Robert Stead, presidente de AMD: "AMD nunca anuncia un producto si no lo va a lanzar, y esto es lo opuesto a lo que hace Intel"
El último trimestre de 1999 para AMD supuso la quiebra de una racha de malos resultados que el lanzamiento de Athlon ha parecido frenar. Un desarrollo el de este procesador que permite al fabricante mirarse de nuevo cara a cara con su gran competidor, Intel. El presidente de AMD, Robert Stead, habló con ComputerWorld sobre los nuevos retos de la compañía, que pasan por el lanzamiento a mediados de 2000 del procesador a 1GHz, la apuesta por la arquitectura de 64 bits y alcanzar un 30% de la cuota de mercado mundial en este terreno. A pesar de que las cosas van bien para AMD, Stead no ve por ahora la posibilidad de abrir una filial en España.
Las cosas comienzan a ir bien para AMD. ¿Piensan entonces abrir una filial en España?
- Ciertamente, las cosas van fenomenal. Pusimos en el último trimestre de 1999 seis millones de procesadores en el mercado en todo el mundo, y conseguimos 65 millones de dólares en beneficios y un cash-flow muy positivo. Actualmente, nuestra cuota de mercado en Europa es de un 20%, y esperamos alcanzar el 30% en todo el mundo este año. Sin duda, sería un buen momento para abrir la filial en España, pero por ahora no hay nada decidido. Tenemos buenos distribuidores en este país, pero sin duda el objetivo a largo plazo es abrir la sucursal.
Uno de los comentarios en el sector es que los anteriores malos resultados de AMD fueron debidos a la guerra de precios que durante un tiempo ha mantenido su compañía con Intel...
- Aquí debemos ver la cuestión desde dos puntos de vista. El primero es, efectivamente, el precio. Intel bajó sus precios de forma agresiva cuando desde AMD lanzamos los K-6, ya que competíamos directamente con ellos en la gama baja. La regla hace dos o tres años era no poder comprar un microprocesador por menos de 100 dólares, y ahora se encuentra por 50. Esa bajada de precios dio una rentabilidad menor. Pero también hay que considerar la velocidad de reloj de esos procesadores. Si AMD ahora tiene buenos resultados económicos, ¿debemos bajar los precios o vender a un precio más alto? Para vender más caro, debemos ofrecer más megahertzios, y ahí es donde tiene su hueco Athlon. Con su incorporación a la gama de productos, tenemos velocidades más altas de reloj y, por tanto, precios más altos, por lo que la rentabilidad y el beneficio vuelven para AMD, que bajaron debido precisamente a esa guerra de precios. Ahora, Intel se encuentra con el hecho de que no puede ofrecer unos precios muy altos en la gama alta después de reducir tantos los de la gama baja. De ahí los buenos resultados del último trimestre de 1999 con Athlon. Ése fue el proceso, y esa fue la respuesta de AMD a esa guerra.
Sin embargo, también se acusa a AMD que es una empresa dada a anunciar lanzamientos y retrasa mucho el lanzamiento propiamente dicho.
- AMD nunca anuncia un producto si no lo va a lanzar, y esto es lo opuesto a lo que hace Intel. Por ejemplo, ¿cuántos Pentium III a 800MHz se ven? Pero Athlon sí cuenta con esos 800MHz en el mercado. Nuestra filosofía es no lanzar nada si no podemos cubrir las exigencias del mercado; el mismo día del anuncio del microprocesador a 800MHz ya lo habíamos enviado a Compaq. Lo que ocurre es que estamos hablando de gama alta, con un precio caro, y no todo el mundo quiere pagar ese dinero por estos productos, como ocurre con determinadas grandes superficies, que deciden no vender esa gama al precio establecido, pero eso no significa que la gama no exista. AMD ha sido la única compañía que ha podido vender a los 10 mejores fabricantes de PCs del mundo, aparte de Dell, y nos compran porque damos un buen servicio, no por el mero hecho de comprar.
¿Podemos afirmar entonces que existe ya un duopolio en el mundo de los procesadores?
