Sema y Schlumberger

Según pasa el tiempo se perfilan con mayor claridad las consecuencias de la OPA de Schlumberger sobre Sema Group... y la imagen que se adivina resulta francamente positiva. Para Sema Group, la OPA de Schlumberger representa una garantía de continuidad en su estrategia y de estabilidad en la organización; no parece que Schlumberger, un grupo industrial focalizado en el sector petrolífero, tenga intención de modificar la estrategia del grupo anglo francés, algo que sí podría haber ocurrido si la OPA la hubiera presentado un competidor de Sema Group. Y, teniendo en cuenta la caída del valor de Sema en Bolsa, la entrada de un socio “no deseado” en el capital de Sema se antojaba hace apenas unos meses como una posibilidad muy cercana para el Comité Directivo de la compañía. Una posibilidad que habría supuesto una discontinuidad de la estrategia de Sema y un cambio profundo en el esquema organizativo del Grupo. En efecto, los planes de Schlumberger pasan por mantener al equipo directivo, colocando un nuevo CEO y un director financiero procedentes de la multinacional petrolífera y buscando las posibles sinergias existentes entre ambas compañías. La multinacional norteamericana tiene una división tecnológica que puede aportar un amplio conocimiento en el sector de la energía y las utilities. Además la reciente adquisición de CP8, la división de tarjetas inteligentes de Bull, dota a Schlumberger de una buena entrada en un mercado de gran potencial. Desde una perspectiva histórica, es interesante recordar que Sema Group estuvo en su origen integrada dentro del grupo financiero Paribas. Hoy, su propietario es un conglomerado industrial deseoso de diversificar sus actividades y entrar en la industria de las TI. De un socio financiero a uno industrial, respetando, al menos sobre el papel, la excelente labor desarrollada por Sema Group durante estos años.