Un curso complicado
Mientras los indicadores económicos se empeñan en evidenciar que la confianza empresarial está bajando y que el crecimiento económico se estanca en todo el mundo, la última edición del estudio que sobre tendencias de inversión en TI elabora mensualmente la revista CIO (editada en Estados Unidos por IDG Communications) certifica que el pesimismo es compartido por una gran mayoría de los Directores de TI de aquel país. Así, el 41,5% de los encuestados por la revista CIO considera que la inversión en tecnología se recuperará “más allá del 2002”, cuando en abril de este año sólo el 28% de los consultados cifraban la recuperación en ese horizonte. Los redactores del informe consideran que el pesimismo ha contagiado a los Directores de TI norteamericanos y que habrá que esperar hasta finales de 2002 o principios de 2003 para empezar a contemplar una recuperación del mercado. Prueba de ello es que el Tech Future Growth Index, un indicador creado por la revista CIO para calcular la evolución de las previsiones de inversión en TI, ha pasado del 2,9 de mayo al 2,2 de julio. Como referencia, en febrero de 2001 el indicador estaba situado en el nivel del 6,0.
No es la primera vez que se produce una crisis en el sector de las empresas de Tecnología, y si algo podemos aprender de nuestra historia es que las crisis no se resuelven mediante despidos y reestructuraciones de plantillas, soluciones a corto plazo que en nada benefician la estrategia a largo de las compañías. Al contrario, los momentos de recesión deberían ser aprovechados para consolidar las organizaciones, revisar los puntos de ineficiencia y apostar por un fortalecimiento de las estructuras empresariales con el fin de ocupar las mejores posiciones ante la previsible recuperación.
Los analistas se empeñan en asegurar que cuando el mercado se recupere, sólo las empresas mejor preparadas serán capaces de beneficiarse del nuevo tirón de las inversiones en Tecnologías de la Información. Claro, que en un entorno en el que las estrategias de las empresas se deciden en Wall Street, el incremento de los beneficios y, consecuentemente, del valor en bolsa parece ser el único objetivo importante.