Todo tiene un precio

Estrategias del Comercio Electrónico

Exponer diferentes teorías acerca de la revolución que en todos los ámbitos sociales está fomentando Internet, no parece a priori nada excepcional; sí lo es por el contrario analizar en profundidad los diferentes conceptos surgidos por su implantación. Uno de estos, y quizás el que mayor repercusión puede tener en la evolución de la economía mundial es el del comercio electrónico, que ha obligado a forjar el nacimiento de la llamada Nueva Economía. En este sentido, todos los actores de la economía mundial han reorientado sus diferentes estrategias para poder operar bajo ese nuevo paradigma conocido como comercio electrónico.

Los objetivos de estas compañías, avalados por los análisis de diferentes consultoras, no son otros que obtener unos fáciles y significativos beneficios. Pero, parece que no todo no es tan fácil como parece, y autores como David Shenk ponen de manifiesto del alto precio que es necesario pagar por estar dentro de lo conocido como progreso. David Shenk, autor y comentarista de Brooklyn, ha contribuido con artículos y comentarios de opinión a las publicaciones Technology Review, The New Republic, entre otras. Shenk es consciente de los posibles efectos negativos de la tecnología: aislamiento social, exceso de información o atención itinerante, por nombrar sólo algunos de sus efectos no deseados, de los que él mismo ha sido víctima directamente. Shenk expuso originalmente sus dudas y temores en el libro Data Smog: Surviving the Information Glut, que es un análisis convincente de cómo un exceso de información puede corromper la sociedad. Su libro más reciente en este sentido es The End of Patience: More Notes of Caution on the Information Revolution que es un conjunto de ensayos, comentarios y conversaciones publicadas anteriormente.

Usted afirma que Internet es revolucionaria, pero no utópica. ¿Qué quiere decir con eso?
- Coincido con quienes afirman que Internet va a ser un factor de cambio, que modificará de manera fundamental la forma en que nos comunicamos, compramos cosas, interactuamos con el gobierno, e incluso la forma en que adquirimos una educación. No obstante, hay que distinguir entre lo que vemos en los anuncios comerciales y la realidad. Aunque la comunicación digital puede resultar más interesante y atractiva que la comunicación tradicional, no es necesariamente mejor. Debemos asegurarnos de no confundir el cambio con el progreso automático. El progreso tecnológico no representa un éxito total y absoluto. Comprendiendo esto, posiblemente podamos intentar mitigar de cierta forma la pérdida.

¿Puede ofrecer un buen ejemplo de concesión tecnológica?
- Amazon.com es un buen ejemplo. Su conveniencia está clara. Puedo conectarme electrónicamente para pedir un libro, y lo haré en aproximadamente 90 segundos. Hacer lo mismo en una librería requiere por lo menos 30 minutos. Si continúo comprando mis libros electrónicamente y todo el mundo hace lo mismo, voy a llevar a la quiebra a la librería en la que compro habitualmente. Pienso que nadie desea que eso suceda, porque una librería es un lugar muy agradable, y es una parte importante de la comunidad.

Hablando de comunidad, una de las promesas de Internet es su capacidad de crear comunidades entre personas que están geográficamente aisladas entre sí. Ahora bien, ¿No se sentirán las personas aisladas también físicamente de sus comunidades?
- Esa es la paradoja de Internet. Poder comunicarse con otras personas sin levantarse del asiento es casi irresistible, y también hay algo muy atractivo en comunicarse con personas electrónicamente y recibir respuestas electrónicamente. Es una sensación casi primaria. Sin embargo, este entusiasmo tiende a absorber en tal medida a las personas que hay el peligro de que empleen menos tiempo hablando e interactuando físicamente unas con otras. Al mismo tiempo, el correo electrónico tiene en sí mismo algo muy especial. Aunque es similar a escribir cartas, hay en ello algo que es más inmediato. No quiero disminuir la importancia del correo electrónico. Empleo gran parte del día utilizándolo para compartir mis pensamientos con otros. Pero también tengo que recordar que existen las personas. Afortunadamente, tengo una familia que me arrancará físicamente del asiento y me hará pasar algún tiempo con ellos.

Al mismo tiempo, ¿Piensa que el correo electrónico, los ordenadores portátiles y los teléfonos móviles obligan a las personas a permanecer conectadas con sus trabajos?
- Esa es otra concesión no prevista, como consecuencia de la tecnología. Como el día laborable no termina nunca en realidad, vivimos en una esfera de trabajo mundial de 24 horas, con la que podemos conectarnos fácilmente mediante dispositivos portátiles. Resulta difícil prescindir de esto. El trabajo no es un intervalo de ocho horas que puede dejarse en la oficina.

¿Hay un lado positivo en toda esa tecnología portátil?
- Obviamente, está apareciendo cada vez más gente con todo tipo de métodos para abordar el trabajo de manera flexible. Esto ofrece múltiples beneficios; las personas van a trabajar a casa, emplean más tiempo con sus familias, viajan y trabajan. Sin embargo, estar conectado electrónicamente todo el tiempo puede conducir en ocasiones a quedar sometido a una carga increíblemente pesada.

Usted plantea una advertencia en el sentido de que la capacidad de las Tecnología de la Información para que el control de los acontecimientos deje de pertenecer a las grandes organizaciones y pase a manos de las personas puede ser potencialmente un problema. ¿Por qué?
- Estamos convirtiendo la cultura, la política y todo lo relativo a la sociedad en un sistema orientado al mercado. Aunque esto ofrece un grado de control y una libertad de elección máximas a cada consumidor o ciudadano, también se está haciendo que el poder sea más difuso. El resultado es que hay menos entidades que dispongan del poder y el control necesarios para hacer algo en beneficio del público en general.

¿Y el peligro está en que esto dé lugar a una sociedad más fragmentada?
- Se trata más bien de lo que yo llamo “atomización”. El mejor ejemplo es lo que está sucediendo en los medios de comunicación. Todo el mundo conoce que los medios están adquiriendo un carácter más popular o sensacionalista. Esta tendencia está siendo promovida por la decisión de los consumidores de ver emisiones de ese tipo. Cuando en una de estas emisiones aparece algo de tipo sensacional, no podemos evitar verlas. Así, habremos utilizado nuestro poder individual para votar por este tipo de medio de comunicación. Es una concesión que hacemos.

Sin embargo, ¿No estamos ejerciendo así nuestro poder de elegir libremente?
- Aunque como personas tenemos más poder, control y opciones a elegir, estamos renunciando a dos cosas. En primer lugar, la vida es más compleja para las personas, en el sentido de que disponemos de demasiadas opciones que son buenas para nosotros. En segundo lugar, disponemos de tanto control como individuos que estamos votando esencialmente por una sociedad que es cada vez más sensacionalista, que se inclina ante las preferencias de la gente y que no tiene una visión total y a largo plazo sobre lo que va a ser bueno para nosotros dentro de unos años. Todo está basado en decisiones

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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