Yo, sinceramente, no se que opinar. Porque, admitiendo que en los entornos informáticos todo es perfectible -más que en ningún otro, por la celeridad con que se producen los avances tecnológicos- las inversiones hechas tienen que justificarse de algún modo. Bien presentando índices elocuentes de rentabilidad previsiblemente mejorables, bien apoyándose en el ya dilatado período de tiempo transcurrido desde el momento de la implantación y en los frutos obtenidos, concretándose éstos en el considerable aumento de creyentes en los sistemas informáticos. Pero, insisto, si, por ejemplo, el Plan DIAS se puso en marcha hace aproximadamente cuatro años para informatizar los centros hospitalarios pertenecientes al INSALUD -más de cien- habiéndose invertido ya unos cuatro mil millones de pesetas, ¿es campo abonado éste colectivo para que, uno por uno, vayan emancipándose informáticamente, y tengan potestad para configurar su gestión hospitalaria como más les convenga? La esperanza de los ojeadores informáticos de este segmento se basa en que, con cuatro años de experiencias para poner a punto el Plan DIAS, sus sistemas de información sanitarios deberían ser casi perfectos y, en cambio, dicen que no han estado presentes en el concurso convocado por el hospital La Paz, de Madrid. ¿Por qué? ¿Será verdad que, en la integración informática de servicios hospitalarios, queda mucho por hacer?