- Desde luego, antes era un monopolio, pero hablamos de una situación de hace dos años. Ahora vemos que Intel ha cambiado los precios del Pentium III para competir con nuestros precios. ¿Es un duopolio? Lo cierto es que hay dos suministradores importantes, aunque a mí, sinceramente, me gustaría mucho que hubiera más. Nosotros hemos traído la competencia a este mercado, y ojalá que el 70% del mercado que cubre Intel estuviera más repartido. Lo importante ahora es que se puede ofrecer una gran variedad de productos que tienen que existir para los consumidores en el mercado. Cuando lanzamos Athlon, Intel se mostró muy agresivo porque no le gusta que otros ganen. No puedo decir que hayamos ganado en este aspecto todavía, pero desde luego vamos por el buen camino.
¿Mantiene la fecha de mediados de 2000 para el lanzamiento del procesador a 1GHz?
- Sin duda, y además en volúmenes importantes.
Intel, junto con HP, desarrolla Itanium como apuesta en la arquitectura de 64 bits. ¿Qué está haciendo AMD a este respecto?
- Nuestro enfoque actualmente es ir hacia los 64 bits. Tenemos procesadores con un rendimiento increíble para ejecutarse con 64 bits, pero vamos por pasos. Ahora no se saca ningún beneficio en rendimiento con RISC, y ejecutar el software en cualquiera de estos entornos es muy difícil. Hay que ir poco a poco. AMD ha anunciado los K6-2 y K6-3 para el primer trimestre de este año, y el siguiente paso es lanzar un nuevo producto con nombre código Thunderbird, con memoria caché en el mismo microprocesador, para alto nivel de rendimiento y de frecuencia de reloj. También tenemos Spitfire, necesario para la reducción de costes en la infraestructura. Hablamos también del Mustang, otro paso en ese camino hacia los 64 bits, que tiene una memoria intermedia megacaché. La octava generación de procesadores vendrá de la mano de SledgeHammer, que se diferencia de Itanium en su alta frecuencia, que es una parte clave del rendimiento. Para 2001, el 99,9% del software será de 32 bits, por lo que es imprescindible este nivel de rendimiento. Hay que poder ejecutar el software que existe ya, y no lo que puede existir.
¿Cuáles son las previsiones a corto plazo de AMD?
- Esperamos continuar creciendo, ya que tenemos una buena retroalimentación de nuestros consumidores y clientes. Empezaremos a fabricar en Dresde utilizando la tecnología de cobre, que abre las puertas a una dimensión mucho más amplia. Ahora no sería posible hablar de futuros resultados financieros, pero lo cierto es que hace unos años nadie apostaba por AMD, pero gracias al trabajo que hemos hecho hemos mejorado nuestra estrategia de producto, nuestra fabricación y nuestras relaciones con los clientes.
Las cosas comienzan a ir bien para AMD. ¿Piensan entonces abrir una filial en España?
- Ciertamente, las cosas van fenomenal. Pusimos en el último trimestre de 1999 seis millones de procesadores en el mercado en todo el mundo, y conseguimos 65 millones de dólares en beneficios y un cash-flow muy positivo. Actualmente, nuestra cuota de mercado en Europa es de un 20%, y esperamos alcanzar el 30% en todo el mundo este año. Sin duda, sería un buen momento para abrir la filial en España, pero por ahora no hay nada decidido. Tenemos buenos distribuidores en este país, pero sin duda el objetivo a largo plazo es abrir la sucursal.
Uno de los comentarios en el sector es que los anteriores malos resultados de AMD fueron debidos a la guerra de precios que durante un tiempo ha mantenido su compañía con Intel...
- Aquí debemos ver la cuestión desde dos puntos de vista. El primero es, efectivamente, el precio. Intel bajó sus precios de forma agresiva cuando desde AMD lanzamos los K-6, ya que competíamos directamente con ellos en la gama baja. La regla hace dos o tres años era no poder comprar un microprocesador por menos de 100 dólares, y ahora se encuentra por 50. Esa bajada de precios dio una rentabilidad menor. Pero también hay que considerar la velocidad de reloj de esos procesadores. Si AMD ahora tiene buenos resultados económicos, ¿debemos bajar los precios o vender a un precio más alto? Para vender más caro, debemos ofrecer más megahertzios, y ahí es donde tiene su hueco Athlon. Con su incorporación a la gama de productos, tenemos velocidades más altas de reloj y, por tanto, precios más altos, por lo que la rentabilidad y el beneficio vuelven para AMD, que bajaron debido precisamente a esa guerra de precios. Ahora, Intel se encuentra con el hecho de que no puede ofrecer unos precios muy altos en la gama alta después de reducir tantos los de la gama baja. De ahí los buenos resultados del último trimestre de 1999 con Athlon. Ése fue el proceso, y esa fue la respuesta de AMD a esa guerra.
