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Nuevas necesidades tecnológicas para un mercado conectado

El crecimiento de la World Wide Web es una indicación de que se está entrando en la tercera ola de la informática. La primera ola comenzó en los años 70, con la aparición de ordenadores que ayudaban a automatizar las operaciones internas o "back-office", como la contabilidad y la gestión de inventarios. En los años 80, el mundo fue testigo de la segunda ola, con unos ordenadores que automatizaban las operaciones "front-office" y soportaban aplicaciones de productividad personal en el ordenador desktop. Esa misma ola condujo también a la aparición del proceso cliente/servidor a finales de los años 80. La tercera ola del proceso de datos es el mercado conectado en red. Este será un mundo de aplicaciones comerciales con capacidad Internet y con una cadena de suministro conectada electrónicamente. Las empresas y organizaciones deben considerar cómo van a participar en este nuevo mercado, y cómo pueden adaptar sus sistemas actuales para suministrar datos a todas las aplicaciones con capacidad Internet que proliferarán en aquél. Cada una de las tres olas de la informática estaba dirigida a diferentes necesidades o requerimientos comerciales. La primera ola tenía como objetivo la eficiencia operacional, automatizando las funciones back-office. En la segunda ola, lo que se automatizaba era la productividad individual o personal, como las actividades front-office, las ventas y las funciones de soporte técnico. Los objetivos de la tercera ola serán el servicio técnico a los clientes y el comercio electrónico. Los vendedores podrán así llegar a sus clientes y firmas colaboradoras, relacionándose con ellas más eficientemente que nunca a través de conexiones electrónicas. Cada nueva ola introdujo la informática a unas audiencias cada vez mayores. Durante la primera ola, decenas de millones de personas utilizaban ordenadores, mientras que fueron cientos de millones los que los utilizaron en la segunda. IDC prevé que en la tercera ola del proceso electrónico de datos el número de usuarios será de miles de millones. Sin embargo, esta explosión de la población de usuarios dará lugar a problemas en relación con la disponibilidad de la red. Utilizar los recursos existentes Durante las dos primeras olas, la mayoría de las empresas evolucionaron añadiendo nuevos sistemas informáticos capaces de comunicar con sus sistemas ya instalados. Por ejemplo, los departamentos de TI esperaban que las soluciones back-office basadas en funcionalidad mainframe comunicasen con soluciones front-office que funcionaban en servidores distribuidos. Y, al mismo tiempo, se esperaba que estas soluciones front-office actuaran interactivamente con los ordenadores portátiles utilizados por los vendedores y empleados de soporte técnico remotos. Las cosas no son muy diferentes en la tercera ola. Las empresas y organizaciones que intentan acceder al nuevo mercado conectado en red a través del sistema Web esperan que todas sus nuevas soluciones de software y los nuevos dispositivos informáticos, como los asistentes digitales personales o PDAs, puedan comunicar con los PCs desktop y con los ordenadores de red o NCs situados en las oficinas de sus firmas colaboradoras y clientes, así como con los PCs de los consumidores en sus hogares. Sin embargo, el mercado conectado en red plantea algunas cuestiones críticas para los directores de Tecnología de la Información. Por ejemplo, ¿cómo puede implementarse este tipo de funcionalidad que incluye capacidad Internet? ¿A qué coste? ¿Podrán aprovecharse de nuevo los recursos y sistemas informáticos existentes, y aplicarlos al nuevo modelo o paradigma comercial? Aunque las dos primeras cuestiones requieren respuestas que no pueden contestarse con brevedad, la respuesta a la última cuestión es "Si". Las empresas están comenzando a crear soluciones de extremo-a-extremo que conectan sistemas front-end con capacidad Web a sistemas mainframe y sistemas cliente/back-end antiguos. Una de estas soluciones de extremo-a-extremo podría conectar entre sí el sistema operativo, el middleware y el serverware que soporta el proceso en servidores de aplicación en red y en servidores de base de datos, con la base de datos y las aplicaciones que funcionan en el servidor back-end en el centro de proceso de datos corporativo. Así, aunque la solución total utilizaría elementos de hardware y software de múltiples servidores, estos elementos se les aparecerían como un único recurso sin fisuras a los usuarios que accedieran a datos a través del Web. Una solución de extremo-a-extremo como ésta tendría que ser flexible, de forma que el departamento de TI pudiera adaptar el software a las condiciones cambiantes del negocio. Afortunadamente, este estilo modular de software de sistema por niveles resulta adecuado para el reordenamiento y a la actualización. Una solución de extremo-a-extremo, al ser capaz de utilizar los componentes ya existentes de la infraestructura tecnológica de la compañía puede ofrecer nuevos niveles de funcionalidad sin necesidad de sustituir o renovar los sistemas informáticos adquiridos a lo largo de muchos años. Un factor que contribuye a acelerar el desarrollo de estas soluciones flexibles de extremo-a-extremo es la aparición de lo que IDC denomina "ecosistemas de vendedor". Un ecosistema de vendedor es la red de relaciones de colaboración que rodean a los vendedores de sistemas más importantes, y que permite a los clientes obtener plataformas de hardware y software, middleware, bases de datos y aplicaciones mediante una única compra coordinada por el vendedor del sistema. También puede suministrarse servicio, soporte técnico y experiencia y capacidad en diseño, por el vendedor del sistema, por sus firmas colaboradoras de servicio o por organizaciones de consultoría e integradores de sistemas aliados a él. Disponibilidad y acceso En el mercado conectado en red, el boom registrado en el número de usuarios de ordenadores planteará problemas cuando llegue la hora de que la organización de TI de la empresa asegure la disponibilidad de las nuevas aplicaciones, garantizando al mismo tiempo que los usuarios con experiencia nula o escasa en el interface del sistema puedan acceder a estas aplicaciones. Aunque ningún modelo histórico de proceso ha ofrecido verdaderamente la escalabilidad, fiabilidad, facilidad de uso, facilidad de gestión o facilidad de desarrollo que requiere el mercado conectado en red, hay una tecnología que ha satisfecho estos criterios soportando al mismo tiempo una base de usuarios de la misma magnitud que la del mercado conectado en red. Esa tecnología es el teléfono. Una persona corriente sólo necesita unos pocos segundos para aprender a manejar un teléfono. Y, al añadir nuevos servicios la compañía de telecomunicaciones, el usuario no necesita realizar ningún upgrade de su teléfono, ya que los servicios son suministrados por la red. La fiabilidad de los sistemas que constituyen la red telefónica garantiza que los usuarios obtendrán un tono de llamada en un 99,999% de los casos. (Se calcula que el tiempo de no funcionamiento en la red telefónica es de cinco minutos en promedio por año). El nivel de disponibilidad de los sistemas informáticos ha comenzado a aproximarse a la fiabilidad de la red telefónica, y muchos vendedores garantizan hoy a sus usuarios niveles específicos de tiempo en funcionamiento a lo largo de un año y aceptan pagar determinadas cantidades si no se cumplen esos niveles. El WebTone Durante todo el siglo XX, la presencia universal y generalizada del tono de llamada telefónica o "Dial Tone" ha sido una parte esencial de la actividad comercial. Sin embargo, aunque el teléfono continúa desempeñando un papel crucial mientras se acerca el próximo milenio, son cada vez más las empresas que están convirtiendo a Internet en el núcleo central en torno al cual giran sus negocios. Internet no sólo les ofrece las capacidades necesarias para realizar sus operaciones diarias, sino también para acceder al sector del comercio electrónico.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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