Sobre la sabiduría.
He aprendido unas pocas cosas a lo largo de mi vida, y he olvidado muchas más. Como he dicho antes, sé que no sé, que es mucho; y si pudiera enseñar algo a las nuevas generaciones, sería eso -lo que sabes es poco, lo que hay que saber, mucho -.
¿Por qué tanta filosofía barata? porque he estado reflexionando sobre el título que lleva esta columna, y el tema de la semana pasada. Tengo la gran ventaja de haber trabajado con máquinas que cubren la gama completa desde arriba hasta abajo, y de poder ver las cosas desde ambos prismas. Y resulta que puede ver lo poco que saben los que solo saben de una o de otra.
El trabajo que lanzó la oficina de servicios que regenté en Inglaterra era un trabajo de los más simples: crear y usar una lista de nombres y direcciones. Hoy, tan fácil: en unos momentos hago un diseño de un fichero en DBX y a trabajar, ¿no? No. La lista implicó realmente crear las páginas amarillas para el PTT inglés, que entonces sólo tenía un listín normal. Muy bien, pero da lo mismo, ¿no? la lista va a ser un poco más larga, pero no pasa na'.
Así pensarían muchos que nunca han tenido que meterse en sistemas grandes, y así empecé pensando yo. La experiencia de hacer este trabajo fue durísima, y me enseño que sistemas complejos - una delicia - pero sistemas sencillos y grandes, ni borracho. Ni de ...... Hasta que uno no haya visto el número de casos excepcionales que surgen al hacer una lista de nombres y apellidos en mi sufrido país, no podrá imaginar ninguna pesadilla tan demencial y si a eso se añaden las maneras de escribir las direcciones es para terminar en una camisa de fuerza, farfullando. Lección para los de abajo: un sistema que tiene que funcionar sobre una base de datos grande es, simplemente por eso, más complejo que el mismo sistema funcionando sobre una base pequeña. Y los controles que un sistema grande necesita y exige, poco tiene que ver con los tímidos intentos a evitar los errores más obvios que es todo lo que hace el típico sistema micro.
Pero ojo: los de arriba caen en la otra trampa, de complicar lo sencillo, y los atacaré la semana que viene.