Sopa de letras.
Los windoaficionados han encontrado en la personalización de sus documentos una de las facetas más atractivas del entorno operativo de moda. La selección de una combinación personal de tipos confiere a los papeles un estilo y presentación característicos. Papeles memorandums, estudios están perdiendo el tono uniforme y aburrido de lo hecho con ordenador. Estamos pasando de lo simplemente legible y aseado a las presentaciones elegantes, personales, con estilo propio. La cultura tipográfica, el conocimiento de los tipos de letra de imprenta, y de uso apropiado, se empieza a introducir seriamente en las oficinas apoyada en dos piezas fundamentales: impresoras láser y, ahora, Windows.
Hoy día,lo que el usuario tiene de inmediato a su disposición cuando instala Windows 3.1 es TrueType de Microsoft. No obstante, los usuarios pueden contar también con las fuentes básicas de Adobe con cierta facilidad, ya que algunos de los más difundidos paquetes para Windows incorporan ATM, el gestor de tipos de Adobe, y lo dejan disponible para las demás aplicaciones.
Tal es el caso, por ejemplo, de AmiPro o de PageMaker, y más recientemente WordPerfect para Windows 5.2 que ya viene con la versión 2.5 de ATM aparecida tan sólo hace unos mese. Esta versión mejora mucho la velocidad de impresión, hasta ahora uno de los aspectos que no resistían la comparación con TrueType.
Tener los dos sistemas en un PC es tener la llave de un arsenal inacabable de tipos de letra y posibilidades de composición. Si hubo un tiempo en que comprar nuevas fuentes era meterse seriamente en gastos, hoy la situación ha cambiado mucho. El mercado está ofreciendo ahora paquetes de varias decenas de fuentes, al modesto precio de unas doscientas pesetas cada una.
El único problema es utilizarlas con moderación y sentido común. El exceso de mezcla puede tener efectos mucho peores que si se dispone únicamente de Courier de 10 puntos. Un consejo es empezar a practicar con modestos diseños a base del juego básico de fuentes TrueType. Hay montones de combinaciones muy interesantes con las que ir creando un archivo personal de estilos. Bitstream, Monotype y la propia Microsoft han puesto en circulación catálogos de fuentes para casi todas las necesidades comunes. Deje de momento ATM para cuando se meta en sutilezas tipográficas o el destino del documento requiera una elegancia especial.