Uno de 50 se abre al exterior con ayuda de las TIC
- Ramón Ramallal, su CIO, está convencido del importante papel de los departamentos TIC en la optimización de las organizaciones
Uno de 50 es una de esas marcas de regalo y bisutería que ha sabido hacerse un hueco en el mercado nacional y que va abriendo sus puertas a mercados internacionales. La empresa, que en la actualidad, cuenta con 44 tiendas en territorio nacional y dos en Portugal, se lanza al mercado norteamericano con la apertura este mes de su primera tienda en Miami.
Mucho ha llovido desde que en 1996, Concha Díaz, actual jefa de diseño de la empresa, fundara una compañía artesanal donde primaba la originalidad, no sólo de las piezas sino también del número que se comercializaba de las mismas. El nombre Uno de 50 surge precisamente de la idea de crear únicamente 50 unidades numeradas de cada uno de sus modelos. Hoy el vertiginoso crecimiento experimentado por la compañía hace que esta premisa de partida quede reservada a algunas colecciones.
Y es que en el año 2000-2001, la entrada de José Azulay en la compañía, en la actualidad presidente y propietario de la misma, supuso la profesionalización de Uno de 50 y, cinco años más tarde, su expansión por toda la geografía nacional. Sólo en 2007 se inauguraron once tiendas y este año, a pesar de la crisis, el número asciende hasta los nueve locales. En total, más de 240 personas en plantilla, fruto, tal y como señala Ramón Ramallal, director del departamento de informática de Uno de 50, “del cambio de filosofía, mentalidad y estructura que ha asumido la compañía en estos años”. En este proceso, el departamento que dirige Ramallal desde hace tres años se ha convertido en algo “vital para la compañía”, tal y como él mismo afirma. “Las TI son una parte muy importante de Uno de 50 y, de hecho, pensamos que cualquier empresa de retail que quiere llegar a una excelencia en su área de actividad debería contar con un departamento de tecnología en condiciones. Aparte, se debe dar un cambio de actitud en las personas que nos ven sólo como un departamento que arregla PC. Nuestro trabajo va mucho más allá: optimizamos compañías. Somos los que estamos en la sombra para que el resto triunfe: no generamos capital pero podemos hacer, por ejemplo, que el departamento de venta pueda vender porque le hemos proporcionado la información correcta”.
Las TI evolucionan a la par que la compañía
Las diferentes fases por la que ha atravesado Uno de 50 ha exigido unas herramientas de TI distintas. Así, en el momento de profesionalización de la compañía, se funcionaba con ADSL y un sistema de información, un ERP de Exact Software. Una vez que la organización fue adquiriendo mayor dimensión, tal y como explica el responsable del departamento de informática, “quedó patente la necesidad de no tener problemas de conectividad que dejaran sin acceso a la información a cualquier persona que trabajara en la compañía. En este sentido –explica–, apostamos por el despliegue de una NETLan, que conectaba la sede central y todas las tiendas, con el objetivo de disfrutar de una mayor calidad de conexión libre de ‘ruidos’. En ese momento, además, se abordó la creación de una cloud en la que se puso todo el software con el que trabaja la compañía con el fin de que fuera accesible por cualquier trabajador desde la web”. Se fue capaz de ofrecer información en tiempo real de cómo estaba la compañía a los empleados que no desarrollaban su labor en la central, bien desde el punto de vista de stock, como de las piezas que estaban en fábrica y del tiempo que tardarían en llegar a tienda.
Esta manera de trabajar estuvo vigente a lo largo de 2007 y 2008. “La tecnología nos cuadraba y apostamos por seguir en esta línea, el único inconveniente que divisamos fue que, ante el crecimiento exponencial del número de tiendas, la NETLan se nos quedaba pequeña”, afirma Ramón Ramallal. Por ello, Uno de 50 decidió abordar la creación de una MACROLan, totalmente blindada, de fibra óptica, en la que, en palabras de Ramallal, “las incidencias de tipo físico quedan reducidas prácticamente a cero”. Este proyecto, en el que Uno de 50 ha invertido alrededor de 300.000 euros, estará finalizado en el mes de diciembre y entrará en funcionamiento para la campaña de navidad.
Hacia un nuevo ERP
La internacionalización de Uno de 50, con la apertura de tiendas allende nuestras fronteras, ha marcado asimismo un punto de inflexión en la trayectoria tecnológica de la entidad. “Las nuevas condiciones en las que opera la compañía han manifestado la necesidad de disponer de un ERP que diera respuesta a las diferentes monedas y mercados en los que vamos a comercializar nuestro catálogo de producto”, expone Ramallal. “Además –prosigue– , contemplamos el uso de herramientas de Business Intelligence de las que nuestro anterior sistema carecía, para que nos diga por dónde debemos ir como compañía”.
En este sentido, Uno de 50 ha optado por SAP y aunque, el responsable de informática comenta que “se trata de una versión capada de SAP R3, si la evolución de la compañía continúa por esta línea está claro que necesitaremos un ERP de estas dimensiones”. La migración que se ha prolongado durante nueve meses estará finalizada para el mes de febrero.
En el horizonte, la virtualización
De cara al próximo año, Uno de 50 tiene en mente emprender varios proyectos de TI, entre los que destaca la virtualización de los ocho servidores funcionales de su Centro de Proceso de Datos (CPD). Si bien en primera instancia se planteaba el crecimiento físico de la plataforma hardware, el coste de su mantenimiento –refrigeración, sueldo de operarios, etc. –, y del espacio físico, ha hecho que la empresa se plantee la virtualización como la opción más viable. Según Ramallal, “los primeros estudios sobre el proyecto han arrojado que sólo en refrigeración, podría ahorrarme un 30% del gasto actual”.
En la actualidad, la empresa ya ha contactado con varios proveedores y estudia los diferentes presupuestos y proyectos remitidos por los mismos con el objetivo de tomar una decisión a finales de enero.
Con un presupuesto anual de TI que, en 2008 rondó los 600.000 euros y que, según el responsable del departamento de informática, crece año tras año, Uno de 50 ha conseguido pasar de ser una empresa artesanal a una multinacional.