Televisión interactiva.
Todos nos hemos encontrado con habitaciones de hotel dentro y fuera de España, en las que, desde hace ya bastantes años, junto a la guía de los programas de las grandes cadenas recibidas en el televisor, nos ofrecían la posibilidad de seleccionar, además mediante ciertos códigos del mando a distancia, alguna película determinada entre un reducido repertorio. Este servicio a veces está incluido en el precio y en otras ocasiones cobran alguna cantidad extra. En esos casos está justificado que el hotel en cuestión diga que dispone de televisión interactiva, pues aunque sea de ámbito local, es cierto que usa el mismo medio -el cable coaxial- para recibir la imagen y para transmitir nuestra orden. Por el contrario, si en dicha guía nos indicasen que llamando al conserje atenderían nuestra petición, está claro que la señal de retorno utiliza la línea telefónica y no responde a lo que se entiende por un servicio de telecomunicación de tipo interactivo. Ahora podemos observar que en muchos programas de los que recibimos en nuestras casas via la correspondiente antena colectiva, aparece un rótulo indicando que se trata de un programa interactivo. Algunos, los más entendidos, pensarán que por fin, en España ya tenemos televisión por cable. Otros, los más, estarán convencidos de que dar una opinión por vía telefónica, -con la ayuda de determinados sistemas para atender simultáneamente muchas llamadas- constituye la televisión interactiva, como consecuencia lógica de la confusión que se crea al sufrido usuario de telecomunicaciones español. Si asi fuera, prácticamente todos los servicios serían interactivos, porque siempre tenemos la posibilidad de llamar por teléfono al que lo ofrece y decirle lo que nos plazca, y razones de marketing harán que todos utilicen el calificativo que quedará degradado y sin ningún sentido concreto.
Yo creo que deberíamos ser más rigurosos al utilizar los términos técnicos. Además, el mal uso puede ser un engaño premeditado para obtener algún beneficio económico con la confusión. Algo asi como vender un objeto dorado diciendo que es de oro y cobrar su peso en el precioso metal.
