SIMO TCI
Me atengo a los resultados, razones de peso, para sentirme motivado a felicitar a los organizadores de SIMO TCI 94. El balance simplificado arroja datos tan contundentes como argumentos incuestionables. Cogieron un escaparate con carencias, mal compensado y con deficiencias imaginativas, y han logrado romper la tendencia declinante sustituyéndola por otra en alza, positivista, sin perder un aura de expectación que viene bien para próximos desafíos, puesto que a los organizadores -IFEMA- les sirve de estímulo y a los potenciales expositores y visitantes, de referencia. Han intentado ilusionar en vez de intrigar; han procurado persuadir en ver de presionar; han concretado en vez de confundir; y la experiencia les gratifica con un saldo de optimismo. Como de los errores también se aprende y la mejor manera de evitar o suavizar los fallos es ambicionando ser perfeccionista, tiempo tienen para analizar, meditar y configurar una edición en 1995 que supere objetivos. De hecho los organizadores de SIMO TCI se encuentran actualmente estudiando y analizando los resultados de la pasada edición de SIMO TCI con el objetivo de ofrecer al sector lo que realmente está demamndadndo, y no sufrir la ceguera en la que parece estaban inmerso el anterior equipo organzador de SIMO.
Una buena actitud de los directivos de SIMO TCI es la de saber escuchar y dejarse aconsejar. En esta línea, podrán sintonizar sin dificultades con las empresas del sector y atender sus requerimientos. No todos, claro, porque planteamientos como la alternativa entre Informat y SIMO -que los directivos de esta última consideran utópica e inabordable- no tienen visos de prosperar, salvo que SEDISI negocie y justifique la imposición. Pero una decisión tan delicada ¿sería asumida por la mayoría de los miembros de esta asociación? Si las empresas son libres para decidir, ¿por qué no elegir con criterios exclusivamente de rentabilidad? Admitiendo que nadie expone por la fuerza, monten ellas su alternancia seleccionando la que más les convenga. La feria que demuestre ser más ventajosa seguirá adelante y la otra, resignadamente -si es que no busca fórmulas alternativas- lo que deberá hacer es cerrar. Más que talante, lo que se dilucida es talento.