Sin embargo, también se acusa a AMD que es una empresa dada a anunciar lanzamientos y retrasa mucho el lanzamiento propiamente dicho.
- AMD nunca anuncia un producto si no lo va a lanzar, y esto es lo opuesto a lo que hace Intel. Por ejemplo, ¿cuántos Pentium III a 800MHz se ven? Pero Athlon sí cuenta con esos 800MHz en el mercado. Nuestra filosofía es no lanzar nada si no podemos cubrir las exigencias del mercado; el mismo día del anuncio del microprocesador a 800MHz ya lo habíamos enviado a Compaq. Lo que ocurre es que estamos hablando de gama alta, con un precio caro, y no todo el mundo quiere pagar ese dinero por estos productos, como ocurre con determinadas grandes superficies, que deciden no vender esa gama al precio establecido, pero eso no significa que la gama no exista. AMD ha sido la única compañía que ha podido vender a los 10 mejores fabricantes de PCs del mundo, aparte de Dell, y nos compran porque damos un buen servicio, no por el mero hecho de comprar.
¿Podemos afirmar entonces que existe ya un duopolio en el mundo de los procesadores?
- Desde luego, antes era un monopolio, pero hablamos de una situación de hace dos años. Ahora vemos que Intel ha cambiado los precios del Pentium III para competir con nuestros precios. ¿Es un duopolio? Lo cierto es que hay dos suministradores importantes, aunque a mí, sinceramente, me gustaría mucho que hubiera más. Nosotros hemos traído la competencia a este mercado, y ojalá que el 70% del mercado que cubre Intel estuviera más repartido. Lo importante ahora es que se puede ofrecer una gran variedad de productos que tienen que existir para los consumidores en el mercado. Cuando lanzamos Athlon, Intel se mostró muy agresivo porque no le gusta que otros ganen. No puedo decir que hayamos ganado en este aspecto todavía, pero desde luego vamos por el buen camino.
¿Mantiene la fecha de mediados de 2000 para el lanzamiento del procesador a 1GHz?
- Sin duda, y además en volúmenes importantes.
Intel, junto con HP, desarrolla Itanium como apuesta en la arquitectura de 64 bits. ¿Qué está haciendo AMD a este respecto?
- Nuestro enfoque actualmente es ir hacia los 64 bits. Tenemos procesadores con un rendimiento increíble para ejecutarse con 64 bits, pero vamos por pasos. Ahora no se saca ningún beneficio en rendimiento con RISC, y ejecutar el software en cualquiera de estos entornos es muy difícil. Hay que ir poco a poco. AMD ha anunciado los K6-2 y K6-3 para el primer trimestre de este año, y el siguiente paso es lanzar un nuevo producto con nombre código Thunderbird, con memoria caché en el mismo microprocesador, para alto nivel de rendimiento y de frecuencia de reloj. También tenemos Spitfire, necesario para la reducción de costes en la infraestructura. Hablamos también del Mustang, otro paso en ese camino hacia los 64 bits, que tiene una memoria intermedia megacaché. La octava generación de procesadores vendrá de la mano de SledgeHammer, que se diferencia de Itanium en su alta frecuencia, que es una parte clave del rendimiento. Para 2001, el 99,9% del software será de 32 bits, por lo que es imprescindible este nivel de rendimiento. Hay que poder ejecutar el software que existe ya, y no lo que puede existir.
¿Cuáles son las previsiones a corto plazo de AMD?
- Esperamos continuar creciendo, ya que tenemos una buena retroalimentación de nuestros consumidores y clientes. Empezaremos a fabricar en Dresde utilizando la tecnología de cobre, que abre las puertas a una dimensión mucho más amplia. Ahora no sería posible hablar de futuros resultados financieros, pero lo cierto es que hace unos años nadie apostaba por AMD, pero gracias al trabajo que hemos hecho hemos mejorado nuestra estrategia de producto, nuestra fabricación y nuestras relaciones con los clientes.
