Valencia en el aire.
Malos vientos soplan en IBM. Las pérdidas se siguen acumulando, y por ello, la dureza de las medidas para frenar la sangría económica va paulatinamente in crescendo. Ahora, IBM Europa se descuelga con un anuncio sorprendente; la independización de sus centros de producción en el Viejo Continente de sus estructuras comerciales. Las fábricas, convertidas en centros de negocio autónomos, sobrevivirán o serán cerradas en función de sus números comerciales, de su saldo en rojo o en negro.
Esta medida, que afecta muy directamente a la fábrica que la multinacional tienen en Valencia, presenta serios interrogantes. Al ser centros autónomos ¿cada planta va a poder decidir sus líneas de producción? ¿podrá fijar libremente sus precios de venta internos a las diferentes filiales del grupo?, ¿podrá fabricar para terceros clientes, sean o no competidores?.
Parecen evidentes las respuestas a algunos de éstos interrogantes y, por tanto, parece evidente que de libertad y autonomía, nada de nada. Entre otras cosas porque sería absurdo. ¿No sería más lógico que IBM confesase que ha puesto en marcha una lotería para cerrar algunas de sus fábricas en Europa?. Quizás piensen que es más elegante y menos traumático cerrar una fábrica pretextando que no supo utilizar correctamente la libertad que IBM le concedió. ¡Lo que hay que oír!...