TDT: una realidad en marcha
La TDT ya es una realidad. Lo es para millones de espectadores que han apostado por la TDT, y lo es para las cadenas de televisión, que están incrementando y renovando su oferta con contenidos nuevos y atractivos. Y también es una realidad para los comercios y las empresas de tecnología, que han visto como en los últimos meses los únicos productos tecnológicos que han aguantado los embates de la situación económica sin una caída de ventas son los relacionados con la TDT.
Según los últimos datos, a principios de abril, a un año del apagado analógico total, no sólo más del 93% de la población tiene cobertura TDT, sino que el consumo televisivo que se hace a través de la TDT supera el 27% y más de la mitad de los hogares nacionales ya están conectados. En Soria, gracias al proyecto piloto que se puso en marcha en julio de 2008, ya son más de 50.000 los ciudadanos que ven la televisión exclusivamente por medio de la nueva tecnología digital, y poco más de un mes 1.300 municipios y unos cinco millones de personas se verán afectados por el primer gran cese de emisiones analógicas.
La gran mayoría de estos municipios pertenecientes a la Fase I son pequeñas poblaciones, pero también grandes ciudades como Zaragoza, Oviedo, Huelva o Segovia vivirán desde ese momento. Inminente y obligatorio es también el cese de emisiones de la Fase II, que el 31 de diciembre de 2009 afectará a otros nueve millones de personas. Antes de que finalice este año casi un tercio de la población española dejará de ver la televisión en analógico y pasará a recibir sólo señal TDT, situando a España en una posición de liderazgo en esta transición de alcance universal. La complejidad de la tarea no debe hacernos autocomplacientes, porque todavía falta recorrer una parte difícil del camino. Los radiodifusores y las administraciones públicas debemos incrementar la cobertura, hasta convertirla en prácticamente universal y se debe incrementar el esfuerzo de información y comunicación para que los ciudadanos sean conscientes de las tareas que a ellos les incumben para adaptarse con carácter previo al apagado.
Andrés Armas es director general de Impulsa TDT.
Según los últimos datos, a principios de abril, a un año del apagado analógico total, no sólo más del 93% de la población tiene cobertura TDT, sino que el consumo televisivo que se hace a través de la TDT supera el 27% y más de la mitad de los hogares nacionales ya están conectados. En Soria, gracias al proyecto piloto que se puso en marcha en julio de 2008, ya son más de 50.000 los ciudadanos que ven la televisión exclusivamente por medio de la nueva tecnología digital, y poco más de un mes 1.300 municipios y unos cinco millones de personas se verán afectados por el primer gran cese de emisiones analógicas.
La gran mayoría de estos municipios pertenecientes a la Fase I son pequeñas poblaciones, pero también grandes ciudades como Zaragoza, Oviedo, Huelva o Segovia vivirán desde ese momento. Inminente y obligatorio es también el cese de emisiones de la Fase II, que el 31 de diciembre de 2009 afectará a otros nueve millones de personas. Antes de que finalice este año casi un tercio de la población española dejará de ver la televisión en analógico y pasará a recibir sólo señal TDT, situando a España en una posición de liderazgo en esta transición de alcance universal. La complejidad de la tarea no debe hacernos autocomplacientes, porque todavía falta recorrer una parte difícil del camino. Los radiodifusores y las administraciones públicas debemos incrementar la cobertura, hasta convertirla en prácticamente universal y se debe incrementar el esfuerzo de información y comunicación para que los ciudadanos sean conscientes de las tareas que a ellos les incumben para adaptarse con carácter previo al apagado.
Andrés Armas es director general de Impulsa TDT.
