Unix o la validez de una alternativa histórica. Un análisis de la evolución tecnológica.
Unix se ha convertido desde hace algunos años en la gran esperanza de los sistemas abiertos. La reciente evolución de los acontecimientos alrededor de este sistema operativo, ha llevado a muchos de los usuarios a pensar que, finalmente, las posibilidades de extensión de Unix se perfilan como cada vez más reales. Computer Research Technology publicó recientemente un análisis de las oportunidades de este sistema operativo por medio de una visión retrospectiva de 20 años de historia, con el objetivo de centrar algunos conceptos que en muchas ocasiones se diluyen o se olvidan, pero que resultan extremadamente necesarios para calibrar con la mayor objetividad posible las posibilidades de Unix, como sistema operativo en entornos abiertos.
El origen de Unix se encuentra en los laboratorios de AT&T Bell.Fue concebido en un principio, como un esfuerzo específico para desarrollar un sistema operativo que pudiese soportar proyectos de desarrollo en grandes sistemas. Escrito originalmente en lenguaje Assembly PDP-7, más tarde fue migrado a C. Cuando el sistema fue implantado en equipos DEC, y gracias a su relativa portabilidad, comenzó a hacerse popular en diversas universidades, de tal manera que fue licenciado en gran número de instituciones académicas.
Una vez que se introdujo en las universidades, el Unix sufrió diversas modificaciones. Fue la Universidad de Berkeley (California) la que puso en el mercado, por primera vez, un producto de carácter comercial, el BSD (Berkeley Systems Development), que fue licenciado a su vez a diversos fabricantes de sistemas y a vendedores independientes. Así en la década de los 80, el gigante del software para entornos PC, Microsoft, obtuvo una licencia del Unix de AT&T, para poner en el mercado un sistema operativo con la misma filosofía de trabajo de Unix, pero trabajando en ordenadores personales con un microprocesador Intel de 16 bits; era el Xenix. Microsoft, a su vez, vendió el esfuerzo del desarrollo del nuevo sistema operativo a la compañía SCO (Santa Cruz Operation), que dio un nuevo enfoque al producto y lo comercializó. Sin ser realmente una versión de Unix completa, el Xenix soportaba multitarea, códigos de reentrada, comunicaciones interprocesales, y un buen número de sistemas de desarrollo de software. Sin embargo, y como su pariente Unix, este nuevo sistema necesitaba aún una cantidad elevada de memoria y disco duro, dos requisitos cuya existencia era excepcional por aquel entonces.
A pesar de todas estas dificultades iniciales, el proyecto no se abandonó, y con el paso del tiempo SCO desarrolló una versión de Xenix que trabajaba a 32 bits, con unas prestaciones comparables a Unix. El éxito de este nuevo producto se extendió hasta principios de los años 90, conforme el aumento de la popularidad de su hermano mayor el Unix. Desde que la mayor parte de las aplicaciones para Xenix corren en Unix, la transición desde Xenix hacia este último sistema operativo se ha vuelto más sencilla que el mismo proceso de DOS a Unix. Hay un aspecto crucial, que podría explicar por sí mismo la creciente popularidad de Unix, y es su independencia de las plataformas hardware. Después de aproximadamente quince años de crecimiento constante de las inversiones en informática, los usuarios de todos los niveles están buscando una salida viable y económica para las nuevas necesidades que el tratamiento de la información requiere, sin que ello resulte excesivamente gravoso para sus presupuestos. Por otra parte, hay un aspecto tecnológico importante que no se puede obviar: debido a los últimos avances en microprocesadores, y en tecnología de almacenamiento de datos, hoy ya es posible que versiones completas de Unix funcionen al cien por cien en PCs usando procesadores Intel 486 y superiores. Así, y dentro de este entorno de hardware, Unix es perfectamente capaz de soportar la mayor parte de las necesidades de tratamiento de la información que se presenten en los próximos años. Por todo ello, se está comenzando a hacer tan popular en el entorno de los negocios, abandonando definitivamente su elitista orientación inicial hacia el usuario científico. La nueva orientación de la informática, hacia los sistemas abiertos, también ha contribuido en gran manera a la popularización de Unix, de tal manera, que este sistema operativo se ha convertido ya en sinónimo de este nuevo concepto. El alto costo que lleva consigo la compatibilidad entre sistemas propietarios y el software, está creando una demanda en los grandes usuarios de un sistema operativo común, que abarque todas las plataformas hardware de manera económica. No hay que olvidar, sin embargo, que Unix es un sistema operativo que requiere un equipo humano altamente cualificado para su instalación y posterior mantenimiento, además, y debido a su origen en entornos de investigación y desarrollo, el primer acercamiento para el usuario no familiarizado con este tipo de entornos, no resulta especialmente amigable ni fácil. Su oscuro lenguaje, en modo comando, está más cercano a un informática especializado que a un usuario de a pie, de tal forma, que a pesar de los intentos de algunos fabricantes de añadir productos que faciliten su utilización como los GUIs, hoy por hoy, el Unix sigue siendo mucho más popular entre ingenieros y desarrolladores de software, que para los usuarios del mundo de los negocios, desde administrativos hasta ejecutivos.
La filosofía de la seguridad
Una de las bazas más importantes que Unix puede ofrecer a los usuarios actualmente, es su alto grado de seguridad, intrínseco al propio sistema operativo. Al ser concebido como un sistema multitarea, desde el principio el concepto de la seguridad fue parejo al desarrollo del propio sistema. Quizás lo más llamativo en este sentido sea el sistema de asignación de directorios y el password, de tal forma que a cada usuario se le asignan una serie de ficheros y directorios de trabajo. Si en caso de necesidad, dicho usuario desea trabajar en otros ficheros distintos de los que tiene asignados, el permiso ha de venir directamente del administrador del sistema. Ultimamente, un gran número de aplicaciones en Unix ofrecen la seguridad adicional de los llamados sistemas DOD, que integran cuatro niveles escalables de seguridad, que pueden ir siendo implantados en el propio sistema según su crecimiento en el tiempo o adaptándose a las necesidades del usuario. Los distintos niveles de estos sistemas, implican desde el usuario de más bajo nivel, hasta el administrador del sistema, que necesita conocer una complicada serie de códigos y operaciones matemáticas para poder modificarlo.
Presencia en el entorno PC
La mayor parte de las versiones de Unix que existen actualmente ofrecen la posibilidad de trabajar con aplicaciones escritas en DOS, directamente en unidades de proceso Intel. La mayor parte de las versiones Unix para PC ofrecen una compatibilidad doble para la mayor parte de las aplicaciones, al menos en lo que se refiere a programas en modo carácter. Ello supone que muchas aplicaciones pueden correr en la mayoría de las arquitecturas Unix para PC, sin ningún tipo de modificación o recompilación. A diferencia de los fabricantes de estaciones de trabajo, que entregan sus propias versiones de Unix, los vendedores de PCs no lo han hecho, de tal forma que Dell o NCR incluyen un Unix, basado en el producto Interactive Systems, uno de los principales vendedores, junto con SCO de Unix en el mercado. En un principio sería erróneo pensar en Unix como sistema operativo para PCs debido a su concepción multitarea y multiusuario. Sin embargo, cada vez hay más esfuerzos de investigación destinados a aprovechar sus originales prestaciones para permitir a un usuario individual trabajar con más de una sesión de Unix al mismo tiempo, desde una misma estación de trabajo, usando un hotkey entre las distintas sesiones. Por otra parte, cierto número de aplicaciones para DOS, se han llevado a Unix y