Trabajo y AA.SS. sale de compras
En el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales han empezado a evidenciar su gran capacidad inversora en asuntos relacionados con las TIC. Los primeros testimonios de su fama compradora acaba de darlos con el anuncio de tres concursos de asistencia técnica por los siguientes importes, IVA incluido: 3.267.264 euros; 21.667.606: y 25.717.852. En referencia a éste último, por ejemplo, el objeto del contrato es la realización de los servicios necesarios para el soporte técnico a los trabajos en el Centro de Desarrollo en explotación en la Subdirección General de Informática de la Tesorería General de la Seguridad Social. La partida presupuestaria se repartirá, por años, de la siguiente forma: Año 2003, 9.644.194,50 euros; 2004, 12.858.926; y 2005, 3.214.731,50. Asimismo, debido a las peculiaridades del contrato, habrá una fase previa en la que se seleccionarán cinco empresas entre todas las que hayan concurrido y, a las elegidas, se las invitará a presentar las correspondientes proposiciones, para enfrentarse al proceso de evaluación y adjudicación definitivos.
Indefectiblemente, debido a las exigencias expuestas en el Pliego de Prescripciones Técnicas, las compañías tendrán que presentarse formando Uniones Temporales de Empresas y no será fácil conformar el número prefijado, cinco, con peso específico suficiente para aguantar el pulso competitivo con ciertas posibilidades de éxito. Previsiblemente, no tendrán dificultades para superar tanto la solvencia financiera y económica como la técnica pero, en otros aspectos a valorar, surgen interrogantes de cómo se llevarán a cabo y de qué manera se ejercitarán escrupulosas e indispensables garantías de comprobación. Por ejemplo, en las evaluaciones que afecten a la experiencia acumulada de las empresas, y a todos los puntos relativos a los curricula de los profesionales contemplados en las ofertas. Porque aquí puede estar el quid de la adjudicación del contrato.
Es previsible que, compañías que ya están realizando asistencia técnica en los entornos del usuario, presenten a todos, la mayoría, o parte de sus profesionales que allí están trabajando actualmente. Porque ocurrirá, seguro, que las compañías que no están desarrollando asistencia técnica en el cliente intentarán –porque saben que puede ser la clave del éxito– edulcorar los curricula presentados. ¿Cómo, y en qué tiempo podrá comprobar la veracidad el usuario? ¿Sólo con información “acreditada mediante declaración responsable”? Insuficiente.
Indefectiblemente, debido a las exigencias expuestas en el Pliego de Prescripciones Técnicas, las compañías tendrán que presentarse formando Uniones Temporales de Empresas y no será fácil conformar el número prefijado, cinco, con peso específico suficiente para aguantar el pulso competitivo con ciertas posibilidades de éxito. Previsiblemente, no tendrán dificultades para superar tanto la solvencia financiera y económica como la técnica pero, en otros aspectos a valorar, surgen interrogantes de cómo se llevarán a cabo y de qué manera se ejercitarán escrupulosas e indispensables garantías de comprobación. Por ejemplo, en las evaluaciones que afecten a la experiencia acumulada de las empresas, y a todos los puntos relativos a los curricula de los profesionales contemplados en las ofertas. Porque aquí puede estar el quid de la adjudicación del contrato.
Es previsible que, compañías que ya están realizando asistencia técnica en los entornos del usuario, presenten a todos, la mayoría, o parte de sus profesionales que allí están trabajando actualmente. Porque ocurrirá, seguro, que las compañías que no están desarrollando asistencia técnica en el cliente intentarán –porque saben que puede ser la clave del éxito– edulcorar los curricula presentados. ¿Cómo, y en qué tiempo podrá comprobar la veracidad el usuario? ¿Sólo con información “acreditada mediante declaración responsable”? Insuficiente.
