Sencillamente compleja

Existen multitud de empresas que realizan un uso intenso de las redes y de las posibilidades aportadas por el paradigma Internet/intranet pero que, al adquirir software, realizan sus negocios a la antigua usanza. Así, se adquiere un disco que contiene una copia maestra de un programa, se copia el programa tantas veces como lo permitan los términos y condiciones del contrato, y se distribuyen esas copias entre los empleados.La decisión de no utilizar la distribución electrónica de software o ESD (Electronic Software Distribution) refleja la de muchos otros usuarios de tecnología de la información. A pesar de que el software se caracteriza por su capacidad para "uso inmediato" en un mundo de distribución electrónica -ya que su formato digital le hace perfectamente adecuado para ser transportado electrónicamente- la mayor parte de las compañías no se han decidido aún a adquirir ni a aceptar su software electrónicamente. Según los usuarios consultados, disponer de una copia física garantiza una reserva o "backup" en caso de corrupción de ficheros. Además, como la infraestructura ESD se encuentra aún en su etapa inicial, muchos usuarios no confían aún en que el software llegará completamente intacto.Obviamente, la distribución electrónica de software resulta atractiva para las empresas compradoras, que aprecian la posibilidad de acceso instantáneo a nuevos releases, actualizaciones y patches, y son muchas también las que esperan que el software distribuido electrónicamente resultará fácil de seguir en toda su organización, una posibilidad que reduciría los problemas de gestión de software. Además, ESD ofrece unos precios más bajos, ya que los costes de empaquetado, manipulación y de transporte disminuyen, aunque algunos "intermediarios electrónicos" terceros podrían hacer disminuir parcialmente esos ahorros al asumir una parte de la actividad de distribución.Algunos observadores del sector consideran que la distribución ESD se encuentra en vías de explosión, al estar los vendedores, revendedores y compradores terminando ya de resolver las cuestiones de licencias, compras, seguridad y precios. En una encuesta realizada entre 50 vendedores de software, la firma de investigaciones de mercado Forrester Research comprobó que 25 de ellos esperan generar la mitad de sus ingresos a través de ESD para el año 1999, mientras que ocho afirman haber alcanzado ya ese porcentaje.Aún en las etapas inicialesEn el mercado ESD se han registrado ya algunas operaciones notables, como el reciente compromiso de la Defense Logistics Agency de Estados Unidos de adquirir electrónicamente software de Microsoft a través del Website Software.net de la empresa CyberSource Corp., por un periodo de cinco años y un valor de 50 millones de dólares. CyberSource ha firmado también un importante contrato ESD con el Departamento de Transportes de ese mismo país. Sin embargo, estos ejemplos siguen siendo la excepción, y no la norma, y la mayoría de las empresas no tienen instalados aún los mecanismos de compra necesarios. Por ejemplo, la mayor parte de ellas utiliza órdenes de compra, y no tarjetas de crédito, para las compras corporativas, y con frecuencia estas no tienen lugar electrónicamente entre los departamentos de aprovisionamiento y los proveedores de software. Además, y a pesar de sus mejores esfuerzos, los vendedores y los revendedores de software, no han conseguido aún crear un medio de administrar licencias en volumen y licencias de instalaciones para software distribuido electrónicamente.En realidad, la concesión de licencias en volumen es el motivo de que muchas compañías no participen aún en la distribución ESD. Las compañías desean tener la seguridad de que están cumpliendo con los acuerdos de volumen y que no serán perseguidas por la asociación contra la piratería de software. ¿Qué sucedería, por ejemplo, si una compañía perdiera software como consecuencia de un fallo total de ordenador? En un mundo físico, la compañía tomaría simplemente su disco maestro y reconstruiría las copias necesarias. Sin embargo, en un mundo electrónico, ¿tendría la compañía que adquirir una copia nueva? ¿Habría un contador integrado que le impediría crear copias adicionales? Habrá que resolver la cuestión de cómo probar que ya se es dueño del software, y poder obtener así un precio más bajo, alerta el Gartner Group o cómo hacer frente a una situación en la que se suministró una copia defectuosa o una copia que falló.Estas cuestiones están siendo actualmente objeto de debate entre usuarios, vendedores y revendedores. La asociación SPA (Software Publishers Association) ha asignado la máxima prioridad a la tarea de establecer normas para licencias en un entorno ESD. Según la SPA no hay ningún productor de software que esté ofreciendo licencias en volumen utilizando la distribución ESD.La tecnología promete resolver estas cuestiones, pero no inmediatamente. Los primeros intentos en este sentido incluyen la utilización bajo licencia de servidores de firmas como TechWave. Estos sistemas "cuentan" la cantidad de programas software existentes en la red, para verificar el cumplimiento de las normas. Entonces, TechWave puede emitir licencias a través de Internet utilizando funciones de seguridad de la firma RSA Data Security. Avances no deseadosEl manejo automatizado de licencias plantea además otro problema. Según la SPA, a algunos usuarios les asustan las normas y políticas que implicaría una tecnología así. En el mundo físico actual, la mayoría de los productores de software permiten la aplicación de un sistema de "confianza" u "honestidad" para poner en vigor sus acuerdos de licencias en volumen.Un intento reciente de Microsoft de establecer una tecnología de seguimiento y control estándar ha sido recibido con frialdad. Microsoft sugería que las compañías de software incluyeran un interface de programación llamado Licensing Software Application Programming Interface (LSAPI) en sus programas. El interface LSAP debería así servir como un medio común para seguir o controlar cuántas veces copiaba una compañía un determinado programa. No obstante, muchas compañías de software rechazaron esta idea, considerándola como una intrusión de Microsoft en sus propios diseños.Una evidencia de que el marco o entramado ESD no está formado aún es que tanto los productores como los revendedores de software no han determinado aún con precisión qué papeles desempeñará cada uno de ellos en el nuevo mundo de la distribución digital, ni cómo se distribuirían de manera segura y online "contenedores" o "wrappers" de software a prueba de manipulaciones. Por otra parte, las ventajas de precio que han dado lugar a que los consumidores recurran cada vez más a canales de distribución online resultan menos atractivas en el mundo corporativo. Sin embargo, la distribución ESD promete ventajas de reducción de precios a nivel corporativo, en forma de nuevas arquitecturas de software y nuevos modelos de precios, como el alquiler de aplicaciones y las versiones "applet" de funcionalidad reducida de programas voluminosos.Algunas compañías de software, como el líder del sector de bases de datos Oracle están sugiriendo la entrega "gratis" de programas software suministrados electrónicamente, que se recibirían con logotipos publicitarios en espacios de pantalla adquiridos por firmas de publicidad independientes, con el resultado de que sería la firma de publicidad, y no el usuario, la que pagaría.En los modelos de pago-por-utilización, los usuarios reciben aplicaciones completas o porciones de ellas (applets) y después pagan una tarifa por cada sesión. Algunos usuarios podrían considerar este enfoque como una alternativa más económica a ciertos acuerdos por volumen de Microsoft, que requieren que los usuarios se comprometan a adquirir centenares de copias, incluso si no las utilizan.Sin embargo, estos modelos o paradigmas no resultan adecuados para todos los usuarios de software. La idea de Oracle de vender espacio publicita